Mostrando entradas con la etiqueta cambio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cambio. Mostrar todas las entradas

15 octubre 2012

Metas imposibles

No es que sea crítica con aquellos que desean lo más difícil aunque este post no está excento de juicio. Acepto que me digas que soy la primera en soñar el infinito y encima, perseguirlo. Creo con pasión en despropósitos de risa que forman los peldaños de mi camino. Así mi Vida es lo que es, un torbellino caótico de querer y no querer. Pero para entenderme a mí, ya estoy yo. Lo que me destroza de verdad es conocer buenas personas que fijan su meta mucho más lejos, allá por el oscuro terreno de la improbablidad. No porque ellos no sean merecedores ni tengan las aptitudes que se requieran para lograrlo, sino porque en juegos de dos hay que contar con al menos dos variables independientes y, si la otra persona no es el medio, poco veo posible que llegues al objetivo. Llegados a este punto, lo único que se me ocurre decir es: "lo siento, chico".   

26 septiembre 2012

Porque yo lo valgo

Hablar con tu madre puede ser un poco cansino irritante desquiciante agobiante. 
Ya sabes, las madres...
Y sobre qué habla uno con su madre; de casi todo, a no ser que tengas tendencia autista. Yo antes era más habladora, le contaba cada minúsculo detalle de mi apasionante vida hasta que a los 7 años tuve un par de esas cosas que llegan sin pedir permiso: hermanas. Tampoco me quejo. Más que nada porque con los años he acabado priorizando y hablando con ella las cosas más importantes, que son las que incluyen generalmente "(gastos de) dinero" (compromisos no, porque están incluidos en la categoría de gastar dinero), "facultad y curiosidades de medicina", "amigos y amor" (casi inexistente). 

     En el apartado de "amigos y amor" tengo siempre un ligero trastorno. 

Yo creo que tal vez, lo que haga sospechar a mi madre sea que, aun pareciendo buena persona (porque lo parezco) tenga amigos que se cuentan con los dedos de una mano y amores que no se cuentan con ninguna. Al principio pensaba que era tímida; luego, que no sabía hablar con los chicos; más tarde, que era rara y ya por último, que viviré hasta los 100 años como una solterona. Sí. Cuando tu madre empieza la frase diciendo "Mira esta mujer X, yo ya pensaba que se iba a quedar solterona y al final, después de tantos años, encontró a este hombre Y", es mala señal. Quiere decir que ya te da por caso perdidísimo. Incluso creo que si le digo que me fugo de casa con un gogó de discoteca, se alegraría. 

Las charlas madre-hija trascendentales ahora van sobre "a lo mejor es que tienes una idea de ti un poco... bueno, cada uno sabe lo que vale. Pero a lo mejor pides demasiado". ¡No! No soy una creída, ¿vale? Me creo lo justo y necesario; a veces ni eso. Tras este tipo de charla perturbadora vuelvo a mi rincón protector: mi mesa de trabajo llena de cosas, mi silla de IKEA y en especial, mis fotos. He tenido pocos amigos y menos novios pero soy una persona feliz. He vivido este fisco de vida a mi manera y ha sido una experiencia entre tú y yo maravillosa. Un vistazo me vale para darme cuenta de que sé perfectamente qué puedo alcanzar... ¡lo que yo quiera! Porque yo lo valgo.

¡Feliz tarde de Miércoles!

Vanidad xD (fotógrafo E.G. --- Praza da Constitución, Santiago)

20 septiembre 2012

Gente "?"

Seguro que te ha ocurrido. Y ahora con los comienzos de curso, más todavía.
Es inevitable que, al conocer a alguien, tardes un tiempo en darte cuenta de si realmente te va a caer bien o le vas a detestar. Ellos son ese gran interrogante en la ecuación de la socialización. Las reacciones pueden ser infinitamente variadas desde personas con las que conectas al instante, aquellos que nunca te cayeron bien y no sabes por qué, los que te sorprenden -positiva y negativamente, los que prejuzgas y luego ese remoto grupo de gente que no sabes cómo clasificar. Esos que aún estás conociendo y que apenas te dan una pista sobre qué puede pasar entre vosotros. Normalmente no me lleva mucho tiempo calar a la gente. Me he llevado alguna sorpresa pero en general mi ojo clínico apunta bien. Por eso me resulta tan aplastantemente desquiciante que tarde más de una conversación en determinar si "sí" o si "no". Pero amigos, me ha pasado. Ahora aparte de las dudas de dermatología y las existenciales inagotables, me veo dudas andantes por el hospital. Yo soy como Cristiano Ronaldo cuando no marca. Aléjate porque puedo explotar.  
\/\/\/\/\/\/\------ ¡¡BOOM!!------\/\/\/\/\/\/\

