01 junio 2014

¡Hasta pronto!

Con el tiempo, me resulta cada vez más complicado despegarme del blog. En momentos en que he estado sin escribir entre tú y yo se me han ocurrido mil historias que luego, quedaron en nada. No quiero que, mientras preparo el MIR, me pase eso. No te asustes, esto no es una despedida. Al contrario, quiero presentarte mi nueva casa. Por supuesto, de alquiler. Está en Madrid, en un barrio tranquilo, muy cerca de la sede de mi academia. 
Aquí puedes seguir encontrándome. Para leerme o contarme lo que quieras. Nada va a cambiar, salvo mi nueva ubicación. ¿Qué esperar? Mis peripecias con el MIR y mi aventura en la ciudad. Espero que disfrutes con este pedacito de mí que dejo bajo estas palabras, en este sitio maravilloso que tanto trabajo y tiempo me ha llevado construir. Volveré. Ojalá te entre el gusanillo y quieras más. Tendrás que venir hasta mi nueva casa "Aquí, en Madrid". 
¡Hablamos pronto amigos!

28 mayo 2014

Ocaso

El domingo después de ir a votar no hice prácticamente nada. A mis padres les gusta ir temprano para no tropezarse con medio barrio. Y yo soy su hija, heredé todos sus cromosomas así que prefiero no encontrarme con el barrio al completo. Conclusión, fuimos temprano.

La mañana pasó tranquila, escribiendo algo para el blog. Después comimos y vimos una peli. Psss, las tardes de domingo son un abismo de monotonía, pasividad y sosiego (menos los días en que el vecino invita a comer a sus nietos y los críos juegan armando escándalo). Así que terminé enroscándome en la cama y durmiendo la mona. Me desperté al cabo de unas 3 horas desorientada, pensando que era lunes, y sin fuerza en el cuerpo. Totalmente relajada. Necesitaba este descanso (desde primero de carrera). Todavía quedaba algo de tiempo aprovechable antes de cenar. Me fui al balcón, me senté en mi butaca favorita y me puse a observar a la gente que paseaba abajo, en la playa. 

Era un atardecer muy bonito. Tranquilo. Sin viento, sin ruidos. Era uno de esos momentos místicos en los que todo parecía formar parte de un escenario de película. En una de las escaleras que bajan hasta el mismo mar había una parejita. Ella era pequeñita, guapa, llevaba el pelo perfectamente liso. Él era más alto, llevaba una camisa de las bonitas y la abrazaba. Una estampa preciosa. Me pregunté qué estarían diciéndose el uno al otro. Me gusta observar a las personas y tratar de imaginar qué tipo de vida tienen, si son felices, qué les preocupa, si piensan igual que yo. Se sacaron un par de fotos. Algo de tendría de especial ese momento si querían inmortalizarlo. Allí abrazados al borde del mar una tarde cualquiera, puede que en una de sus primeras citas, dos extraños me confirmaban que la chispa del amor sigue existiendo. 

Cuando se cansaron de la sal del mar, se marcharon. En su camino hacia la salida se cruzaron con otra pareja que también había ido a pasear allí. Estos eran algo mayores. Estaban sentados en uno de los escalones, juntos pero no abrazados. Miraban al mar pero juraría que no se hablaban. Permanecían allí, en silencio. Lo que daría por saber qué estaban pensando. Al poco, se acercaron a ellos dos niñas corriendo. La mujer les hizo un gesto y las niñas se asomaron a mirar entre las rocas, a los cangrejos seguramente. Se levantó, fue hasta donde estaban, les dio las manos y se las llevó hasta el sitio donde estaba el hombre. Se sentaron los cuatro. Las niñas no tardaron en levantarse y huir de nuevo. La pareja permaneció sentada, demasiado absorta en sus pensamientos, sean cuales fueran. No había chispa en ellos. 
En esto, mi padre vino a avisarme para cenar. Benditas vacaciones. 
No es que esté feliz por tener tiempo para analizar a la gente. Estoy feliz porque por primera vez tengo vacaciones sin crisis existenciales (del tipo: "¿qué hago ahora con mi vida? no tengo nada, sólo la medicina"), ni traumas de exámenes ("fallo de medro, WTF?"), ni nervios por notas ("¿ya salieron las notas? ¿ya se publicaron las listas? ¿las actas?"). Puedo escribir más de un párrafo entre tú y yo y tengo tiempo para leer. Soy consciente de que en un mes estaré estudiando a tope así que ahora, en el ocaso de mi carrera universitaria, me limito a descansar y coger fuerzas para lo próximo que toca (MIR!!!). Benditas vacaciones.       

