Como mi historia es larga, tomemos varios puntos al azar...
Cuando estaba en 2º de Primaria sentía gran envidia por L. mi compañera de clase. En particular por su pelo largo, lacio y rojizo que no tenía nada que ver con el mío que era corto, cargado y castaño oscuro -casi negro.
En 2º de la ESO, mi objeto de envidia también estaba relacionado con la estética y, en especial, con el pelo de mi amiga V. De alguna manera era obvio que yo aún no había sido capaz de encontrar mi imagen ideal. Ella tenía el pelo negro, largo y además, ese curso llevaba unos rizos que a mí me parecían perfectos. Luego descubrí que se había hecho una permanente (como las viejas -pensé) y eso le quitó mucha parte del encanto que yo creía natural.
Cuando llegué a 2º de Bachillerato, eso sí que fue un gran paso. Por esta época ya había resuelto casi todos mis problemas de imagen; había conseguido domar mi pelo y cuando por algún motivo me superaba, simplemente lo dejaba en manos de la peluquera. Durante ese curso la verdad es que no tuve mucho tiempo de abstracción ni distracción por cosas mundanas sin importancia como la vida misma. Aunque sí recuerdo que sentí gran cantidad de envidia hacia los universitarios el día que fuimos a conocer la Universidad. Cuando entramos en el recinto y contemplé aquella estampa del Campus de Guajara, con la biblioteca de cinco plantas, el aulario y el césped, quise poder adelantar un año entero y formar parte de aquello en aquel mismo instante.
Ayy señor, qué bien me embaucaron. Luego resultó que cuando entré en la Facultad de Medicina de césped na nai, la biblioteca sólo tenía una planta y bueno, estaba todo lo demás que mejor no especificar...
En 2º de carrera, tampoco tenía mucho tiempo libre. Ese curso fue una lucha constante; era Bolonia o nosotros. Luego resultó que no era Bolonia sino el EE(...)S (Espacio nosequé de Educación Superior) aunque igualmente se salió con la suya. Si me preguntan por qué podía sentir envidia en aquella época, diría que nada, pues una vez empecé la carrera se fueron cumpliendo los objetivos que me había propuesto: estudios, amigos, novio, fiestas, viajes, coche, etc. al menos de momento. Si me preguntaras cómo veo todo eso ahora, te diría lo que pienso honestamente; pero he dicho si me preguntaras...
En general no me considero una persona envidiosa. Soy feliz con lo que tengo aunque tuviera mucho menos de lo que tengo. No es conformismo, es saber apreciar lo que poseemos en cada circunstancia. Quién no quiere ropa mejor, un coche más rápido o una nota más alta. Todos -a mí no me engañas. Pero no por envidiar al de al lado vamos a conseguir lo que queremos. Además, entre tú y yo, es un gasto de energía innecesario.
¡Feliz Lunes!