16 septiembre 2012

Oyéronse campanas de boda

Hace una semana que fue la boda de mi amiga K.
Qué queréis que os diga, no encontraréis en mí a la más fiel defensora de las bodas. Sólo pensar en semejante situación hace que se me sobresalten las piedras en la vesícula. Todo lo que hay que preparar durante un buen tiempo atrás para una celebración que apenas dura un día. Perdón pero entre tú y yo, la escéptica era yo. Claramente mi amiga K. me ha hecho cambiar de opinión porque, más allá del velo del cliché y la tradición, queda lo más importante que es el Amor. No sólo el de la pareja que contrae nupcias, sino el que profesan por aquellos de quienes desean rodearse en ese día tan especial. Y para mí, sentirme querida y unida a otras personas es.. ¡lo más! Incluso si ello requiere litros de laca, rulos y tacones de muchos centímetros. Ellos estaban enamoradísimos; la novia, exquisita y los demás tirábamos al aire nuestros mejores deseos para ellos mezclados con el arroz. La incertidumbre de hacía meses sobre cómo sería la celebración, se evaporó en cuanto nos encontramos reunidos en el lugar establecido. Allí un íntimo grupo de familiares y amigos disfrutamos de una velada donde la luz y el color los ponía sin duda mi amiga K y su radiante marido. 
Para ellos les deseo toda la Felicidad posible y un sincero ¡¡Vivan los Novios!!   

15 septiembre 2012

El desubicado, el yogurín y el triste

Estas fueron mis tres oportunidades de ligue la noche pasada durante la fiesta del Cristo, aquí en La Laguna.
Los tres eran conocidos míos; del pasado, claro. Alguno era de un pasado más lejano que otro pero aún así no escaparon a mi ojo clínico. El hecho de encontrármelos en una misma noche siendo ellos de tan diferentes círculos de amistades me hizo ver que: primero, la fiesta del Cristo recibe cada año mucha mayor acogida y segundo, que debo tener un mal karma acumulado de narices desde hace varias vidas. Yo me aterraba por momentos. Tenía la sensación de quien estando a punto de morir, ve pasar ante sus ojos el resumen de su vida. ¿Será la señal de que puedo seguir adelante; como un desfile apoteósico de aquellos que alguna vez compartieron un capítulo de la historia conmigo?. Entre ellos y yo había existido un sí, un no y un tal vez. Quizá era hora de dejar marchar y olvidar tanta indecisión. Quizá soy yo sola la sentimental. Sea como fuere, ¡por favor que se me meta bien en el coco no volver a pisar nunca la misma piedra!  

22 julio 2012

El Síndrome "Lo quiero"

Esto es lo que tengo yo.  Me lo acabo de auto-diagnosticar. 
El Síndrome "Lo quiero", el ardiente enamoramiento platónico, el sí porque sí, el deseo por lo que no se tiene, querer lo que no se desea, desear algo sin quererlo. Son múltiples las maneras de llamar a un mismo fenómeno. Sin causa diagnosticable o preliminares ponderables. Sólo ese agrio sabor que precede a la consecución del deseo. Irresistible. 

El por qué tendrás que imaginartelo; no te lo sé decir. Lo que me parece sorprendente es cómo mi mente juega conmigo y me hace desear salir cuando estoy en casa, y quedarme en casa cuando estoy fuera; el pelo corto cuando lo tengo largo, y el largo cuando lo llevo corto; el frío cuando hace calor, y poder ir a la playa en invierno. Cómo llamar a tal discrepancia entre mi psique y yo si no. Sería algo más sencillo si al conseguir aquello otro que no tenemos, nos sintiéramos realizados con ello; pero no te engañes, pues conseguirlo sólo te hará desear lo contrario. Sin más, acabas en un bucle de querer y des-querer peligroso. Al final puede que termines sin saber qué quieres de verdad. Conocerse a uno mismo es un rollazo...   
 

