Mostrando entradas con la etiqueta historia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta historia. Mostrar todas las entradas

24 junio 2011

Custodia

       No doy lecciones de humanismo; ni lo pretendo. Me gusta mirar mi blog y reconocer en él un esbozo de mi persona, con mis luces y mis sombras. Así que hoy te confiaré, entre tú y yo, lo sobre-protectora que he llegado a ser. No me resulta sencillo admitirlo, pero parece que es más fácil de llevar si lo escribo (me puedes comentar en cualquier momento si necesito terapia, ¡jeje!).

       Pues sí. Sobre-protectora, ¿quién me lo iba a decir?

       Pero te pongo en antecedentes primero y te cuento que a lo largo de mi vida (que vale, no ha sido mucho hasta ahora) mis amistades han pasado de 30 a 18, luego a 12, más tarde a 3 hasta verse reducido a 1. Me ocurrió en el instituto y también en la universidad. Como verás, no es que fuera una persona de afinidades compartidas. No, no es eso. Lo que ocurre es que con la experiencia nos volvemos selectivos. En mi caso ese proceso de selección requirió algo de discernimiento, un par de malentendidos, algunas decisiones difíciles y muchos capítulos cerrados al mismo tiempo. 


       Supongo que es ha sido un camino tan largo y complicado dar con ese 1, que desearía poder agarrarlo con fuerza, guardarlo delicadamente en mi bolso y llevarlo conmigo para que no le ocurriera nada. Pero se me olvida que no hablamos de un número, sino de una persona. No puedo llevarla en el bolso sino caminar con ella mano a mano, siempre un paso por delante y sin dejar de guardarle las espaldas. Pero, ¿qué digo? no no... creo que esto no es lo correcto.

       Todos necesitamos nuestro espacio, nuestra libertad de actuación y movimiento. Todos necesitamos equivocarnos y aprender. No es amigo aquél que evita que saltemos, sino el que nos echa una mano cuando queremos levantarnos.

Pero cuando quieres a una persona
resulta tan sencillo preocuparse...   

15 junio 2011

Eclipsada

       Desde siempre me he sentido peculiarmente atraída por la Luna y sus misterios. Supongo que es debido a que me siento identificada con ella porque -al igual que todos, tiene una cara oculta, una cara secreta. Le gusta salir a hurtadillas por la noche y pone un toque de luz allá donde va.

       Por este motivo, no podía en un día como este, perderme yo el anunciado eclipse lunar (sobre todo en un momento tan señalado como hoy: cuasi fin de exámenes de junio), ¿cómo perdérmelo? No, no. Allí estuve yo encaramada a la hamaca, prismáticos en mano. Fue una bonita experiencia y me alegro de haber tenido la oportunidad de disfrutar de ella. Pero como mis ideas no me dejan de llover encima todo el día, al mirar con embelesamiento el fenómeno, tuve un chaparrón de cuestionable genialidad.

       Quiero creer que es una premisa universal: que el bien vence al mal así como la luz, a la oscuridad. Toma su tiempo pero incluso en la noche más oscura, podemos contar con un punto de luz.

        Ahora bien -siendo algo más realistas, lo habitual es que no todo sea negro o blanco en este mundo. Creo que sería más lógico esperar que hubiera término intermedio. Porque no podemos llenar nuestros días sólo con luz u oscuridad; porque no hay paz sin guerra; porque, entre tú y yo, en esta vida el equilibrio perfecto no es el claro ni el oscuro, sino el balance entre los dos.



De lunática a lunáticos,
¡Feliz noche!

12 junio 2011

De camino a lo más alto

       Con el correr de los días, todos atravesamos épocas mejores y peores; es inevitable. En algunas ocasiones nos toca disfrutar y en otras.. bueno, digamos que no todo puede salirnos redondo. Justamente en días como hoy, me doy cuenta de esto con mayor claridad. Desearía poder soltarme el pelo, ir a por una taza de café y un buen libro, sentarme en la terraza en un rincón fresco y entregarme a la contemplación. Pero no, aún falta para poder derrochar tantos litros de tiempo. 

       Y como dicen, a falta de mareas... buenas son unas gotas de libertad, ¿no es así? Me gusta regalarme de vez en cuando -entre párrafo y párrafo de apuntes, una escapada a los confines de mi memoria. Tengo un recuerdo que guardo para momentos como este. No se trata de nada y para mí significa tanto. 

     Estando de visita en Londres, tuve la oportunidad de echar un ojo a St. Paul's Cathedral (punto turístico número 7 de la lista de los "10 lugares que tienes que visitar"). A lo mejor, piensas que en este momento voy a proclamar en voz alta que me encanta visitar tumbas, escuchar el sermón en el oficio religioso o que encontré un pin brillante en la tienda de recuerdos. Siento decepcionarte, pero no. Se trata de una escalada. 

