09 mayo 2020

Lluvia de agradecimientos

Este rinconcito entre tú y yo es para devolver la lluvia de agradecimientos que nos llegan estos días de todas partes. Sin duda, lo mejor del día... todos los días. Estas pequeñas gotitas de alegría nos dan la energía para seguir trabajando. ¡Un millón de GRACIAS!😊



02 mayo 2020

Sin teclas

Así me quedé la semana pasada, sin ordenador.
Reconozco que ya estaba en las últimas, era cuestión de tiempo.
Pero siempre es un susto cuando el ordenador no te enciende. 
Traté de reanimarlo durante varias horas sin éxito. Finalmente declaré el apagado oficial. Una vez superado el parraque inicial, asumí la pérdida y comencé rápidamente con la búsqueda de un nuevo compañero. Para mi sorpresa, y alivio, vi que no era complicado encontrar bastantes modelos interesantes y disponibles en Canarias, incluso durante el confinamiento. El envío era gratuito en la mayoría de webs. Todo un detalle. 

El comecocos vino cuando tuve que tomar la decisión entre Windows y Mac. He ahí la cuestión. Siempre he sido de Windows y me echaba un poco para atrás pasar al otro sistema por creer que el coco no me da para aprender a usar un nuevo sistema operativo. Lo que verdaderamente hizo plantearme adquirir un portátil Mac fue mi (grata) experiencia con el iPhone.

Tengo un iPhone 7 desde hace 3 años que ya está más que amortizado: me ha acompañado durante un postoperatorio y luego por distintas latitudes, frío-calor, arena y lluvia, le ha caído agua, cerveza y babas, se ha cargado en un aeropuerto, en barco y en tren, ha vivido tanto con funda como desenfundado, en todo este tiempo no ha llegado a ocuparse más del 30% de su memoria y me ha permitido estar conectada con mi familia 24h... yo creo que este bicho no le tiene miedo a nada.

También anduve charlando con los que ya tenían un MacBook, todos estaba contentos. Me convenció que, al preguntarles si se comprarían otro en caso de tener que hacerlo, la respuesta fue afirmativa en todos los casos. Y entonces, otra decisión entre MacBook Air modelo de 2019 y 2020.

Si bien la cuestión económica es importante, el modelo nuevo es significativamente más rentable para la capacidad que trae consigo. Además, parece que hubo un cambio importante en la nueva versión que afecta directamente al teclado y ese es mi punto fuerte: darle a las teclas. Toda la información y más la encontré en este enlace, espero que te sea de ayuda si estás en la misma situación: Applesfera
Para mí todo esto han sido razones de peso para decidirme a entrar en Mac. Sí. Finalmente he sucumbido a la marca californiana. Qué le voy a hacer. Gracias Windows por todo lo que me ayudaste a crear. En adelante, seguiré tecleando entre tú y yo desde mi nuevo MacBook Air 2020.


PD: si necesitas ayuda con tu decisión, escríbeme ;) 

27 abril 2020

Los besos que el Coronavirus nos robó

Maldito. Maldito. Maldito. Coronavirus.
Pasa entre tú y yo como un tornado, desorganizándolo todo.
Los días se hacen largos, larguísimos, eternos, esperando el momento en que podamos volver a la "normalidad" aunque realmente lo normal es que queramos volver. A esos lugares, esos momentos, esas personas. Y nos ocupamos en oír las historias de la gente porque es mejor que escuchar nuestro propio retumbar. Ese sonido que se nos ha quedado pegado, como hueco.

En estos días en los que "cariño", "mi niña", "churri" o "mi amor" están en lista de espera nos vale cualquier migaja de amor. Ahora nos tratamos con los genéricos, es decir las vídeo-llamadas. Gracias a ellas suspiramos, de alivio, al conectar con los que están lejos. Pero están. Y volverán. Todos los besos tienen dueño: los que se han dado y hasta los posibles... Como todo ese amor que se nos ha quedado en la cola de impresión al acabarse la tinta.  