03 julio 2012

¿Adoptas a tus amig@s?

Un amigo me dijo que no podía evitar hacerlo con aquellos que más le importaban. Obviamente, no tengo problema en entender esa actitud, pero me rechinan los dientes al ver su resistencia a creer que eso no es lo más acertado. No exenta de complicaciones me he visto obligada a aprender a la fuerza, que no podemos apadrinar a nuestros amigos ni evitarles los errores.
Adopté completamente a mi mejor amiga hasta el punto de hacer las cosas por ella. 
Y ese fue mi mayor error; convertir mi rol de hermana mayor en mi actitud ante la vida y ante mi mejor amiga. No puedes vivir dos vidas, la tuya y la de tus amigos. Ni comenter el doble de errores, los tuyos y los suyos. Evitar el golpe de los demás, por mucho que los queramos, no es saludable para ellos. Porque al mismo tiempo que les evitas la caída, les privas de aquello que debían aprender mientras lo hacían. Sólo puedes estar a su lado; escuchar, no como un padre sino como un amigo, que es todo lo que ellos necesitan que seas. Puedes ayudar, pero no por tomar parte activa en el proceso de solucionarle los fregados vas a resolverle nada. Lo más probable es que termines tan liado por el asunto como tu amig@. En las contadas ocasiones en las que al intervenir resultes útil y consigas una victoria para ellos, serás el protagonista de su agradecimiento y quizá, su reconocimiento por un tiempo. Pero, sólo le habrás enseñado a darte las gracias. Y el mérito que debían saborear ellos al madurar, te lo llevas tú.
Mi amiga se acostumbró a cuestionarlo todo y a consultar(me)lo todo. Hubo muchas cosas que quise hacer por ella, porque la quería. Y las hice. La nuestra fue una amistad de desiguales. Ella me veía demasiado arriba y yo sólo era capaz de sentirme satisfecha por ser importante para ella. El día que todo termino entre ella y yo, se lo llevó todo. Mis triunfos, mis consejos y todo lo bueno que le había dado, dejándome ante la soledad que acompaña a las dudas. Sólo al caer de nuevo en el mundo de los mortales vi el error que había cometido.

29 junio 2012

Panteón

Por cierto, el Taj Mahaj me parece precioso
Si no, mausoleo es lo que se está haciendo mi vecino de al lado. Porque no hay otra forma de llamarlo. Bueno, sí que hay otra manera, y es: "como rebajes un centímetro más la pared, te va a caer una denuncia". 
Todo empezó una agradable noche (sí, noche) de un viernes (sí, viernes) del pasado Mayo. Estábamos viendo una película en el salón. Estaba acabándose, así que tendrían que ser alrededor de las 11 de la noche. Entonces, empezaron los golpes en la casa de al lado. ¡Pum, pum, pum! Así empezaron y así continuaron al día siguiente; y al otro; y al otro. Al principio fueron fuertes. Tanto que, las figuras empezaron a caerse de los muebles por la vibración de la pared. Mi madre fue a hablar con él, o en este caso con los obreros porque por allí no había ni rastro del propietario. Él había cogido sus cosas y se había mudado a Acapulco (yo qué sé...) porque le molestaba el ruido. Esa fue la primera vez que mi madre se quejó. Esa misma tarde pasó por nuestra casa el propietario quien, por miedo a que llamáramos a los del Seguro amablemente, se ofreció a compensarnos económicamente por los desperfectos.
 
Mi madre empezó a tener más dolores de cabeza. Mi padre se propició unos cuantos viajes cabreado a la casa del vecino en diferentes ocasiones. Yo hacía todo lo posible por estar fuera de casa, cosa que no era difícil porque, estando en medio de exámenes, prácticamente vivía en la biblioteca. Ellos trabajaban a conciencia mañanas y tardes, sábados desde las 8 am y domingos desde las 9 am. Obviamente no se oían martillazos cuando había partidos de España (¡gracias Eurocopa!). 
 
