28 marzo 2012

Un nuevo prólogo

No es sencillo empezar de nuevo, abrir un nuevo libro. 
Algunas veces puede ser verdaderamente costoso. 
Otras, simplemente inevitable. 
Viejos amigos, corazones rotos y, en general, personas que van y vienen en nuestra vida por azaroso antojo... cuántas no conocemos que, al pensar en ellas, nos hacen recordar todo aquello que dejamos atrás y que pertenecen ahora al pasado, a lo perdido, -casi- a lo olvidado. Malentendidos, distancia, silencios incómodos o simplemente nada... y todo. Miles de razones por las que una persona en tu vida puede un día marcharse -intencionadamente o no. Y así, sin más, se va. Entonces descubres que, donde antes había respuestas se ha instalado el eco de tu voz, reflejo de una huella y un vacío. Lloras a solas. Acechas cómo es tu existencia sin esa persona y descubres cómo palidece frente a la riqueza que con ella disfrutabas. Te sorprende cómo de importante era su presencia para ti. Pero no es la moraleja de la vida detenerse a reflexionar, sino continuar después de la pausa. Y dejar así que el tiempo trate de reparar la herida y libere la tristeza que albergas para dejar espacio a lo nuevo. Cómo si no podríamos continuar explorando los caminos de la vida y evolucionar hacia una mejor versión de nosotros mismos. Cómo si no íbamos a descubrir nuevas personas, nuevos amantes, nuevas experiencias.

Al principio dudas que puedas encontrar a alguien como tu mejor amiga, novio, colega, vecino... Cuando lo encuentras, dudas sobre cómo pueda recibirte y llegar a conocerte tan bien como lo hacía la otra persona pero ¡ah! en ello reside lo especial, en darte cuenta de que sí hay alguien nuevo a quien poder contárselo todo, con quien volver a hablar sobre tus inquietudes, que no le importe comer extra de chocolate contigo, acompañarte a la peluquería o querer pegarle a tus exs. Y en poco tiempo pones al día tu vida, la resumes, te ríes de lo que puedas y compartes alguna lágrima más. Saboreas los sinsabores de "aquella época" y aquella gente y, entre tú y yo, no sin cierto recelo, cierras el libro con un buen epílogo. 

Kew Gardens, London

25 marzo 2012

Día Mundial de la Salud

Ayer, sábado 24 de Mar celebramos el DMS en la Plaza del Cristo de La Laguna. 

Estaba despejado, hacía sol y allí estuvimos desde temprano una tropa de estudiantes de Medicina preparados para medir y pesar, preguntar y responder, enseñar y aprender, escuchar y contar...  algunos por primera y otros por enésima vez pero todos igualmente motivados. Sería una pena no dejar constancia en este mi diario personal una breve reseña sobre un sábado diferente; aunque por supuesto, esas historias quedan entre los pacientes y yo.    




21 marzo 2012

Calypso

Queridos lectores, sé que habéis notado una ausencia...
No es que uno quiera esconder lo que está pensando. O sí. 
Nunca fui persona que se guarde más que los secretos ajenos. Y a veces ni eso. Yo soy persona hecha para la comunicación, en ambos sentidos. Por eso, las personas que me conocen saben que, cuando menos hablo, es cuando más tengo qué decir. Pero tal vez por eso de ser una persona reflexiva me lo guardo y lo arrimo a un lado hasta que más tarde puedo volver a darle vueltas al asunto. 

Ni qué decir tiene que las prácticas de medicina (y los exámenes, ya que estamos) limitan mucho el tiempo de musitación y contemplación. También dan mucho en lo que pensar. 

Hay experiencias que te cambian y cambian el modo en que ves tu vida; un mes de prácticas en Oncología resultó ser una de ellas. Y aunque no es mi intención desmenuzar aquí todos los entramados de mis inquietudes durante ese tiempo, sí diré que cada día que miro más de cerca la actividad de los médicos, aumenta el respeto que siento por esta profesión y todos los que con ella están relacionados. Asimismo, no es un misterio que la vida es muy corta, que la salud es lo más importante, que las enfermedades son malas y que el azar sí existe y no conoce sobornos.

En días como los recientes doy gracias porque de pequeña me dieran un balonazo en el patio del colegio y me hicieran lista. De otro modo no estoy segura de que hoy me sintiera tan realizada pues con el tiempo pocas cosas han venido ha completarme por completo. No es que esté insatisfecha del todo. Es simplemente que hay situaciones con las que te identificas más que otras y con las que te sientes mejor, te sientes . Como en mi caso ocurre al tener un volante en las manos, un fonendo en el cuello o al estar en Londres. Entre tú y yo, no quiero pensar qué podría ocurrir si algún día llego a juntar las tres...
Fantasías (eróticas y no eróticas) aparte, espero que en breve el polen del ambiente me haga despertar de este trance apático que estoy pasando. La primavera es demasiado bonita como para no enamorarse de las flores, de ti... ¡de todo!

¡Feliz Miércoles!

20 marzo 2012

Despertar

Priory Avenue, London
Había amanecido. Un nuevo día me hacía guiños desde la ventana y un cálido sol de Marzo acariciaba mi pelo, en la almohada. A lo lejos se adivinaban voces inciertas y un vespertino tráfico transeúnte; fuera parecía que el mundo continuaba con sus tareas matinales mientras que a mí no se me escapaba que hoy era un día ...diferente.
Y aquel silencio de sentimientos. No era capaz de recordar qué lo había ocasionado pero lo cierto es que ahora se había instalado en mi tiempo y ocupaba cada uno de mis pensamientos. 

Aún era temprano y remoloneaba sin ninguna intención de levantarme aquella mañana. Al menos así fue hasta que oí ruidos en la cocina y más tarde, un familiar aroma a café recién hecho vino por fin a despertarme. Era evidente que no podía controlar lo que ocurría a mi alrededor y al parecer, tampoco en mi interior donde todo iba despacio, lentamente. 

Ajena a lo que pudiera desear me levanté. Y con la promesa de un desayuno caliente dejé que una vez más, fuera la rutina la que me trajera de vuelta a la realidad.   

Deb Pita
(extracto de mi futuro libro) XD 

06 marzo 2012

¡Con un par de huevos!

Estos días he estado de antojo. 
Como si estuviera embarazada (que no) y sólo quisiera helado (que tampoco).  
Tú sabes a lo que me refiero. El cuerpo te pide algo desesperadamente. A veces te tiene en vilo un tiempo hasta que identificas el objeto del deseo. ¡Incluso llegas a angustiarte! Das una vuelta y buscas inconscientemente aquello que deseas echarte a la boca (en sentido digestivo,  no me malinterpretes).

En mi caso, por fin hoy descubrí qué era... Sí, he descubierto que soy una amante de la cebolla frita. Pero mejor que esto quede entre tú y yo, porque ni con toda la lírica del mundo podría explicar lo mucho que me gusta algo que se sirve bien caliente y con un par de huevos ;)

¡Que aproveche!