Esto nos ha pasado por encima y nos ha quitado nuestra esencia. Nos ha quitado. Y eso es motivo suficiente para seguir declarándole la guerra cada día. Por eso aún saboreo el primer beso que me dio mi novio, aunque lo tenga cerca, y el último que le di a mi madre, que la tengo a una isla de distancia. 

Nos llamamos en silencio, nos queremos por teléfono, nos besamos en sueños.

Hoy, un minuto de palabras por todos esos besos que el Coronavirus nos robó.

21 abril 2020

Coronavirus: nuestra nueva agenda de trabajo en el Centro de Salud

La crisis del Coronavirus trajo consigo importantes cambios en la forma de trabajo de los Centros de Salud. Nos pilló desprevenidos pero en cuanto pudimos... 
Nos adaptamos.

Tuvimos que renunciar a muchos hábitos de trabajo
A las sesiones de equipo, la docencia, al contacto entre nosotros y a vernos las caras, a circular por el centro salvo si es necesario, a llevar nuestra ropa, a llevar el pelo suelto, a llevar maquillaje o relojes o anillos. Y nadie habla de esto porque es superfluo. Pero han sido cambios... Ahora vamos más por las escaleras, nos llamamos por teléfono de consulta a consulta para no vernos ni hablar a 2 metros, trabajamos con pijama y bata cerrada, con el pelo recogido bajo un gorro, con guantes y mascarilla, y las sesiones se realizan en pequeños grupos.

Equipo del Centro de Salud de Cueva Torres, Las Palmas de Gran Canaria

También tuvimos que renunciar a nuestros pacientes
Les dijimos que se quedaran en casa y ¡lo han hecho! Lo que pasa es que ahora tenemos que diagnosticar por teléfono y eso ya no es tan fácil. Algunos pensarán que la carga de trabajo ha bajado pero seguimos atendiendo el mismo número de pacientes, incluso más, separando a los pacientes respiratorios del resto. 

Dejamos de tener cupos propios, pacientes propios, desde hace varias semanas. Hemos estado compartiendo entre todos los pacientes de todos. Ya no hay más de: "quiero que me atienda mi médico", "es que mi médico sabe lo mío" "mi médico me entiende mejor". Se acabó el paternalismo médico-paciente. Ahora todos somos tu médico. ¿Y saben qué? Nadie se ha quejado. Para mi grata experiencia el paciente se siente igualmente agradecido al ser atendido con cercanía por cualquiera de los médicos del equipo. Salvo contadas excepciones, claro.

Si quieres ver en persona cómo se trabaja en mi Centro de Salud, echa un vistazo: 
PD: Salgo por ahí vestida de color rosa ;)

13 abril 2020

Y entonces, ¿qué es el poder?

Sin salir de casa y mediante vídeo-llamada.
Así se escribe nuestra Historia en estos días.
En el medio del Coronavirus, de esta crisis global, cada uno de nosotros va librando a diario sus pequeñas batallas al Presente que... ¿nos atemoriza? ¿nos priva de nuestra libertad? ¿nos merecemos? ¿nos ha tocado? ¿? Todo lo que quieras, pero aquí seguimos. Confinados, cansados, locos de la cabeza. Y yo no me quejo, aunque podría, porque no he dejado de trabajar y mi rutina vital ha seguido siendo más que menos la misma: levantarse, trabajar, comer, comprar, volver a casa y buscar algo productivo que hacer, escribir entre tú y yo, ver las noticias y dormir. 
Pero es inevitable mirar al frente y quedarse F-L-I-P-A-N-D-O. 
Tenemos butaca de primera fila para el streaming de esta película apocalíptica en la que estamos y en la que Bruce Willis aún no ha aparecido para salvar al Mundo. A lo mejor es que nadie puede. Cada día vemos cómo países, que son potencias mundiales, se desestabilizan y van cayendo uno a uno como un castillo de naipes que ha salido volando por un soplido. ¡ZAS!

