Tengo un amigo que odia los domingos (desde mi escritorio le envío un saludo a D.). Pero qué sería de una semana sin un día de descanso para levantarte tarde, comer cualquier cosa o reunir a la familia (¡Dios me libre!), ir al parque a la playa y pasar el día fuera o sin salir, acompañado de amigos o de un buen libro. En definitiva pasar el día contigo mismo. Sin uniformes, sin roles... tú mismo. Supongo que una persona muy activa rechaza la pasividad de los domingos pero es bueno a veces olvidar el reloj en casa y abstraerse pensando en nada, caminar hacia cualquier lugar y dejarse llevar por... lo que sea. Al menos así es como lo veo yo.
¡Feliz Domingo!
Hyde Park, Londres |
Estoy contigo! Me encantan los domingos... Sobre todo estar en casa sin ninguna presión ni obligación...
ResponderEliminarUn besote!
Di que sí Miriam, los domingos pueden ser días muy agradables dentro y fuera de casa! Un abrazo y gracias por pasarte! :)
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