La última vez que mi padre estuvo al lado, nos contó que el Señor D.L. había lijado toda la pared quitando el dibujo que tenía originalmente y había eliminado una pared para conectar el salón con el balcón. Luego había puesto el zócalo nuevo desde las habitaciones de atrás, por todo el pasillo y las estancias ampliadas. Cambió las puertas pero no se conformó con quitar las viejas y poner unas nuevas sino que modificó la estructura del marco también. Entre tú y yo: panteón. 
 
Esta semana terminaron las obras; un mes después. 
Ahora toca empezar a poner los cuadros nuevos (mierda, mierda, mierda).         
 

21 junio 2012

Mi propio agujero negro

Una vez me dijo mi amigo K. que yo tenía mi propio agujero negro, que cada vez iba atrapando a más gente.
La razón por la que dijo esto es sencilla: porque hay muchas personas que me caen mal. No suele ser así desde el principio; salvo por algunas excepciones que, sin tener motivo me llevan al rechazo. ¿Instinto? ¿Impertinente? ¿Prejuicos? Vale, lo que sea. El caso es que cuando esto ocurre, hago lo que yo llamo "pasar página". Me gusta bastante, le llegué a coger el truco rápidamente y hubo incluso una época de mi vida que era un continuo pasa-páginas. Esto no es natural. O sí. Porque según las leyes físicas de los agujeros negros, lo habitual es absorber materia (véase personas). Muy pocas veces he ido al rescate de alguien que se había perdido en las profundidades de mi agujero negro. Tengo poca paciencia, qué te digo. Y la poca que tengo, la alargo para llegar al máximo rendimiento en aquello que realmente merece la pena. Por eso es que a mí no me valen palabritas entre tú y yo como "podemos quedar como amigos" o "vamos a darnos un tiempo" o "no puedo darte lo que necesitas". Tampoco soporto la falsa modestia "ay, llevaba el examen fatal pero al final aprobé (nota=9'8)". Me resulta fácil desprenderme de la gente con la que no me siento cómoda o a la que no trago

¿Mecanismo de defensa? Ya te digo... y de ahorrar tiempo y energía cósmica.
Deb's own Black Hole

20 junio 2012

El bolso vintage

La vintage es una corriente que no alcanzo a comprender ni termino de captar. 

Mi amiga Y. sí que la entiende perfectamente. De hecho me parece que todo lo que lleve la etiqueta "vintage" esté hecho para ella pues sabe darle estilo a cualquier pieza. Y vaya si le sienta. La máxima extravagancia en ella queda en armonía y le confiere ese garbo al caminar del que sólo ella puede presumir. Pero yo... 

Yo, que me he recorrido las mil calles del barrio Vintage, que he saqueado sótanos con Chanel y recorrido Portobello Road hasta el final (ida y vuelta)... yo, sigo sin dejarme seducir por el bolso más vintage. En mi casa tengo una caja llena de cachibaches viejos que me parecen eso, viejos. Quizá la falta de visión me hace pensar en esas cosas más como piezas de colección que de vestuario. Aunque es verdad que no soy insensible a la moda y me gusta pasear por la calle a la espera de ser sorprendida por alguna prenda rara o, como me ocurrió ayer en un centro comercial, por un bolso de cocodrilo clásico en manos de una mujer joven. Fascinantemente curioso.

Entre tú y yo, me gusta pero no es para mí...   
Portobello Rd, London 2010

19 junio 2012

Orgullo y prejuicio

Con mi recién estrenado tiempo libre he decidido hacer algo de provecho. Así que ayer estuve un buen rato dando vueltas por Facebook. Eché un vistazo a las últimas actualizaciones de mis contactos, a las numerosas fotos de playa, excursiones y fiestas varias. Guau. Yo aún no he tenido tiempo de llevar a cabo mi plan de pasarme por la biblioteca a buscar el libro más gordo que encuentre (que seguramente será Los Pilares de la Tierra) y ya la gente ha hecho todo eso. Bueno, pero a lo que yo iba... resultó que entre las fotos de mis amigos encontré una cara conocida. 

