Mostrando entradas con la etiqueta agenda. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta agenda. Mostrar todas las entradas

25 octubre 2019

No sé si contártelo

Las consultas de Medicina Familiar muy a menudo hacen de confesionario.
Nos han enseñado que hay que tener un poco de cabeza para controlar qué decir, a quién y en qué momento. Pero en Medicina basta muy poco para saltarse todas esas barreras. Algunos pacientes llegan como una exhalación, directos a contártelo TODO. Eso en canario es lo que se dice "entullo", too much, vamos, demasiado... A otros, en cambio, les costará algunas idas y venidas poder mostrar su auténtico lado, así como de refilón, apenitas. Pero lo que la gran mayoría tiene en común es que, si los dejas, están desando contártelo todo. Para una médico joven, novel, que trabaja de sustituta es un poco más difícil de abordar yo creo. Aunque eso se entrena con la práctica clínica diaria, tengo claro que también hay que traer algo de serie. 

Para mí, la consulta en la que trabajo es mi terreno neutral: sin prejuicios ni tabús, es el tiempo muerto en la cancha, la habitación sin ventanas, es mi pequeña Suiza (con chocolate incluido). Donde se puede compartir todo (incluido el chocolate). Por eso yo también disfruto cada día de ese lugar en el que puedo expresarme libremente, sin tabús, cuando el paciente está preparado para escucharme. A la mayoría sé que les sirve lo que les aporto. Aunque no pueda quitarles el dolor o el miedo, se marchan comprendidos y agradecidos. Y este entorno de confianza hace que la relación entre tú y yo funcione.

A la porra los 6 minutos por paciente...

25 agosto 2019

Concepto: Disponible

Después de mi mes sabático en Junio no tardé demasiado en volver a la oficina de la Gerencia de Atención Primaria a "ponerme disponible". Esto fue el 1 de Julio.
Para el día 4 de Julio nadie me había llamado así que, ya casi al borde del colapso, decidí presenciarme allí. Al parecer nadie se había percatado de que tenían un médico disponible. Me despacharon y me indicaron que me llamarían. No tardaron ni 2 horas. 
"Los comienzos siempre son duros" - me dijeron. 

No era ninguna mentira, aunque tampoco me quejaré. Empecé a trabajar en un centro de salud rural y contando con que era verano, la afluencia era muy escasa. Los primeros días necesité mapa para todo: para encontrar el baño, el sello y las llaves. Una vez cogido el ritmo empezaron los contratos por días, esos de "hola, soy la médico sustituta" y "adiós, hasta la próxima". Días locos. Aunque he de reconocer que no tardaron demasiado en darme algo más prolongado: que si quince días, que si un mes, y así voy contando entre tú y yo.

Yo estoy ¡MUY CONTENTA! 😊😊😊

Por muchas razones como que: no me lleguen constantemente correos de la Unidad Docente, no tenga cursos cada semana ni prepare sesiones clínicas sin tino, no tenga que rellenar más libretas del residente y no tenga ya ningún proyecto de investigación, no haga guardias y madrugue menos porque tenga varias tardes de trabajo a la semana. También es un alivio currar más cerca de casa, quieras o no, siempre es una comodidad. Todo esto me ayuda a organizarme y a disfrutar más de ese desconocido, a veces inexistente, tiempo libre. Sólo el primer mes me leí de un tirón dos libros: Las hijas del Capitán, María Dueñas y Dime quién soy, Julia Navarro. En suma: 1.728 páginas de inspiración. 

Total, que así estoy ahora: sedienta de más historias, de más tiempo, de más. 

¡Feliz Domingo lectores!

25 mayo 2019

El gran reto del #365

Parece que está de moda retarse en las redes sociales. 
Hay quienes tienen como reto petar las redes con fake fotos suyas y otros,  directamente, se retan a sí mismo. 
No te creas que soy muy fan de tener la cabeza ocupada con hacer algo, que suele ser siempre lo mismo, cada día del año por decir... ¿qué? ¿lo logré? Tonterías. Muchos deciden iniciarlo el día de Año Nuevo aunque la mayoría no creo que esté en condiciones para empezar nada ese día. La verdad es que al principio de cualquier mes sólo me interesan dos cuestiones: cuántas guardias voy a tener y cuántos días faltan para vacaciones. Y dicho esto, te contaré una cosa. 

El mes de Octubre pasado estuve en Londres y entre tanta cosa bonita que había para comprar y yo, decidí traerme una agenda, que más bien parecía un libro de tapa dura. Es que era preciosa. Me la traje para casa con la idea de usarla de lo que era: una agenda (la tercera o cuarta agenda ya). Pero me dio pena en aquel momento empezarla así que la guardé y ahí quedó hasta que me acordé de ella... el día de Año Nuevo.

Me planteé entonces, como reto, algo asequible para mí: escribir, al menos, una frase al día. Eso podía conseguirlo. Y vaya si lo conseguí. Ya vamos a entrar en el mes de Junio y parece que llevo medio libro escrito. Mi sueño: escribir un libro y que además ya esté encuadernado. De repende un día, al pasar algunas páginas para detrás, me sorprendí a mí misma con todo lo que había para contar y digo yo, ¿qué mejor que releerse a uno mismo?

Así me he dado cuenta de lo que eran miedos infundados, preocupaciones que ya son historia, de esos pequeños errores y de lo mágico que fue hacer las paces a tiempo, de grandes sorpresas y sobre todo me he dado cuenta de que el gran libro de la vida sólo se puede escribir hacia delante pero siempre vale la pena echar un ojo a lo que hay detrás.

¡Feliz fin de semana!