Mostrando entradas con la etiqueta reflexion. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta reflexion. Mostrar todas las entradas

17 junio 2012

Así es tu jardín (II)

Hace poco tiempo a mi orquídea empezó a salirle un nuevo brote y éste empezó a dar unas raíces blancas a 12 cm del sustrato. Mi intuición me decía que había que separarlo y replantar pero con esto de los exámenes no había manera de encontrar el hueco para investigar al respecto. Hoy lo he hecho y puedo decir con satisfacción que mi pasión por ver crecer una plantita ha dado su fruto (no flor todavía) al poder obtener 3 nuevos esquejes. Consulté varias páginas y echándole un poco de lógica, me puse manos a la obra. Separé los brotes con sus raíces suavemente, con miedo de cargármelo todo pero al momento resultó y con el mismo sustrato de la planta madre envolví la base de los brotes empapada en agua y fertilizante. El tiempo dirá si lo hice como es debido aunque pinta bastante bien.

Qué bonito regalo de la Vida, dar más vida.
Ojalá todos los asuntos que anudan nuestra existencia fueran tan sencillos, tan lógicos y tan hermosos como esto. Mi pedacito de naturaleza me enseña a esperar y eso es justo lo que hago: esperar resultados, esperar al Verano, esperar a la persona.

01 mayo 2012

Supéralo, no soy racista


Me conocen por ahí como una persona que no presta atención a los comentarios de la gente, ni a las críticas, en lo más mínimo. Es agradable que hablen (bien) de uno pero entiendo que es imposible estar en las mentes de todos para controlar lo que piensan de nosotros así como es imposible caer en gracia a todos. A pesar de ello, tengo cierta debilidad por las injusticias pero eso es otra historia...

Y la que me trae hoy aquí es la de cómo mi profesora de filosofía del instituto detectó que yo era racista. Mm, no recuerdo qué dije ni cómo lo dije pero la cuestión es que por usar la palabra "raza" pasó a señalarme como racista. Guau. "No son razas, sino etnias" -me dijo ella. Sí, me chocó bastante que me dijeran eso con 16 años y, sin saber muy bien por qué, tuve que disculparme por la educación que recibí y que me había enseñado a usar esa palabra. 

Empecé a pensar en si cabía dicha posibilidad. "Somos todos iguales" -me dijo una compañera que me pilló desprevenida luego, en el pasillo. Yo con mi gran ojo clínico argumenté "nah, somos diferentes". El debate ese y muchos otros días siguió con una argumentación aplastante por ambas partes del tipo "que no, que somos iguales" "que no, que somos diferentes". Al final yo ya no sabía ni qué decir así que opté por callarme, borrar el registro raza de mi cabeza y pasar a ser más diplomáticamente correcta y menos racista.  

Entre tú y yo, mi profesora estaba media pallá, todo hay que decirlo. 

Con el tic tac del tiempo, algunos paseos por el mundo y esto de ser proyecto de médico pues vas conociendo gente, de todas partes, de todos los colores y mira tú si me importan a mí esas cosas... pff, ¡para nada! Pero tanto correr y ya ves, aún hoy me pregunto -no sin algo de temor, si no habría una parte de verdad en aquella afirmación. Todos mis apuntes tienen datos demográficos por razas y tipos de piel por color. No es culpa mía, la ciencia está hecha así; identifica, clasifica y valora los rasgos objetivos que nos diferencian como individuos y es esta información la que usamos a diario para comparar unos grupos con otros. No es racismo, es pragmatismo. Y es lo único que me llevó aquel día y todos los demás días a decir que somos diferentes (menos los gemelos univitelinos, que son clavaditos). 

La semana pasada tuve prácticas de Medicina Legal en el Instituto de Toxicología, que en castellano viene a ser donde se llevan a cabo las autopsias por muerte no natural (accidente, homicidio o suicidio). Resultó que uno de los casos era una persona de otra etnia. Cuando el forense lo vio dijo "vaya, nadie me había avisado de que era de esta etnia". Una compañera me dijo "¿acaso importa?". Adivina lo que me vino a la cabeza y qué respondí...


