Desde el año pasado mi madre estudia para Auxiliar de Enfermería.
El curso consta de 2 años. El primero es más bien teórico, aunque no está excento de prácticas en clase, simulaciones y sobre todo muchos exámenes. El segundo consta de 4 rotaciones, de tres semanas cada una, por diversos servicios de distintos hospitales de la zona.
A mi entender esto de separar la teórica de la práctica "práctica" en dos años no es más que una estrategia para convertir a un grupo de profanos en pacientes bipolares. En menos que canta un gallo mi madre ha pasado de estudiante depresiva con tendencia a la paranoia a estudiante de prácticas en principio histérica y exaltada. Desde el primer día ha estado como loca contándonos todo lo que hace, los compañeros que conoce, que la invitan a café por las mañanas y los pacientes que... ¡EH! De eso nada, que es...
Confidencialidad 200% ¡Ni a mí, que soy estudiante de medicina, me dice nada! Así que, bueno, le echo inventiva... deduzco qué es lo que tienen y diagnostico mis propios pacientes en mi mente. Aunque la mayoría de las veces me dice cosas tan raras que me hacen pensar en sucesos paranormales y esas enfermedades que nunca estudiamos porque se dan en 1 de cada millón.
Siempre habla de lo bien que la tratan todos y de que la gente es muy amable con ella. Hoy me contó el caso de una persona en concreto, una enfermera muy buena de un servicio distinto al de ella. Dice que no sabe quién es ella pero que, cada vez que se ven por los pasillos, es como si se conocieran de toda la vida. Esta enfermera es muy cariñosa, con una "cara angelical y bondadosa". Curiosamente, cada vez que se encuentra con esta mujer misteriosa está sola, así que no tiene a nadie a quien preguntarle quién es ni en qué servicio trabaja. Me cuenta que le parece un encuentro místico...
Pero yo creo que para místico, el encuentro que tuvo (varias veces en una misma semana) en el vestuario unisex de su Planta.
¡un Big Mac para llevar, por favor! |
Ni yo después de todo un año de prácticas clínicas puedo contar una situación como ésa pero es que los únicos vestuarios que yo pisé fueron los de Quirófano y por supuesto, no eran unisex. El caso es que a la hora de salida, a las 3pm, uno de los días estaba tan tranquila cambiándose de ropa cuando de repente, abrió la puerta un celador del hospital que venía a cambiarse también. Al principio mi madre estaba en shock por haber sido descubierta ¡por un chico! a medio vestir. Yo me reí al escuchar la historia. Pero claro, cuando superó el sonrojo se pusieron a charlar y le echó un vistazo al chico. Era "jovencito...", "más simpático...", y asimismo me cuenta que "cada uno estaba en su lado y yo tenía un corte, ¡qué vergüenza! no quería ni mirar pero claro..." ¡Mamá! ¡No quiero ni pensar en esos puntos suspensivos! Mi cara de incredulidad iba un poco más allá de tremenda y casi rayaba el flipe. ¿Por qué a mi no me pasan esas cosas? ¿Por qué? Quizá hubiera caído en el error de pensar que fue una casualidad pero casualmente volvieron a coincidir al día siguiente y al otro (y al otro). Ah... no me digas que pillar a un
Ya ha pasado una semana y mi madre cambió de servicio. Lástima, ya no volverá a ver al celador que está como un queso quitarse el uniforme. Mi cara de extrema incredulidad ya ha quedado atrás aunque, entre tú y yo, en el fondo yo me seguiré preguntando ¿POR QUÉ?
¡Feliz Miércoles!
Oye, que marchosa tu madre, no?
ResponderEliminarEs lo malo de mi trabajo, que como lo hago desde casa, es imposible que me encuentre tios buenos en ningún sitio. Si cuando yo digo que lo de trabajar desde casa no es tan bonito como lo pintan... :-)
Sí, y además con suerte! jajajaja! No sé como lo hace la verdad. Creo que le reza a la virgen de candelaria xD
ResponderEliminarBueno, aunque estés en casa siempre puede asomar alguien interesante: el cartero, el butanero, el tio que arregla los ascensores, el de mantenimiento, un equivocado... jajaja! =P