Se trataba de una chica un curso mayor que yo, a la que, por motivo de estudios había visto mucho durante el último año: es la primera en entrar a la biblioteca cada día. Y no contenta con eso es la guardiana del silencio hasta que se marcha, bien entrada la tarde. Esto no me molestaría si no fuera porque aún conociéndome, me manda a callar igual que a una hormonada estudiante adolescente cuando comento algo con mis compañeros. Al principio no tenía motivos para ser tan antipática conmigo (y con todo el mundo) hasta que casi la atropello un día en el parking de Medicina. ¿Qué quieres? Salió a toda mecha detrás de una furgoneta con cristales negros. Meses y meses viéndonos a diario y nada, ni un triste hola. Quien dijo que el estudiante de medicina tiene espíritu comunicativo no conoce a esta chica. En la foto en la que la reconocí ni siquiera estaba sonriendo y eso que estaba rodeada de amigos. Tenía la misma cara estresada que llevaba siempre. Recordé la última vez que nos vimos: yo entraba a los servicios de la biblioteca (que asco de vida tengo) cuando justamente ella salía, casi nos chocamos. ¿Tú oíste cómo dijo hola? Porque yo tampoco. Será una de esas personas que no hablan con desconocidos ni conocidos. A lo mejor, inconscientemente, se aisla en su burbuja sin creer necesaria una mínima comunicación con el mundo exterior. A lo mejor, ella es así. Pero es que, por alguna razón, yo creía que eran características humanas la empatía y la simpatía. 

Lo más probable es que sea alguien excepcional y entre tú y yo esté sesgando su persona con mis comentarios pues nadie me manda criticar sin conocer. Pero es inevitable que sienta un cierto resquemor por su orgullo, que hiere el mío, cuando me parece ser invisible ante los ojos de alguien que, siendo como yo, se cree lo bastante alto como para no verme. Estoy aquí, gracias.    

11 mayo 2012

¿Cuál es tu etiqueta?

     Es un mal vicio ponerle etiquetas a las personas. 
     Por desgracia es un vicio que acostumbro hacer entre tú y yo

Últimamente me he dado cuenta de que, al encontrarme con alguien de mi pasado enseguida me viene a la cabeza un breve resumen -un flash, de cómo esa persona ha influido en mi vida. Lo que más me llama la atención es que, lo que recuerdo son, en su mayoría, las cosas malas. Eso que dicen (incluso yo misma) de que los pequeños momentos son los que cuentan, es pura mentira porque si en algún momento la cagaste, al fin y al cabo, la cagaste. Y es más fácil de recordar esto que mil pequeños momentos porque es más notable y menos numeroso. No son prejuicios pues no se prejuzga algo que se conoce.

Lo peor de todo es que estoy segura de que ellos, al igual que yo, van por el mundo repartiendo etiquetas. Me pregunto si ellos serán más benévolos que yo y si recordarán lo bueno que he hecho o se limitarán a emitir su veredicto. Me pregunto qué etiqueta llevaré yo.

Ay amigo, qué va a ser de mí...

02 mayo 2012

Por enésima vez ¡yo no tengo porno!


Eso mismo decía esta tarde cuando mi portátil murió a las 15:35 por culpa de un virus. Las tareas de reanimación me llevaron toda la tarde y suplicando estaba para que no se me borrara nada. ¿Qué ocurrió? Que mi ordenador "cogió un bicho", el virus Ukash conocido como el virus de la policía porque cuando se te queda bloqueado el ordenador te aparece una pantalla, con el icono de la Policía Nacional y todo, que te pide el ingreso de 100€ através de Ukash por tener en tu ordenador pornografía, material terrorista y por SPAMear mensajes de ese tipo.Ya...