       Sí, escalada; porque, además de todas las dependencias de la catedral, también había acceso a las zonas más altas del edificio. Claro que pensar en 200 metros de escalera de caracol parece más sencillo al decirlo que al subirlo. Pero en cuando supe que se podía acceder al mirador de la cúpula, me dije: "Pues vamos allá". No puede subir una persona claustrofóbica, ni embarazada, ni con problemas de corazón. No se pueden hacer fotos ni usar móvil. Si a mitad de camino no pudieras más, nadie va a subir a buscarte. Hay que ir en silencio y en verdad es mejor así porque en cuanto hables, te quedas sin energía. Para dejarlo más claro: son 200 metros de eco entre tú y tus pensamientos. 

       El camino es largo, por unas escaleras primero de piedra; luego, metálicas y laberínticas. Los escalones son estrechos y no hay gran iluminación. Las dimensiones sólo permiten que avance una fila de personas: si alguien quiere bajar, se tiene que interrumpir la circulación. No hay ventanas. Muchos desisten en cuanto llegan al primer nivel, un balcón desde el que se aprecia una vista panorámica del interior de la catedral. Los que aún quedan con fuerza continúan hasta arriba.

       Y fíjate como así, esta pequeña aventura en la ciudad nos da las pistas para una gran verdad universal (aparte de que tengo que hacer más ejercicio) como es que, aquello que más cuesta conseguir en la vida es lo que más vale la pena.  

       El recorrido hacia lo más alto de tu persona no es una tarea sencilla y si lo fuera, carecería de valor. No puedes pretender conquistar el mundo sin dar el primer paso, y luego el segundo, y luego el tercero, y así sucesivamente; porque estos pequeños pasos que hoy das son la clave del éxito. Requieren todo tu esfuerzo y empeño. Sé que es difícil aguantar, sostenerse cuando todos los demás han caído. Pero esta es tu historia y tu camino, ¿vale la pena el intento? Sí. Absolutamente; y entre tú y yo, aquellos 1.161 peldaños me lo recuerdan cada día. 

 ¡Feliz travesía!      

11 junio 2011

A veces me gustaría...

Cerrar los ojos y no estar aquí al segundo siguiente;
ser volátil para escapar de aquello que me ata al suelo,
y poder llevar el resto de mí, con mi cabeza -al cielo.
Entre tú y yo, a veces me gustaría ser inexistente...
... o al menos parecerlo, aunque fuera por un momento. 

06 junio 2011

La vida es una tómbola

¿Cómo llamarlo si no?

Cuando sin importar la estación, el sol no deja de brillar;. 
Cuando compruebas que tu vaso está medio lleno y aún queda chocolate en la nevera;
Cuando descubres una viruta de felicidad en tu día a día;
Cuando la vida te sorprende dejando en tu puerta aquello que tanto andabas buscando;
Cuando sabes que, pase lo que pase, todo va a salir bien;
Cuando te das cuenta de que necesitas a alguien y te preguntas cómo has podido vivir sin él todo este tiempo;



       Hoy mi alma curiosa quiere jugar a la ruleta con la respuesta. Me pregunto por qué; me pregunto cómo. No pretendo conocer los oscuros misterios que encierran el perfecto mecanismo del Universo. Eso es algo que, ya sé, está fuera de mi alcance. Pero esta tontina pregunta no deja de rondarme el pensamiento y la mirada. Algo me estoy perdiendo: algún detalle, alguna pista. Observo; concienzudamente; mi mente maquinando. Nada. Y yo sigo pensando qué sera lo que mueva al mundo. La suerte, el destino, la fe... todas soluciones posibles, a cada cual más inverosímil. 

       Recuerda durante un segundo algún momento de tu vida en que hayas sentido la fortuna contigo. Esa sonrisa nerviosa y fugaz, el brillo en la mirada, un súbito estremecimiento de emoción. Intentamos retenerlo pero se nos escapa de entre las manos y queda atrapado, presa de las telarañas del tiempo. ¿No te cuestionas como yo, qué pudo traer ese acontecimiento hasta ti? Sin importar demasiado de qué se trate: el coche que querías, la llave que perdiste, el chico que soñabas. 

       Creo que todos por igual fantaseamos con diferentes planes; pero nadie nos enseña cómo reaccionar cuando los conseguimos. Me parece muy curioso como la vida -generosa, en ocasiones extiende sus brazos hasta nosotros y nos pone en el camino aquello que deseamos. 

       Entre tú y yo, ¿qué te parece si lo llamamos suerte?
       No nos engañemos: nunca lo sabremos.     

¡Feliz Lunes!

05 junio 2011

The good wife

La recomiendo. La recomiendo... ¡La recomiendo!