Radazul Bajo, Santa Cruz de Tenerife

26 mayo 2014

Pensando en Summer

El otro día me dio por ver la película "(500) days with Summer". Como bien dice en el póster de la peli "esto no es una historia de amor, es una historia sobre el amor" y como necesito con frecuencia tirar por tierra mis propias y excesivas fantasías románticas pensé que podría venirme bien verla. Desde luego, no tiene nada de comedia romántica estándar. Esto hizo que tuviera curiosidad y llegara hasta el final de la película. 

La historia trata de un chico, Tom, que conoce a una chica, Summer, y ve en ella a su pareja ideal. Sufre un flechazo tan profundo que no hubo modo humano de sacársela de la cabeza hasta que la cosa empieza a marchar y empiezan a salir. 

Ellos representan dos prototipos opuestos, cada uno hecho a sí mismo por sus vidas y su pasado. Él por su lado es fantasioso, romántico, idealizador, (¿inocente?)... vamos, lo que somos cuando tenemos un flechazo y empezamos a oír música en nuestra cabeza, a soñar y ver el mundo en color rosa. Es fácil identificarse con él, al menos para mí. Por otro lado la tenemos a ella, es guapa, divertida, inteligente, sincera... el colmo de la honestidad. Tanto como para decirle a él desde el principio que no quiere nada serio y él está tan enamorado que acepta cualquier condición con tal de estar con ella.

Sólo por esto que te he dicho ya puedes imaginar que va a haber jaleo. Porque a las chicas decididas es difícil hacerlas cambiar de opinión, y a los chicos enamorados, menos todavía.

La peli tiene un desarrollo lento, pero ya estoy harta de historias de amor de 24 horas. ¿Por qué no darle tiempo para ver cómo evolucionan las cosas? Además, el narrador especifica claramente qué día de los 500 es el que decide contarte y con un juego de vuelta al pasado y al pasado más anterior va mostrándote los hechos y sus consecuencias. Ves cómo el mundo rosa y perfecto del amor deja paso, al acabar, al lado gris, las palabras duras y los portazos durante las peleas. 
"Just because she likes the same bizzaro crap you do doesn't mean she's your soul mate."
Si ha sido el guión más acertado, si ha sido inteligente o si te ha aburrido poco importa. Esta película ilustra el amor en los momentos buenos y los no tan buenos. Quiere echar abajo esas falsas creencias de que no podremos ser completamente felices hasta que encontremos a la persona. En eso estoy de acuerdo, la vida es muy corta y no podemos basar nuestra felicidad en una persona que puede no aparecer nunca, tampoco en el destino. ¿Qué es la vida sino un resultado de las coincidencias? Nosotros ni nadie puede tener el control de lo que ocurra. Quizá esto es lo que nos resulte menos agradable de digerir. Quizá sea preferible creer que nuestros pasos van en dirección a una meta prefijada para sentirnos más seguros cuando la verdad es que estamos constantemente en la cuerda floja. Mañana no es seguro para nadie. 
"— Y ¿qué es lo que pasó? 
— Lo que siempre pasa: la vida..."
En mi vida he sido Tom y he sido Summer. Así que hablo con conciencia cuando te digo que ninguna de las dos situaciones es agradable. No lo es ser rechazada cuando tienes unas expectativas románticas altísimas; ni lo es cuando te toca destrozar las ilusiones de la otra persona. 

En el primer caso, tal como le paso a Tom, cuando ves tus castillos en el aire echos papilla lo primero que sientes es una bofetada en la cara. Luego, viene el rechazo, la desesperanza y la tristeza. Aquí corres el riesgo de que esto sea algo más profundo cuando no te pasa una, sino varias veces. Empiezas a pensar que hay algún problema contigo, que la persona indicada no llega... La clave es ser paciente y aceptar la vida como viene y con lo que viene. 

En el segundo caso, no es fácil encontrar las palabras para marcar los límites de una relación sin caer en el eterno sólo amigos. Tampoco lo es resistirte a un abrazo, una caricia o una palabra cariñosa de alguien a quien quieres (aunque sea sólo como amigo). Por eso no le reprocho a Summer que bailara con Tom sin decirle que todo había terminado para ellos dos. Es más, admiro que tuviera el valor de volver a él para darle lo que le ayudaría a liberarse finalmente de ella: una explicación, un porque.  

Espero que leyendo esto no te quedes con la sensación de que la película es pura depresión. Al contrario. Con el final de la misma trata de enseñarnos que incluso después de una catástrofe que te consume y te destroza, siempre hay un camino entre tú y... quien sea. El mundo sigue girando y las coincidencias te siguen encontrando. Si no la has visto, te la recomiendo. A mí me ha encantado por todo lo que me ha hecho pensar. Será como dar un paseo por el parque, uno en particular.

