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20 junio 2013

Deb's choco-brownie

Estos días por fin, he podido sentarme y buscar en la web, la receta de brownie que llevaba tiempo deseando aprender. No suelo cocinar para mí porque vivo con mis padres y eso incluye pensión completa. Aún así, una tiene que conocer ciertas técnicas de supervivencia como por ejemplo: saber preparar brownie de chocolate. Eso es justamente lo que he hecho hoy. 

Miré en múltiples enlaces y finalmente opté por la receta más british y esa es la de Jamie Oliver, bien conocido por sus dotes culinarias. Compré los ingredientes que no tenía y esta misma mañana me puse manos a la masa. Modifiqué algunas cosillas de la receta original porque no tenía forma de medir 65 gr de harina, pero sí 75 gr así que redondeé las cantidades. Allá vamos...

 INGREDIENTES                                                                                                                                           
  • 200 gr chocolate negro (70% cacao)
  • 250 gr mantequilla sin sal
  • 4 huevos
  • 75 gr cacao en polvo
  • 75 gr harina
  • 1 cucharilla de levadura
  • 200 gr azúcar (en vez de 350 gr como ponía porque el cacao en polvo venía con azúcar)
  • opcional: 150 gr nueces, avellanas o frutos secos
  PASO A PASO                                                                                                                                      

Lo primero fue poner a precalentar el horno a 200ºC. Luego, puse la tableta de chocolate negro troceada y toda la mantequilla juntas en un recipiente pequeño y al microondas durante 1 min. No fue suficiente, así que tuve que dejarla unos segundos más hasta que el chocolate quedó totalmente líquido. Lo saqué y revolví hasta que quedó una mezcla homogénea. 
Por otro lado, metí en un recipiente más grande la harina, la levadura, el cacao en polvo y el azúcar. Mezclé para unificarlo todo. Le añadí la mezcla de mantequilla y chocolate que había salido del microondas. Casi me dejo la mano removiendo, quedó una masa bastante pastosa. Entonces fui añadiendo los huevos, uno a uno, a la mezcla. Cuando fue totalmente homogéneo, le puse unos trozos de chocolate negro que me habían sobrado, previamente picados en pequeñas trazas. 
Lo extendí en un molde especial anti-pegue anti-novatos, y se fue directamente al horno. Tiempo = 15-25 min. Temperatura = 150-200ºC dependiendo del horno. Podía haberle puesto nueces (que me encantan) o avellanas pero como es la primera vez que lo hacía, creí que mejor mantener las espontaneidades a raya. Te recomiendo que mires bien el tiempo porque el horno de mi casa es viejito y a los 20 min. ya estaba empezando a quemar la capa de debajo. Así que lo sacamos rápidamente y ¡se salvó el postre de hoy, jajaja! 
Lo quitamos del molde y lo pusimos en un plato redondo en la nevera. Ahí está esperando que sea la hora de comerrr... Obviamente todavía no tengo foto de ese suculento momento, pero la habrá esta tarde. El brownie es un postre que se sirve caliente, así que hay que tener en cuenta dos cositas: 1) que antes de comerlo habrá que calentarlo porque frío no sabe igual y 2) que lo ideal es acompañarlo de algo que le contraste tanto en temperatura como en sabor; para eso puede ser útil la nata o helado de vainilla. Yo he sido previsora y como me encanta la vainilla, me compré un helado ayerrr. No veo el momento de que caiga ese brownie entre tú y yo...

Y estas son las magnífcas fotos. Magníficas, por lo bueno que estaba el brownie, quedó con la consistencia exacta que debe tener un brownie, compacta y no seca. Los trozos de chocolate por dentro le dieron el toque perfecto. 


Si te gusta el chocolate, ¡pruébalo!
Te va a encantar, ¡Feliz Jueves! C:

06 marzo 2012

¡Con un par de huevos!

Estos días he estado de antojo. 
Como si estuviera embarazada (que no) y sólo quisiera helado (que tampoco).  
Tú sabes a lo que me refiero. El cuerpo te pide algo desesperadamente. A veces te tiene en vilo un tiempo hasta que identificas el objeto del deseo. ¡Incluso llegas a angustiarte! Das una vuelta y buscas inconscientemente aquello que deseas echarte a la boca (en sentido digestivo,  no me malinterpretes).

En mi caso, por fin hoy descubrí qué era... Sí, he descubierto que soy una amante de la cebolla frita. Pero mejor que esto quede entre tú y yo, porque ni con toda la lírica del mundo podría explicar lo mucho que me gusta algo que se sirve bien caliente y con un par de huevos ;)

¡Que aproveche! 

18 noviembre 2011

Cenando a dos velas

Desde que empezó el curso, en mi casa 24 horas no son suficientes para vivir. Siempre sobran tareas y falta tiempo para hacerlas. De manera que empezamos por posponer asuntos como: los amigos, las series y las citas. Más tarde fueron las comidas y los cotilleos aunque hemos conseguido matar dos pájaros de un tiro compartiendo el cotilleo con pan en el almuerzo a las cuatro de la tarde. Siempre hay aunque sea un minuto para recordar lo que era ser "normal". A estas alturas del curso nos hemos visto obligados a posponer la compra de la semana para el sábado con lo que, los viernes nos peleamos por lo que queda en la nevera sin comer y sin caducar. El viernes pasado fue esto: 

Es curioso lo que puede resultar de mezclar cosas que, en condiciones normales, no probarías. ¿Por qué dejar de saborear una galleta Príncipe con el café con leche? ¿Por qué no probar el pan con Ketchup un viernes por la noche? Aunque a priori mojar el pan en ketchup pueda parecerte asqueroso, a veces, la gastronomía sorpresa puede dejarnos con buen sabor de boca. En ocasiones la vida nos fascina permitiéndonos posar un "no está tan mal" sobre tantas y tantas posibles degustaciones, algunas más sabrosas que otras: la galleta en el café, el pan en el ketchup, el chico del teléfono... ¡ah! que esto no te lo he contado. Bueno, será el postre de la semana. Porque, entre tú y yo, no hay postre sin cena y porque aquello que vale la pena merece un bocado. 


¡Ñam! ¡Ñam!
¡Feliz Lunes!