       Si alguien me hubiese dicho hace tres semanas que en este momento estaría escribiendo esta crítica; no le creería. De hecho, hace tres semanas ni conocía de la existencia de esta serie, pero es que era mayo y aún estábamos despidiendo a la 7ª Temporada de Anatomía de Grey. Normalmente tras el cierre de la temporada, con los exámenes por medio, me dejo de pasatiempos y me olvido de las series hasta que llega el verano y tengo algo más de tiempo libre. No algo más; sólo tengo tiempo libre. 

       Por algún motivo, este año ha sido distinto. Creo que ocurrió un día que trataba de elegir una película para ver con la familia. Siempre me han gustado los dramas legales así que todas mis propuestas eran películas de juicios. Mi familia estaba ya cansada de ver siempre las mismas pero es que, no hay tantas películas de este estilo así como hay millones de comedias. Esta revelación me llevó a pensar: "ey, ¿por qué no probar con una serie? al menos será algo más que 2 horas". No sabía por dónde empezar a buscar, así que navegué durante un buen rato, leyendo críticas, blogs... vamos, me informé. Eché un vistazo a varias opciones que parecían interesantes (entre ellas Ally McBeal) pero que fueron rápidamente descartadas; estaba ya a punto de desistir cuando di con la buena...


       Estoy muy contenta de haber dado con esta serie. En sólo dos semanas: dos temporadas que me han capturado y absorbido hasta el punto de considerarla una de mis favoritas (por no decir mi favorita y caer en el sesgo). Desde el primer capítulo piloto, Alicia Florrick se convirtió en mi heroína y amiga.

       Ella es una buena mujer: ama de su casa, fiel y amante esposa. Trágicamente la vida de Alicia da un vuelco cuando su marido -alto cargo del estado- se ve perjudicado por estar implicado en asuntos de corrupción y prostitución que le cuestan la cárcel. 


       A partir de ese momento, Alicia tiene que tratar de recomponer las piezas que antes formaban su vida. Ella y sus dos hijos adolescentes se trasladan a un apartamento en el centro de Chicago, próximos al bufete de abogados para el que empieza a trabajar como asociada junior: la firma Stern, Lockhart & Gardner. Uno de los socios es su antiguo compañero de facultad: Will, que al tenerla en su equipo, vuelve inevitablemente a tener sentimientos hacia ella. Pero no está todo hecho hasta aquí, tiene como competencia por la plaza de asociado a un joven y audaz abogado. Asimismo, con cada episodio Alicia deberá enfrentarse a un nuevo caso que es investigado y llevado a juicio. Para terminar, como último aspecto de este drama legal, tenemos de fondo los intereses políticos del marido: Mr. Florrick. Se presenta un sistema legal que es imperfecto, no incorruptible y por supuesto, injusto hasta que se demuestre lo contrario ¿quién esperaba menos? Aún así, hay algo de espacio para la verdad, los hechos y la objetividad.

       En un mundo en el que la justicia se sirve fría y no siempre parcialmente; la política hace trampa a sus jugadores y Alicia está decidida a pelear sin descanso por sus objetivos: familia, trabajo, amistad y amor; todos los elementos que componen esta historia se enlazan armoniosamente para atraparnos irremediablemente. Claro que se encontrará con obstáculos por el camino; pero sabiendo que la vida no está exenta de ellos, luchará hasta el final. 

       A lo largo de cada temporada vemos como el personaje principal va transformando y madurando su personalidad. Se erige como una mujer fuerte, independiente, luchadora, competente, entregada y asertiva. Ella es una mujer corriente; con un marido: Peter Florrick. Este hecho hace que en muchas ocasiones, sus actos se vean influenciados según intereses políticos ajenos a su voluntad. Pero aún así, lucha por tener su propia voz; no sabe muy bien cómo tiene que hacerlo pero no por ello deja de intentarlo. 

       Cobran gran importancia los matices. Aprecio que esta historia no se trate de buenos o malos, negro o blanco... Alicia con sus conflictos diarios y sus dudas se hace más cercana y se convierte en amiga, porque todos tenemos dudas respecto a lo que está bien y mal, sobre qué hacer, qué hombre amar... Nadie te advierte si una decisión es correcta o no antes de tomarla; pero no por ello dejas de elegir. Al elegir te abres camino y, entre tú y yo, el de Alicia creo que merece que le eches un vistazo.  

¡Feliz fin de semana!    

25 mayo 2011

Aislamiento de contacto

       Digamos que esto fue lo que llevé a cabo durante los últimos tiempos. Atropellada por las redes sociales, decidí probar con un tiempo de aislamiento de contacto dejando mi puerta cerrada y con restricción de visitas. Hasta me olvidé de cuáles eran las llaves... Colgué el cartel de "no te molestes en llamar, no voy a contestar", di media vuelta y me fui a buscar algo que hacer con mi vida. 