24 mayo 2014

¡Ya van tres!


Tal día como hoy se cumplen 3 años que este blog forma parte de la blogosfera, aunque llevo escribiendo desde el 2008, por allá. El objetivo siempre ha sido el mismo: que puedas disfrutar tanto leyendo como yo escribiendo. Darme a conocer ha sido un proceso largo y difícil, ir por ahí promocionándome no es lo mío. Pero algo deben de encontrar en este pequeño rincón entre tú y yo si tantas personas deciden volver. Y vuelven. Lo sé porque tengo un chisme que registra quiénes me visitan y desde dónde lo hacen (por la curiosidad sana de saber en qué sitios me leen). He flipado con los sitios más exóticos, algunos como Hawaii, Cuba, Panamá, China o Sanlúcar de Barrameda. Espero que en estos años hayas encontrado aquí motivos para reír, emocionarte o reflexionar. Para mí, poder entrar en esta nube de letras, ordenarlas y poder crear con ellas algo que te guste es un inmenso placer. Además, ¡he hecho un montón de amigos! 

Soy de esas personas demasiado raras como para encajar en ningún patrón establecido. No sigo las modas.. sólo soy yo misma. 

   ¡Gracias por hacerme creer que ser diferente 
    a veces, también significa ser especial!  

   PD: ¡¡¡¡¡HALA MADRID!!!!!

22 mayo 2014

Contrastes

 "Contraste:
1. m. Acción y efecto de contrastar.
2. m. Oposición, contraposición o diferencia notable que existe entre personas o cosas."
                                                                                -- Real Academia Española  

No podemos hablar de términos medios cuando se trata de contrastes. Dejemos, por un momento, los matices a un lado. Se es diferente o no. Blanco sobre negro; negro sobre blanco. Tú sabes que esto es así. Lo es cuando vas por la calle, sin fijarte en ningún punto concreto y observando todo en general. Rodeado de gente es cuando más sentido cobra esta palabra pues estamos inmersos en una realidad llena de contrastes. En parte, es cosa nuestra decidir ser el punto de contraste o no. Por nuestra forma de ser, de vestir, de pensar, de hablar; destacamos si es algo bueno y nos critican si es algo malo. Así es normal que a todos nos haya preocupado alguna vez encajar. Pero encajar, ¿en qué? Olvidamos que este mundo no es un cubo de rubrik, que no hay lado naranja, lado azul o lado verde. Ya sé que a esto hay que añadir infinitos matices. Cada individuo tiene los suyos propios, que hacen de cada uno, un mundo particular. Al menos eso es lo que me gusta pensar. Luego, salgo a la calle y no puedo evitar fijarme en los negros sobre blancos y blancos sobre negros... en definitiva, en los contrastes: aquella chica que llevaba la falda demasiado corta, y la otra que iba demasiado abrigada para ser mayo, el chico con la barba demasiado larga o el pelo demasiado llamativo, unos con posibilidad de gastar tanto y otros, tan poco, aquella chica que no hablaba nada y la que no paraba. Puede que la clave esté en los excesos, los demasiados. Puede que la culpa sea también nuestra, por abusar de la originalidad hasta ocasionar un desequilibrio entre lo oscuro y lo claro y luego, encima, preguntarnos dónde encajamos.    

20 mayo 2014

Voces del pasado

El otro día a mi padre se le rompió el teléfono del trabajo y en la empresa le dieron una blackberry. Él es anti-tecnología aunque yo ya le he repetido mil veces que no puede luchar contra el progreso. El caso es que no controla los móviles y menos uno táctil, como el que le dieron. Pero no le quedó otra salida, tiene que estar comunicado; así que tuvo que escuchar estresado mi tutorial sobre el manejo rápido y fácil del smartphone. Esto fue la tarde antes de la prueba del ECOE.

El primer problema que encontró fue que, aunque había metido su tarjeta SIM, no podía ver los contactos guardados. Nada, di un par de vueltas por los botones y conseguí que le aparecieran. Entonces aprovechó la ocasión para hacer una limpieza de contactos y algo muy curioso ocurrió. Encontró por casualidad un número de teléfono, de una persona que había sido muy amiga mía antes de la postguerra (3º Medicina). Por aquel entonces, yo no tenía contrato de llamadas y casi siempre estaba sin saldo en el teléfono. Así que no me extrañó que tuviera aquel número guardado, posiblemente de alguna ocasión en la que utilizara su móvil para llamarla. 

