Mostrando entradas con la etiqueta crisis. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta crisis. Mostrar todas las entradas

02 mayo 2012

Por enésima vez ¡yo no tengo porno!


Eso mismo decía esta tarde cuando mi portátil murió a las 15:35 por culpa de un virus. Las tareas de reanimación me llevaron toda la tarde y suplicando estaba para que no se me borrara nada. ¿Qué ocurrió? Que mi ordenador "cogió un bicho", el virus Ukash conocido como el virus de la policía porque cuando se te queda bloqueado el ordenador te aparece una pantalla, con el icono de la Policía Nacional y todo, que te pide el ingreso de 100€ através de Ukash por tener en tu ordenador pornografía, material terrorista y por SPAMear mensajes de ese tipo.Ya...

La primera catástrofe ocurrió en el ordenador principal de mi casa, que es el de mi padre, hace ya unas cuantas semanas. Cuando mi madre y yo lo vimos, visualizamos al momento la reacción de mi padre al vover a casa ... cogería la torre y la lanzaría por la ventana, acabando así con los problemas tecnológicos... pero para evitar que esto sucediera decidimos investigar por nuestra cuenta y tratar de solucionarlo. En vano. Dos horas más tarde seguíamos igual que al principio: en modo seguro y con nulas perspectivas. Entonces llamé a unos amigos (¿para qué si no?) y resultó que D., el primo de mi amigo C., está en Informática y supo en 0,2 segundos poner solución al problema y al brote de cólera en potencia de mi padre. 

Hasta ahí todo quedó en anécdota. 

Pero hoy... ¡ha aparecido en mi ordenador! Por alguna extraña razón, en mi familia tenemos una atracción natural por los problemas tecnológicos. Yo al menos los llevo mejor que mi padre, no hago amago de tirar nada por la ventana, sólo me cabreo un poco y amenazo con comprarme un ordenador nuevo. ¡Juajuajua! Pero este virus no sabía en dónde se metía porque en cuanto lo detecté con mi agudo ojo clínico (la pantalla se bloqueó y empezó a encenderse y apagarse sin control) puse la maniobra de rescate en marcha. ¿Quieres saber cuál es? Pues lo siento, pero eso quedó patentado entre D. y D.. (En verdad es que no me apetece escribir el rollo tecnológico en el blog pero vamos, quien tenga dudas, que pregunte) :)

¡Buenas noches!

01 mayo 2012

Supéralo, no soy racista


Me conocen por ahí como una persona que no presta atención a los comentarios de la gente, ni a las críticas, en lo más mínimo. Es agradable que hablen (bien) de uno pero entiendo que es imposible estar en las mentes de todos para controlar lo que piensan de nosotros así como es imposible caer en gracia a todos. A pesar de ello, tengo cierta debilidad por las injusticias pero eso es otra historia...

Y la que me trae hoy aquí es la de cómo mi profesora de filosofía del instituto detectó que yo era racista. Mm, no recuerdo qué dije ni cómo lo dije pero la cuestión es que por usar la palabra "raza" pasó a señalarme como racista. Guau. "No son razas, sino etnias" -me dijo ella. Sí, me chocó bastante que me dijeran eso con 16 años y, sin saber muy bien por qué, tuve que disculparme por la educación que recibí y que me había enseñado a usar esa palabra. 

Empecé a pensar en si cabía dicha posibilidad. "Somos todos iguales" -me dijo una compañera que me pilló desprevenida luego, en el pasillo. Yo con mi gran ojo clínico argumenté "nah, somos diferentes". El debate ese y muchos otros días siguió con una argumentación aplastante por ambas partes del tipo "que no, que somos iguales" "que no, que somos diferentes". Al final yo ya no sabía ni qué decir así que opté por callarme, borrar el registro raza de mi cabeza y pasar a ser más diplomáticamente correcta y menos racista.  

Entre tú y yo, mi profesora estaba media pallá, todo hay que decirlo. 