       Lo que yo no sabía era la gran nada que me esperaba a la vuelta de la esquina. Hacer "borrón y cuenta nueva" en la vida no es tarea fácil. Romper con lugares, con situaciones o con amistades es siempre algo que te deja mal sabor de boca; pero lo afrontas, porque la vida sólo tiene un sentido y es hacia delante. Lo mejor que podemos hacer es liberarnos de las cargas negativas que nos atan, ¡hacer espacio para lo nuevo! al igual que ocurre con la brisa que se cuela tímidamente por la ventana en primavera: entra como quien no quiere la cosa, suave y agradable. 

       Por aquel entonces no sabía mucho de mí, la verdad, así que empecé probando aquellas actividades que podrían gustarme. Quise viajar; y viajé. Practiqué in vivo el idioma que más amo en el mundo (el inglés). Aprendí algo de cocina. Terminé de leer los libros que había dejado a medias. Me apliqué en dibujo y algo de decoración. Me compré una orquídea (y sigue viva). Al principio comencé yo sola; y poco a poco, fui encontrando por el camino gente amiga con la que hoy comparto mis gustos.      

       Ahora juego a jardinera los fines de semana y practico alemán siempre que puedo. Pero, ¿entonces por qué Deb ha vuelto a caer en las redes de internet?...


       Porque, entre tú y yo, supongo que una vida sin amor no es vida. Y como ocurre con casi todas las cosas que valen la pena, no vienen porque las busques... sino porque ellas te encuentran a ti. Mirando en el archivo de mi anterior blog di con una frase que yo misma había escrito allí "porque el amor no nace en la distancia" y que me hizo decir: "¡mecachis!" ... Qué poco me gusta estar en desacuerdo conmigo misma. Pero otro día te cuento, que ahora se me enfría el café.  

¡Feliz tarde!

24 mayo 2011

Lo que hubo antes

Todo comenzó con una idea... 
... la idea de "ey, yo también podría hacerlo".

Mis inicios en loquepasaentenerife
Aquí fue donde hice mis primeros pinitos literarios. Mi buena amiga I. conocía a alguien que escribía allí y me la presentó. Esa persona me habló acerca de la página y la grata experiencia que ella tenía. Oh, al primer minuto ya estaba convencida de que debía probarlo por mí misma.  Pero si bien mi profesor de Lengua y Literatura en el colegio siempre me dijo que "escribía bien", eso no sería razón de peso suficiente para que yo lo practicase. No, las musas no se presentan en tu casa de improviso un viernes por la noche y te chivan al oído la respuesta. "Escribir bien" implica que el que lo haga, disfrute con ello; esto lo comprendí cuando tuve mi primer blog frente a mí, en mi pantalla. Aún sigue aquí, impertérrito, para el recuerdo.  

Mundanza a elPais.com
Para ser honesta, no pasé demasiado tiempo en esas esferas porque enseguida captó mi atención otra página similar, pero con mayor afluencia y más facilidad de manejo: elPais.com. Fue una buena época respecto a mi creación literaria y aún conservo lo que escribí aunque lamentablemente, por fallos técnicos (¡¡mal***** ordenadores que se cuelgan!!) no pude -y de hecho, sigo sin poder; volver a acceder a él. Menos mal que se me ocurrió guardar un borrador de las entradas, ¡uf!... Además, para colmo de catástrofes, por la misma época mi lengua me metió en algún que otro problema así que decidí, por tanto, cerrar el pico.

       Luego vino... ¡ah! Sí. Tercero de Medicina. Y claro, ¿quién tenía tiempo para sentarse a escribir? ¡Escribir! No, no, no... Primero estudiar, ya habría tiempo para la diversión en verano (en Boloniés: verano = 1 mes). Cuando llegó la época estival del disfrute, en efecto, la disfruté. Muchísimo es una pobre descripción. Las experiencias vividas durante ese mes, se quedaron grabadas a fuego en mi mente y mi corazón; no es que hayan influido positivamente en mí, es que se han integrado en mi carácter.
 

       Sí; no sólo aprecio el buen café (cargado y con generosa leche condensada, ¡gracias!) sino que también me pierdo por un helado de fresa y chocolate; sobre todo si está hecho en inglés.
       Respecto a lo que está por venir, eso nadie lo sabe... ni siquiera yo. Esta nueva edición del blog, que ya es Entre tú y yo 3.0, pinta muy bien, ¡habrá que ver! :) Nunca le cambié el nombre, curioso... Me planteé nuevos comienzos, proyectos diferentes, pero con ninguno me sentía tan cómoda como ahora, ahora que pienso que esto que te escribo va a quedar como siempre entre tú y yo.