Yo le dije que borrara el contacto, que yo no lo iba a necesitar y que, con total seguridad, ella habría cambiado de número. Qué aburrida sería la vida si no te derrumbara tus teorías a cada rato. La cuestión es que di por hecho que el número sería ahora el de nadie y lo utilicé para enseñarle a llamar. Le di al botón de llamada y para terminar de mejorarlo, ¡al del altavoz! ¿Por qué las blackberrys no tienen el botón rojo para apagar las llamadas? Entonces, sonó la voz de ella: "¿diga? ... ¿sí?". Sudé tinta china unos segundos hasta que di con el botoncito de las nari... y pude colgar. Fue un susto. Creo que esperaba cualquier cosa, menos que contestara. Escucharla al otro lado del teléfono, como había hecho tantas veces hace años, me dio una mezcla de intriga y nostalgia. Por un lado, me hubiese gustado hablar con ella; por el otro... suerte que encontré ese botón. Remover el pasado entre tú y yo nunca fue mi pasatiempo preferido. Y menos contactar con mis fantasmas particulares. 
Di por concluida la clase cuando mi padre encontró él solito el botón de la cámara y se puso a sacar fotos con la blackberry. Yo no fui tan rápida, me costó algunas cavilaciones más poder pasar a otra cosa.   

19 mayo 2014

Al día siguiente

"Disfruten cada momento de este gran día, la noche es larga." 
Fotografía por A. Amador (link)
Eso nos aconsejaron, y así lo hice. Por la mañana todavía me duraba el color del pintalabios. Que fue una gran noche, eso es verdad. A veces las estrellas se alinean entre tú y yo y todo sale bien. El día de mi graduación de medicina fue una de esas veces. Tantos preparativos, tanto corre corre...Y al final resulta que los nervios eran infundados y que cada segundo de ese gran día forma parte ahora de mis mejores recuerdos. No me cansaré de dar las gracias a todos los que me dieron su apoyo incondicional mucho antes de divisar siquiera la línea de meta y estuvieron allí para verme alcanzarla. Fue un camino espinoso, largo y abrumador. Pero cada minuto de esta gran carrera valió la pena.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Lo he hecho!!!!!!!!!!!!!!! 

17 mayo 2014

El gran día

             Hoy es un día importante para mí. 
Todavía no me lo creo: el proyecto que soñé hace siete años ya es una realidad. Poder vestir el color amarillo de Medicina me hace mucha ilusión. Sé que seré la mejor médico que pueda ser. Y lo sé porque me esfuerzo cuanto haga falta y a la hora de entregarse, te lo doy todo. Muchas veces caí muerta de hambre, extenuada de cansancio, o desquiciada de nervios. Cientos de veces imaginé que lo dejaba para, al momento, despertar y seguir estudiando. En un camino tan tan largo como medicina, la meta parece no llegar nunca. Pero llega. Esta foto demuestra que el trabajo, la constancia y las ganas de superarse entre tú y yo es la mejor de las recetas.
Este gran logro va dedicado íntegramente a mi familia, a todos los que quisieron formar parte de ella. Eternamente gracias por empujarme a conseguirlo. 

09 mayo 2014

La mejor época de tu vida

Me quedo a cuadros cada vez que alguien me dice "así recordarás que éstos eran los mejores años de tu vida". Siempre termino respondiendo un: "yaa, yaa" aunque en el fondo no me lo creo para nada. Una vida no se divide en dos mitades: la buena y la mala. Tampoco tiene por qué ser la primera mitad, la buena. La vida es un mosaico de momentos y circunstancias: buenas, malas, divertidas, nostálgicas, felices... una amplia gama de colores que pintan tus pasos. El devenir dicta el ritmo arbitrario en que todas estas escenas te ocurren. Ahora miro atrás y no podría decirte cuál ha sido el mejor año de mi vida; porque ninguno lo fue. Sólo tengo momentos salpicados por todos los calendarios pasados en los que fui inmensamente feliz; esos son los que elijo recordar como los mejores momentos de mi vida. Confío en que el futuro me traiga más oportunidades de alegría y por tanto, pienso que creer que "los mejores años de tu vida" han pasado es una actitud derrotista, desesperanzada y nostálgica. Por mi parte, siempre espero que lo mejor entre tú y yo esté por venir y sigo respondiendo "yaa, yaa" porque no pretendo que nadie me entienda (¿alguien podría?).
  

06 mayo 2014

A un paso

Una de las verdades más maravillosas y dolorosas de la Vida es que todo, con el tiempo, llega. Lo bueno y lo malo. Te alcanza y enseguida, pasa. Estos días me deleito imaginando los momentos que están cada vez más cerca entre tú y yo... Tic, tac...