Mostrando entradas con la etiqueta recuerdos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta recuerdos. Mostrar todas las entradas

10 abril 2012

Tú a Londres y yo a La Gomera

Nada de viajar en Agosto, eso es sólo para gente loca como yo. Abril es el mes de los viajes. De hecho mis hermanas se van, las dos, este mismo mes; una de campamento a La Gomera y la otra de urbaneo a Londres. Ya me gustaría poder cambiarme por cualquiera de ellas (preferentemente por la segunda) y darme una escapada de una semana. Pero no. En esta época del año es rara la vez que tengo ocasión de viajar por millones de razones como ahorrar para mi gran escapada-huida en Agosto, prácticas, exámenes (sobre todo esto), fiestas en las cercanías... Una pena porque además de tener un clima mucho más de mi gusto que en verano, apuesto a que los sitios de mi interés están mucho más accesibles (es decir, vacíos). Pero no. A mí dame colas en las ventanillas de facturación, huelga de controladores, turistas con bebés, perros y equipajes especiales, maletas perdidas, además de colas en el control de pasaporte, en los museos, en las tiendas de souvenirs, en los taxis, en los baños públicos, en el Starbucks, grupos de adolescentes haciéndote encuestas, ancianos que están perdidos, perdidos que no hablan el idioma... Lo reconozco, no me gusta Agosto especialmente pero si es en ese momento cuando puedo escapar de aquí, bienvenido sea. ¡Ayyyy, qué ganas de irme de viaje! :)

09 febrero 2012

Pendiente

Fuera porque nunca me gustaron en sí las pulseras, porque a las escritoras aficionadas como yo les molesta al escribir o porque los quehaceres de la Medicina lo hacen poco práctico, el asunto es que no estoy acostumbrada a llevar en la muñeca más que el reloj. Y eso que aprecio la joyería. Para muchas personas simbolizan algo que quieren recordar u olvidar, una promesa de amor (como la Gran Pi.), otras veces simplemente un mero adorno. Y la mayoría de las veces me parece muy vistoso. Pero en general, no soy partidaria de llevar las manos ocupadas con nada que pueda molestar o -algo muy común- quedar enganchado en la ropa o ¡las medias! ¡Horror!

Hasta que, claro, me regalaron una. 

Fue un regalo de mis hermanas cuando estuvieron en Santiago de Compostela el verano pasado. Lleva el símbolo del Peregrino, la vieira. Al principio no quería ponérmela; a lo mejor, trabarla en algún estuche o guardarla en algún joyero u olvidarla sin querer queriendo.  Pero la ver- dad es que, entre tú y yo, desde el día que me la probé ya no me la quité más. Porque al mirarla me viene a la cabeza ese lugar que me queda por descubrir. Ahí está, en mi mano. Recordándome a cada momento ese asunto pendiente que tengo: mi viaje a Santiago. Dos oportunidades he visto pasar hasta ahora. No pasará una tercera. 

Así de fácil es sucumbir, sobre todo cuando el asunto pendiente lo vale.

30 enero 2012

El siguiente salto

Ya no recordaría lo último que te conté si no fuera porque aquí todo queda. 
Para aquellos que perdieron el hilo o algún tornillo por el camino, les cuento que acabo de superar la nueva forma de tortura legalizada -los exámenes de enero universitarios- y con excelentes resultados. Mm, puede que el 2012 sí que sea mi año. Pero, ¿dónde ha estado Deb todo este tiempo? ¿haciendo qué? ¿cómo? ¿con quién? ¿hay algún nuevo quién?


Pues mayoritariamente he estado bibliotecando con mis buenos amigos C., Z. y G. en la sala de estudios del TEA. Esto incluye fines de semana y días festivos. Esto implica toneladas de apuntes de Oncología Médica, Aparato Digestivo y Cirugía así como de Ginecología y Obstetricia. Esto supone muy pocas horas de sueño y una cantidad de cansancio inversamente proporcional. Las Navidades pasaron tan rápido como llegaron y tras descolgar el "Merry Christmas" de la puerta sólo quedó una larga y dura caminata hacia los exámenes. Primero el test de Oncología, luego el de Digestivo y finalmente el oral de Ginecología. Pasaban los días sin que pudiera hacer diferencia entre lunes o domingos; todos me parecían lo mismo. Había un marcado silencio en Facebook y consideraba afortunado el día que podía hablar con mis amigas aunque fuera sólo un rato. Empecé a considerar maquillarme como un lujo y mis flores... sin comentarios.