Ayer mirábamos a Italia pensando "¡ay, los pobres!" porque aún nos quedaba lejos. Luego, cuando nos tocó en España, lo sentimos como una puñalada directa al corazón y no quisimos ni mirar. Ahora es Estados Unidos el que está en la UCI. Nooo, el lugar donde se cumplen los sueños (al menos los de algunos). Parece irreal que pueda sucumbir...

Ahí es donde, según se podía intuir, la pandemia podía tener un verdadero impacto debido a su gran población y su estilo de vida pero cada día vemos que, en todos los casos, los modelos pronósticos se habían quedado cortos. Mirar estas curvas no sólo da vértigo. Da miedo.


Datos epidemiológicos vía El País (13/04/2020)

Nueva York: una porquería de isla con una asquerosa élite minoritaria que amasa las fortunas del Mundo en sus carísimas residencias de Long Island o en los multimillonarios áticos de lujo en Central Park viviendo a todo tren y, por contra, un grueso de población pobre, desatendido, para el que la Sanidad es un lujo inaccesible (aunque prioritario) y que ahora llena las fosas comunes de la isla de Hart. ¿Ves bien de qué pie cojea esta sociedad? Encima son tan ignorantes que han dejado caer a su mano obrera, sus trabajadores, los que levantan con su esfuerzo ese pedazo de país. Si algo ha quedado claro con todo esto es que: 1) No conocen quiénes son su pueblo y 2) No saben protegerlo. Ahora se aferran a un clavo ardiendo: importamos un puñado de sanitarios y gente que trabaje en el campo para que nos salven. Pero, ¿saben qué? Ya es demasiado tarde, hace tiempo que quemaron todos esos puentes que necesitan. Eso pasa cuando piensas que puedes con todo. Van a hundirse en lo más profundo... 

Da asco. Y no podía dejar de escribir esto porque es Historia y aunque parezca ficción, es real y lo estamos viviendo. Cómo algo tan insignificante, como un virus, puede tumbar al más poderoso. ¡ZAS! Un soplido... y toda esa ilusión se desvanece, fugaz, como una tormenta de arena dejando a su paso nada más que un montón de polvo.
Y entonces, ¿qué es el poder? 
Acaso no son los súper-héroes, los que tienen "poderes", los que ayudan a los demás, los que luchan por el bien común. Para qué es el poder, ¿si no? Entonces, ¿por qué el dinero es poder si no nos sirve para lo importante? ¿Cuándo dejó de preocuparnos lo más mínimo compartir: riquezas, recursos, oportunidades? ¿Por qué nos hemos vuelto tan egoístas y avariciosos? ¿Cómo pudimos pensar que podíamos tomar sin permiso lo que quisiéramos sin respeto alguno? ¿Cómo puede vanagloriarse un país tan codicioso por despreciar a su pueblo, venga de donde venga, y además nosotros concederle tanta importancia? Da asco...

La naturaleza es cruel, si no busca algún documental de animales de los que pone la 2 al mediodía y lo comprobarás. Por qué iba a ser menos cruel con nosotros, que somos la peste de este planeta, la auténtica plaga que ha arrasado sin respeto alguno con todos sus recursos preciosos. No puedo decir que nos merezcamos esta pandemia pero sí confieso que deseo que nos resetee. Porque nos hace falta un CAMBIO RADICAL. Como un ordenador cuando no responde y nos afanamos por apagarlo como sea y al final la solución es hacerle un borrado y empezar de cero. Lo mismo deseo yo ahora. Que el planeta sea benévolo con nosotros y nos deje arrancar de nuevo. 
Ahora puedes indignarte conmigo o pasar de mí.
Pero, vayas en la dirección que vayas, espero que estos acontecimientos no pasen por delante tuyo sin generar en ti el cambio que necesitamos.
Porque aquí y ahora, tú y yo, vamos a decidir qué Mundo deseamos tener.