31 enero 2013

¿Me lo dices o me lo cuentas?


Resulta que a mi hermana E. la tienen fichada en clase de Lengua. No porque sea mala estudiante, porque suspenda o porque sea una revolucionaria sino porque habla. Al parecer, habla, mucho. Y esto es algo que, de ninguna manera, me cabe en la cabeza. 

Ella acaba de empezar en 1º Bachillerato, de letras (para llevarme la contraria) este curso. Por lo que veo, le va bien: aprueba todo, hace las tareas, no se mete en líos. Lo digo porque esto de ir al instituto es nuevo para ella y en los principios, uno no sabe dónde encajar entre tanta novedad. Desde pequeña había estudiado en un colegio privado, como lo hiciera yo en su día, en el que llamas 'Don' y 'Doña' a los profesores o llevas uniforme o te sientas todos los días en la misma mesa. Ahora en el instituto, tuteas al profe, te sientas donde quieras cada hora y te vistes como quieras. Mi hermana es muy pasota tranquilita así que en nada se integró con la clase, hizo amigos y se puso las pilas con la Economía, el Latín o la Filosofía. Cuando le dieron las notas de la primera evaluación todo le fue bien. Lo único que nos pilló por sorpresa es que la tutora le dijera a mi madre que iba a "tener que separarla de A. porque hablan mucho en clase"
Perdona, ¿qué? 
Eso, que habla mucho. Según dijo la profesora, no le había perjudicado en las notas pero algunos profesores habían comentado -así en plan suave, que A. y ella hablaban mucho en clase y distraían al resto. Mi madre flipó, mi padre flipó y mi hermana V. y yo también flipamos por nuestra parte. Te explico por qué. Porque mi hermana E. es la persona más callada, tranquila y menos alborotadora de la familia entera. Para que cuente algo, hay que pedir una instancia. Cuando era pequeña todos estábamos mosqueados porque no abría la boca para decir nada, había que insistirle un buen rato para que dijera algo y nada de contar batallitas. Vamos, que no es como yo. 

Esto ocurrió antes de las vacaciones de Navidad y al volver, mi hermana tomó nota de lo que quería la profesora y cerró la boca en clase cambió. Con esto pretendía seguir como ha sido siempre, sin llamar la atención de la profesora por ningún motivo y pasar lo más desapercibida posible. Pero esto no iba a ser factible porque la profe de Lengua la tiene cogida con ella en sentido figurado y no figurado. No tiene más explicación. Cada vez que entra en clase, la localiza y le dice que se siente en primera fila con un rayante "es que ahí detrás no te veo", le pide que le diga la respuesta a muchos de los ejercicios y según E., no le quita ojo en toda la hora. Mi hermana es demasiado calmada como para mosquearse, pero si yo estuviera en su lugar ya habría hecho mucho algo más de ruido. 
En fin, no podemos pedirle peras al olmo y, entre ella y yo hay muchos olmos.    

2 comentarios:

  1. Yo también hubiera hecho ruido... No es por meterme, pero tu madre lo sabe? Va a hablar con la tutora?

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  2. Jajaja! todas activistas nosotras! Yo le digo que vaya a hablar con la tutora pero ni mi madre ni mi hermana están muy convencidas... Ahí está la cosa. Hoy mismo me dijo que la profe de Economía la había cambiado de sitio, de nuevo. Y yo sin dar crédito!!!! XD

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