"Supongo que al forense le importa un pepino de qué etnia sea, pero estamos hablando de una información que identifica un cuerpo y supongo que obviamente será importante, igual que se pone en los informes que hay un cuerpo de un inglés o que tiene los ojos azules..."

¿Soy racista por esto? 
Pff, yo ya no sé... dímelo tú. 

15 abril 2012

A penny for your thoughts

Abbey Road, London

Es lo que te dicen en inglés cuando te quieren preguntar qué estas pensando.
Me acuerdo del día que me sacaron esta fotografía. Además recuerdo que tuvimos que esperar a que no hubiera mucho público ni tráfico para poder cruzar el paso de peatones como una auténtica Beatle y a la velocidad apropiada para que no saliera la foto movida. A diario me gustaría poder capturar en una foto momentos así, risas, pensamientos; no sólo dejar que se oxiden con el tiempo y se escapen del lazo del recuerdo. Seguramente nos sorprendería decubrir que si no fuera por una prueba de su existencia, no los recordaríamos tan fácilmente. Por eso me gusta conservar una tarjeta, un botón, una sombrillita de papel, un dibujo, un anillo o unas monedas en mi particular caja de Pandora. Y destaparla sólo a veces para comprobar que aún conservan su esencia. La verdad es que cuando me sacaron esta foto lo único que pensaba era "maldición, ahí viene el bus ¡se nos va a escaparrr!" -y ya llevábamos 25 minutos esperando, jajaja. Entre tú y yo, ahora me alegro de haberme hecho la foto y de que ésta sea la prueba de que las boberías pueden acabar siendo sinónimo de felicidad.


¡Feliz domingo!

02 febrero 2012

Algo para pensar


"Yo me amo es solo una parte, muy importante, en la construcción del Buen Amor. Su potencialidad trasciende cuando puedo decir también Yo amo a. La primera persona es condición del Buen Amor solo cuando se convierte en la raíz desde la cual puedo elevarme sólido, firme e identificado para acudir al encuentro con el Otro; cuando soy capaz de incluirme, sin extraviarme, en el nosotros."
Texto adaptado de Las condiciones del Buen Amor, Sergio Sinay (Nuevo Extremo).


No sabes cuánto me gustaría poder decir que una genialidad como esta es cosa mía. Dar con un coetáneo iluminado no es tarea fácil y a veces, por querer uno buscar alguna respuesta más allá de las disponibles puede caer en las trampas del pasado, de Nietzsche o cualquier ensayista con papel y pluma. Pero no le des muchas vueltas al texto... dice lo que lees y transmite lo que piensas. Entre tú y yo, si lo he puesto aquí es porque quería que tú te encontraras con él igual que lo hice yo, por casualidad.

¡Feliz día!

30 enero 2012

El siguiente salto

Ya no recordaría lo último que te conté si no fuera porque aquí todo queda. 
Para aquellos que perdieron el hilo o algún tornillo por el camino, les cuento que acabo de superar la nueva forma de tortura legalizada -los exámenes de enero universitarios- y con excelentes resultados. Mm, puede que el 2012 sí que sea mi año. Pero, ¿dónde ha estado Deb todo este tiempo? ¿haciendo qué? ¿cómo? ¿con quién? ¿hay algún nuevo quién?


Pues mayoritariamente he estado bibliotecando con mis buenos amigos C., Z. y G. en la sala de estudios del TEA. Esto incluye fines de semana y días festivos. Esto implica toneladas de apuntes de Oncología Médica, Aparato Digestivo y Cirugía así como de Ginecología y Obstetricia. Esto supone muy pocas horas de sueño y una cantidad de cansancio inversamente proporcional. Las Navidades pasaron tan rápido como llegaron y tras descolgar el "Merry Christmas" de la puerta sólo quedó una larga y dura caminata hacia los exámenes. Primero el test de Oncología, luego el de Digestivo y finalmente el oral de Ginecología. Pasaban los días sin que pudiera hacer diferencia entre lunes o domingos; todos me parecían lo mismo. Había un marcado silencio en Facebook y consideraba afortunado el día que podía hablar con mis amigas aunque fuera sólo un rato. Empecé a considerar maquillarme como un lujo y mis flores... sin comentarios.


