01 junio 2015

El primer día en el trabajo

Siempre es el que da más miedo. Al principio todo son dudas, pero no de las que agobian sino de las que intrigan. 
Después de conocer mi servicio, a mis jefes y compañeros aún quedaba algo pendiente, conocer a mi tutora. No la conocía en persona y me eché un fin de semana completo intentando ponerle cara y preguntándome qué clase de persona sería, qué tipo de vida tendría, sería una persona feliz (no podría aguantar cuatro años de pesimismo) y sobre todo, nos caeríamos bien. Me habían dicho -no sin razón, que era fundamental para la residencia tener una buena relación con tu tutor, especialmente en Atención Primaria. 

Mi centro de salud, Gran Canaria
También divagué un poco tratando de visualizar qué clase de pacientes tendría en mi centro de salud, si serían jóvenes o mayores, si tendría que repasar primero los antibióticos o la exploración neurológica. En esto se me fue la mayor parte del fin de semana y para cuando fue lunes, todo había quedado en nada y la realidad me estaba esperando aquí:

Sí, ya puedes morirte de envidia (yo lo haría). Es un sitio residencial cálido, soleado y tranquilo. Hace un viento que lo flipas en la autopista, esa zona de la isla es famosa por esto mismo. Pero aquí, entre calle y calle apenas se nota. El centro es bonito por fuera y por dentro y no hablo sólo de la infraestructura. 

Desde que llegamos, mi compañera y yo, fuimos acogidas con gran alegría como parte del equipo, así que estoy contenta. Sudamos un poco cuando nos enseñaron el cuarto de paro lo primero de todo pero quedamos más tranquilas cuando nos dijeron que sólo se usaba un par de veces al año por auténticas emergencias. En cuanto a mi tutora D., me demostró que las dudas eran infundadas desde el primer vistazo. Cuando nos presentaron ella esperaba sonriente para recibirme con los brazos abiertos y así de rápido supe que nos iba a ir muy bien entre D. y yo. Conectar -lo llaman. 

Ya hace una semana de esto y aunque estos días estoy alejada del centro porque nos tienen entretenidos en el hospital con un curso de Urgencias, no veo la hora de volver a mi consulta, a ver a mis pacientes y sentarme de una vez a estudiar la exploración neurológica (paso de los antibióticos, jajaja). 

¡Feliz semana amigos! :)

2 comentarios:

  1. jajajajajjaa
    Yo también estoy retenida en el curso de urgencias... Y NO LO AGUANTO!!!! Muero de aburrimiento... y la inutilidad del curso anula mis escasos conocimientos!!!
    Mañana (POR FIN) termina... y paso un mes en mi servicio y luego vueeeeeelo por el resto del hospital....

    PD: Yo también debería repasarme la exploración neurológica...
    Y los antibióticos...

    PD2: Miedo... o incertidumbre... o las dos cosas... a la primera guardia de puerta... Pavor.

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    1. Nosotros tenemos suerte, porque tenemos una rotación de 6m en nuestro centro de salud antes de comenzar las andanzas por el hospital. Ahora mismo urgencias me parece un mundo y familia creo que se me queda grande; después de tanto estudiar, me parece que tengo un vacío importante en mi mente, jajaja! No quiero imaginar cuanto miedo pueden provocar otras espec. como neurocirugía u otras -gías.

      PD: primera guardia de puerta... ay mamá, qué miedo...

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