Sí. La rutina es asquerosa.
Y si hay algo peor que la rutina es tener que adaptarte a ella.
Llevo ya casi dos semanas intentando parecer motivada, dispuesta a estudiar y centrada. ¿Durará? Quién sabe... La verdad es que hasta hoy no había podido sentarme delante de unas cuantas páginas y leer (lo que entendemos por leer es procesar información). El clima tampoco incita a mantenerse activo. No he tenido ni las energías suficientes como para darle al enlace del blog y escribir algo. En consecuencia tengo una cola de posts por publicar archivados en mi cabeza (take it easy!). Con bastante frecuencia recuerdo fragmentos breves de las vacaciones y, en general, mi tiempo en Londres y me descubro al minuto siguiente traicionando con la mente mi fachada mientras reservo un billete de ida para 1 adulto a Inglaterra. Sé que no debería torturarme así pero entre tú y yo, a falta de chocolate y sexo, ¿qué otra cosa puedo hacer?
Creo que en esto se fundamenta el diagnóstico de síndrome post-vacacional, ¿no?
Aunque mira... me llevo bien con casi
todos mis amigos; los profesores aún parecen profesionales y divertidos; tengo
dinero para ponerle gasolina al coche y saldo en el móvil; estoy bajando
de peso; no tengo exámenes en las próximas 3 semanas y ya sé manejar el
Facebook así que puedo creerme que "todo va... bien".
¡Feliz noche!
No hay comentarios:
Publicar un comentario