Amor... lo que se dice amor suena a esquívo en mi cabeza. De hecho, en un mes hay bastantes oportunidades para sufrir un flechazo profundo pero lamentablemente no hay tiempo suficiente como para conseguir una inicial. Será cuestión de volver a la biblioteca algún día para pillar desprevenido al sujeto del deseo leyendo el periódico en la sección de Hemeroteca (o en las sillas para viejos según mi amigo C.).  

Pronto empezó a sonar una nueva canción en boca de todos, con la ley SOPA y el posterior cierre de Megaupload como acordes principales. Ilusa de mí que creía que vería el final de Anatomía de Grey. Para colmo, a mitad de mes el antivirus de mi portátil decidió prejubilarse y darme la lata hasta que consiguió superarme y lo di por caso perdido. Es más, terminé por no llevarlo ni a la biblioteca porque hacía tanto ruido que parecía que tenía una turbina de un boeing 747, en vez de un portátil. La verdad es que a veces me dan ganas de...
¡No! Control... Como dice mi amiga Z. hay que probar ejercicios de respiración si hace falta aunque sinceramente, a mí eso sólo consigue asfixiarme más. Infusiones. Bolas chinas. Pastillas. Valeriana. Imaginar a la gente desnuda. Vitaminas. ¿A ti te funcionan? Porque a mí no. De hecho sólo pensar en presentarme a un examen oral es suficiente para que no pueda echarme nada a la boca durante 3 días. Qué malos son los nervios. Y por si presentarse al examen no te parecía poco, luego vienen los dolores de cabeza y las pesadillas residuales al terminar. 
En días como los recientes mi padre todavía me dice: "pero, ¿por qué coges tantos nervios si ya has hecho miles de exámenes?"
Sinceramente no lo sé, aunque lo intuyo. Es una reacción superior a mí, primitiva, como lo son el hambre y el sueño. He hecho cientos... no, ¡miles! de exámenes y aún así cada prueba es un reto mayor. En vez de aprender a saltar los obstáculos, y dominarlos, cada convocatoria es cien escalones más alto y angustioso. Supongo que se debe a que ya no hablo de Conocimiento del Medio ni tengo inmensos exámenes de 2 temas.
Los nervios ante un examen son una experiencia universal. Todo el que haya pasado por esta situación, todos los que han sido o son estudiantes, saben bien a lo que me refiero. Malas noches y peores días conteniendo el estrés, el cansancio y luego el insomnio, los dolores de cabeza, las náuseas, la gente que habla en la biblioteca (como yo), los escalofríos, las ganas de acabar con tu vida y la de los que hablan en la biblioteca, la incertidumbre, el malestar y, finalmente a veces, las lágrimas. Descrito así me suena a la idea que tengo de mis futuras Guardias de Residente aunque espero que no sean tan dramáticas.
Mi padre me dijo también: "Supongo que será porque te juegas más. Ocurre como con los paracaidistas, a mí me decían que cuanto más saltaban, más miedo tenían porque mayor era la caída".
Y con estas palabras me quedé. Porque me parecieron la conclusión perfecta para mis dos útimos meses, de los que gracias a mis amigos, guardaré muy buen recuerdo y porque, entre tú y yo, mi padre sabía de lo que hablaba.

¡Feliz salto a la Rutina!

13 enero 2012

El algoritmo de mi vida

       Recientemente he estado hablando con mi amigo F. acerca de la amistad entre hombres y mujeres. Yo defendía que sí es posible pero él tenía sus dudas. Así que yo le expuse mis argumentos pero él no pareció convencerse. Por esto, y porque en Medicina todo funciona con algoritmos, hoy no te aburro con más palabrería querido lector y te dejo echar un vistazo más abajo para que puedas averiguar dónde va cada chico de mi vida. ¡Diviértete! 