La primera catástrofe ocurrió en el ordenador principal de mi casa, que es el de mi padre, hace ya unas cuantas semanas. Cuando mi madre y yo lo vimos, visualizamos al momento la reacción de mi padre al vover a casa ... cogería la torre y la lanzaría por la ventana, acabando así con los problemas tecnológicos... pero para evitar que esto sucediera decidimos investigar por nuestra cuenta y tratar de solucionarlo. En vano. Dos horas más tarde seguíamos igual que al principio: en modo seguro y con nulas perspectivas. Entonces llamé a unos amigos (¿para qué si no?) y resultó que D., el primo de mi amigo C., está en Informática y supo en 0,2 segundos poner solución al problema y al brote de cólera en potencia de mi padre. 

Hasta ahí todo quedó en anécdota. 

Pero hoy... ¡ha aparecido en mi ordenador! Por alguna extraña razón, en mi familia tenemos una atracción natural por los problemas tecnológicos. Yo al menos los llevo mejor que mi padre, no hago amago de tirar nada por la ventana, sólo me cabreo un poco y amenazo con comprarme un ordenador nuevo. ¡Juajuajua! Pero este virus no sabía en dónde se metía porque en cuanto lo detecté con mi agudo ojo clínico (la pantalla se bloqueó y empezó a encenderse y apagarse sin control) puse la maniobra de rescate en marcha. ¿Quieres saber cuál es? Pues lo siento, pero eso quedó patentado entre D. y D.. (En verdad es que no me apetece escribir el rollo tecnológico en el blog pero vamos, quien tenga dudas, que pregunte) :)

¡Buenas noches!

19 febrero 2012

La Gambada

Nada tiene que ver con la Lambada. Más bien con meter la gamba
Y lo del color rojo de la imagen... no va mal encaminado.

Resulta que había un chico y, para qué engañarte, me gustaba. De hecho desde que lo conocí hace bastante tiempo, me había llamado la atención y sospechaba que él podía tener cierto interés en mí. Pero por alguna siniestra razón, nunca habíamos conectado en un buen momento. O él tenía una relación con otra persona o yo estaba muy ocupada con los exámenes o la que tenía una relación era yo o el ocupado era él. Con los años se sucedieron todas estas situaciones, todos los caminos llevaban a callejones sin salida y, ya al final, desistí de albergar ninguna esperanza y lo olvidé. Hasta el otro día.

Quizá el aburrimiento, la irremediable soledad o la esencia del oportunismo hicieron que viera en él una respuesta positiva a mi reclamo. En menos de lo que me esperaba me vi atrapada en un carrusel de lo más dulce y excitante pero, al fin y al cabo, en vano. Porque no hay peor maldad por parte del destino que condenarte a terminar en el punto de partida. Como si no hubiera ocurrido nada ni hubieras aprendido nada por el camino. Así me sentí yo cuando, después de semanas de atenciones, caricias, cafés y palabras suaves contemplé como me eliminaban de un juego para un jugador, que encima no era yo. Amarme hubiera sido un error, me vino a decir. Ya... a ver, ¿qué iba a decir si no? Pues, cualquier chorrada como esta. 

Y, ¿recuerdas aquel post-it? Pues no era de él...  

Eso sí. Se las ingenió para, con una jugada magistral, tomar y llevarse consigo el favor de mi confianza y la amistad que yo, en un intento por acercarme a él, le había ofrecido. Creía que podía compartir sus secretos conmigo. Pero no hizo sino equivocarse al creer que podía coger sin dar pues el universo no es sino un equilibrio, al menos el mío, y sin unas proporciones justas entre tú y yo está destinado a no funcionar.


¿Qué me había pasado? ¿Cómo había podido picar tan fácilmente? No lo sé. Lo más fácil sería pensar que fui una tonta y que a los hombres no hay quien los entienda, en un amago de dar una excusa casi convincente. Puede que estas afirmaciones no sean del todo erróneas pero por querer creer que valgo algo más que eso diré que el corazón tenía razones que la razón no entendía

Ahora, con el ánimo hecho pedazos y la decepción bajo el brazo, veo cómo se aleja otro imposible no sin cierta satisfacción por albergar en mi conciencia la tranquilidad de saber que le brindé el beneficio de la oportunidad. Que sucediera o no ya escapa a mi control pues no está en mi poder determinar en qué medida las circunstancias me son favorables o no. Sólo podemos confiar en que la vida nos envíe algún día aquello que anhelamos y que, cuando aparezca, sepamos reconocerlo. 