Con el tic tac del tiempo, algunos paseos por el mundo y esto de ser proyecto de médico pues vas conociendo gente, de todas partes, de todos los colores y mira tú si me importan a mí esas cosas... pff, ¡para nada! Pero tanto correr y ya ves, aún hoy me pregunto -no sin algo de temor, si no habría una parte de verdad en aquella afirmación. Todos mis apuntes tienen datos demográficos por razas y tipos de piel por color. No es culpa mía, la ciencia está hecha así; identifica, clasifica y valora los rasgos objetivos que nos diferencian como individuos y es esta información la que usamos a diario para comparar unos grupos con otros. No es racismo, es pragmatismo. Y es lo único que me llevó aquel día y todos los demás días a decir que somos diferentes (menos los gemelos univitelinos, que son clavaditos). 

La semana pasada tuve prácticas de Medicina Legal en el Instituto de Toxicología, que en castellano viene a ser donde se llevan a cabo las autopsias por muerte no natural (accidente, homicidio o suicidio). Resultó que uno de los casos era una persona de otra etnia. Cuando el forense lo vio dijo "vaya, nadie me había avisado de que era de esta etnia". Una compañera me dijo "¿acaso importa?". Adivina lo que me vino a la cabeza y qué respondí...


"Supongo que al forense le importa un pepino de qué etnia sea, pero estamos hablando de una información que identifica un cuerpo y supongo que obviamente será importante, igual que se pone en los informes que hay un cuerpo de un inglés o que tiene los ojos azules..."

¿Soy racista por esto? 
Pff, yo ya no sé... dímelo tú. 

16 abril 2012

Vil envidia

Como mi historia es larga, tomemos varios puntos al azar...
Cuando estaba en 2º de Primaria sentía gran envidia por L. mi compañera de clase. En particular por su pelo largo, lacio y rojizo que no tenía nada que ver con el mío que era corto, cargado y castaño oscuro -casi negro. 
 
En 2º de la ESO, mi objeto de envidia también estaba relacionado con la estética y, en especial, con el pelo de mi amiga V. De alguna manera era obvio que yo aún no había sido capaz de encontrar mi imagen ideal. Ella tenía el pelo negro, largo y además, ese curso llevaba unos rizos que a mí me parecían perfectos. Luego descubrí que se había hecho una permanente (como las viejas -pensé) y eso le quitó mucha parte del encanto que yo creía natural.

Cuando llegué a 2º de Bachillerato, eso sí que fue un gran paso. Por esta época ya había resuelto casi todos mis problemas de imagen; había conseguido domar mi pelo y cuando por algún motivo me superaba, simplemente lo dejaba en manos de la peluquera. Durante ese curso la verdad es que no tuve mucho tiempo de abstracción ni distracción por cosas mundanas sin importancia como la vida misma. Aunque sí recuerdo que sentí gran cantidad de envidia hacia los universitarios el día que fuimos a conocer la Universidad. Cuando entramos en el recinto y contemplé aquella estampa del Campus de Guajara, con la biblioteca de cinco plantas, el aulario y el césped, quise poder adelantar un año entero y formar parte de aquello en aquel mismo instante.    

Ayy señor, qué bien me embaucaron. Luego resultó que cuando entré en la Facultad de Medicina de césped na nai, la biblioteca sólo tenía una planta y bueno, estaba todo lo demás que mejor no especificar...

En 2º de carrera, tampoco tenía mucho tiempo libre. Ese curso fue una lucha constante; era Bolonia o nosotros. Luego resultó que no era Bolonia sino el EE(...)S (Espacio nosequé de Educación Superior) aunque igualmente se salió con la suya. Si me preguntan por qué podía sentir envidia en aquella época, diría que nada, pues una vez empecé la carrera se fueron cumpliendo los objetivos que me había propuesto: estudios, amigos, novio, fiestas, viajes, coche, etc. al menos de momento. Si me preguntaras cómo veo todo eso ahora, te diría lo que pienso honestamente; pero he dicho si me preguntaras... 

En general no me considero una persona envidiosa. Soy feliz con lo que tengo aunque tuviera mucho menos de lo que tengo. No es conformismo, es saber apreciar lo que poseemos en cada circunstancia. Quién no quiere ropa mejor, un coche más rápido o una nota más alta. Todos -a mí no me engañas. Pero no por envidiar al de al lado vamos a conseguir lo que queremos. Además, entre tú y yo, es un gasto de energía innecesario.  

¡Feliz Lunes!