Tengo curiosidad, ¿seríamos amigos?

02 enero 2012

Page 2 of 366

Ya no es momento para lamentaciones, pensar nuevos propósitos, aprender lecciones o hacer balance de lo que fue el (si me lo permiten) truculento año 2011. Fuera lo que fuera, ahora forma parte del capítulo anterior. De nada sirve echar un vistazo atrás si no es para proyectar lo adquirido, en el futuro. 
Por mi parte, el año se despidió con Sonrisas y Lágrimas en el sentido más amplio de ambas palabras. Le di un respiro a mi machacado y mustio corazón y me dejé emocionar por unas cancioncillas pegadizas con una melodía maravillosamente familiar. Y descubrí que no hay nada que me regocije más que una bonita y tierna historia de amor. ¡Aww!... Pero al caso, aparte de un ligero salto en el calendario, mi vida sigue sin cambios evidentes. Cierto es que continúo estudiando para mis exámenes de Enero (y desde aquí le envío un abrazo a C. por ser un buen amigo y aguantarme tantas horas en la biblioteca sin quejarse de dolor de cabeza), los vaqueros han encogido y me quedan más ajustados, tengo algo menos de pelo y de dinero, mis orquídeas están en peligro de extinción, mi horóscopo dice que en 2012 voy a seguir soltera y los lunes siguen siendo igual de detestable que siempre.

Mis ánimos van cayendo en picado al mismo ritmo que aumentan mis niveles de estrés en sangre aunque siempre hay un momento para dispersarse. Uno sólo.

Ya estamos en 2012, amigos. Si los Mayas se equivocan, veremos otra Nochevieja, pero para eso falta bastante aún. Mientras, sólo nos queda ponernos a funcionar, retomar las cosas donde las dejamos el 31 de Dic. (los que lo recuerden, ¡jajaja!) y continuar el camino por las páginas de nuestra nueva agenda. 

No tengo la más remota idea de qué puedo esperar de los próximos 12 meses: con qué amigos quedaré (no en plannn cita), quién me invitará a salir (ahora sí en plannn cita), qué exámenes aprobaré (espero que todos), a dónde me llevará la vida (o Ryanair), qué vestido me voy a poner (para la boda de mi amiga K.), si me volverá a retwittear @el_gallo_maximo, a qué series me voy a enganchar (si acaba Anatomía de Grey) y así sigue un largo etcétera de incógnitas. Pero, entre tú y yo, si hay algo que tengo muy claro respecto al nuevo año es que no será en nada parecido a todo lo anterior ;)

Con mis mejores deseos para un ¡Feliz Año Nuevo!

08 noviembre 2011

¿Cómo ves el vaso?

No. No hay verdades a medias ni misterios ocultos que valgan cuando nos preguntamos cómo vemos el vaso. No es una cuestión física ni psíquica. Tú sólo mira al vaso...

Ya sabes que soy una positiva casi patológica y me encantaría poder decirte que escoger la opción "el vaso está medio lleno" tiene un efecto importante en tu vida, pero eso sería una falacia (o si no lo es, debería serlo). Lamentablemente, si miras detenidamente al agua que hay en el vaso verás que por encima "el vaso está medio vacío" o también medio lleno de aire (claro, porque el aire está arriba por... alguna ley física que me tendré que estudiar si quiero aprobar Biofísica). Por tanto, no está ni medio lleno ni medio vacío sino ¡las dos cosas! ¿lo ves? No hay un vacío completo ni se está desbordando sino un término medio. Porque la vida no es tan sencilla como un vaso medio vacío o un vaso medio lleno sino el desequilibrio entre los dos.

La próxima vez que te pregunten cómo está el vaso qué diras, ¿medio lleno o medio vacío? 
Entre tú y yo, ¡lo que tú quieras!