02 enero 2012

Page 2 of 366

Ya no es momento para lamentaciones, pensar nuevos propósitos, aprender lecciones o hacer balance de lo que fue el (si me lo permiten) truculento año 2011. Fuera lo que fuera, ahora forma parte del capítulo anterior. De nada sirve echar un vistazo atrás si no es para proyectar lo adquirido, en el futuro. 
Por mi parte, el año se despidió con Sonrisas y Lágrimas en el sentido más amplio de ambas palabras. Le di un respiro a mi machacado y mustio corazón y me dejé emocionar por unas cancioncillas pegadizas con una melodía maravillosamente familiar. Y descubrí que no hay nada que me regocije más que una bonita y tierna historia de amor. ¡Aww!... Pero al caso, aparte de un ligero salto en el calendario, mi vida sigue sin cambios evidentes. Cierto es que continúo estudiando para mis exámenes de Enero (y desde aquí le envío un abrazo a C. por ser un buen amigo y aguantarme tantas horas en la biblioteca sin quejarse de dolor de cabeza), los vaqueros han encogido y me quedan más ajustados, tengo algo menos de pelo y de dinero, mis orquídeas están en peligro de extinción, mi horóscopo dice que en 2012 voy a seguir soltera y los lunes siguen siendo igual de detestable que siempre.

Mis ánimos van cayendo en picado al mismo ritmo que aumentan mis niveles de estrés en sangre aunque siempre hay un momento para dispersarse. Uno sólo.

Ya estamos en 2012, amigos. Si los Mayas se equivocan, veremos otra Nochevieja, pero para eso falta bastante aún. Mientras, sólo nos queda ponernos a funcionar, retomar las cosas donde las dejamos el 31 de Dic. (los que lo recuerden, ¡jajaja!) y continuar el camino por las páginas de nuestra nueva agenda. 

No tengo la más remota idea de qué puedo esperar de los próximos 12 meses: con qué amigos quedaré (no en plannn cita), quién me invitará a salir (ahora sí en plannn cita), qué exámenes aprobaré (espero que todos), a dónde me llevará la vida (o Ryanair), qué vestido me voy a poner (para la boda de mi amiga K.), si me volverá a retwittear @el_gallo_maximo, a qué series me voy a enganchar (si acaba Anatomía de Grey) y así sigue un largo etcétera de incógnitas. Pero, entre tú y yo, si hay algo que tengo muy claro respecto al nuevo año es que no será en nada parecido a todo lo anterior ;)

Con mis mejores deseos para un ¡Feliz Año Nuevo!

26 octubre 2011

Reciproci... ¿qué?


Hoy, al llegar a casa, no tuve más remedio que aparcar el coche bastante lejos. Además de estar bastante cansada tuve que caminar un tramo. En mi trayecto me crucé de frente con un chico bastante bien parecido que me dijo "hola" pero no lo conocía, así que no le respondí al saludo y seguí caminando. Para cuando llegué al portal de mi casa aún seguía tropezándome con mi estupidez y mi fanfarronería.
Más tarde, tuve que salir a la calle de nuevo y para mi gozo estaban poniendo multas a un par de coches mal aparcados. Saqué la llave del coche y uno de los policías se quedó mirando, a la espera de comprobar si yo era dueña de alguno de aquellos coches. Entonces dije "hola". Pero si hubo respuesta se evaporó antes de que yo pudiera escucharla.
Recordé en ese momento, lo que había ocurrido antes y no pude evitar la asociación. Recibimos lo que damos; llámalo karma, destino, causa-efecto... Aunque creer esto es un acto de fe y sin base que lo sustente, aparece vulnerable frente al arrollador puñado de nombres de "gente buena a la que le ocurren cosas malas" que podría citar ahora mismo. A lo mejor sí que unos nacen con estrella, otros nacen con la luna y otros, con nada. A lo mejor, creer que podemos influir en lo que nos da la vida es creer que tenemos demasiado poder. Pero entre tú y yo, ¿y si lo del factor suerte era mentira? Yo por si acaso, seguiré pensando en positivo pero con los dedos cruzados ;)