Amor... lo que se dice amor suena a esquívo en mi cabeza. De hecho, en un mes hay bastantes oportunidades para sufrir un flechazo profundo pero lamentablemente no hay tiempo suficiente como para conseguir una inicial. Será cuestión de volver a la biblioteca algún día para pillar desprevenido al sujeto del deseo leyendo el periódico en la sección de Hemeroteca (o en las sillas para viejos según mi amigo C.).  

Pronto empezó a sonar una nueva canción en boca de todos, con la ley SOPA y el posterior cierre de Megaupload como acordes principales. Ilusa de mí que creía que vería el final de Anatomía de Grey. Para colmo, a mitad de mes el antivirus de mi portátil decidió prejubilarse y darme la lata hasta que consiguió superarme y lo di por caso perdido. Es más, terminé por no llevarlo ni a la biblioteca porque hacía tanto ruido que parecía que tenía una turbina de un boeing 747, en vez de un portátil. La verdad es que a veces me dan ganas de...
¡No! Control... Como dice mi amiga Z. hay que probar ejercicios de respiración si hace falta aunque sinceramente, a mí eso sólo consigue asfixiarme más. Infusiones. Bolas chinas. Pastillas. Valeriana. Imaginar a la gente desnuda. Vitaminas. ¿A ti te funcionan? Porque a mí no. De hecho sólo pensar en presentarme a un examen oral es suficiente para que no pueda echarme nada a la boca durante 3 días. Qué malos son los nervios. Y por si presentarse al examen no te parecía poco, luego vienen los dolores de cabeza y las pesadillas residuales al terminar. 
En días como los recientes mi padre todavía me dice: "pero, ¿por qué coges tantos nervios si ya has hecho miles de exámenes?"
Sinceramente no lo sé, aunque lo intuyo. Es una reacción superior a mí, primitiva, como lo son el hambre y el sueño. He hecho cientos... no, ¡miles! de exámenes y aún así cada prueba es un reto mayor. En vez de aprender a saltar los obstáculos, y dominarlos, cada convocatoria es cien escalones más alto y angustioso. Supongo que se debe a que ya no hablo de Conocimiento del Medio ni tengo inmensos exámenes de 2 temas.
Los nervios ante un examen son una experiencia universal. Todo el que haya pasado por esta situación, todos los que han sido o son estudiantes, saben bien a lo que me refiero. Malas noches y peores días conteniendo el estrés, el cansancio y luego el insomnio, los dolores de cabeza, las náuseas, la gente que habla en la biblioteca (como yo), los escalofríos, las ganas de acabar con tu vida y la de los que hablan en la biblioteca, la incertidumbre, el malestar y, finalmente a veces, las lágrimas. Descrito así me suena a la idea que tengo de mis futuras Guardias de Residente aunque espero que no sean tan dramáticas.
Mi padre me dijo también: "Supongo que será porque te juegas más. Ocurre como con los paracaidistas, a mí me decían que cuanto más saltaban, más miedo tenían porque mayor era la caída".
Y con estas palabras me quedé. Porque me parecieron la conclusión perfecta para mis dos útimos meses, de los que gracias a mis amigos, guardaré muy buen recuerdo y porque, entre tú y yo, mi padre sabía de lo que hablaba.

¡Feliz salto a la Rutina!

09 octubre 2011

El que lo persigue... ¿lo consigue?

Cómo conseguir pareja en 3 sencillos pasos.
(Sólo para aquellos que hayan conseguido pasar de la etapa de las miraditas).
1. Adulación
Aunque te cueste trabajo creerlo, los cumplidos aún son el arma más eficaz para atraer la atención de la otra persona. Funciona en un 77% de los casos(*); al recibir un elogio nuestra predisposición a continuar con la conversación, cambia favorablemente. Pero es importante que tengas en cuenta dos aspectos: no mientas y no exageres (o será demasiado evidente que mientes). 
   Ejemplo
     - Vaya, J. ¿tienes el carnet de conducir desde hace 4 años? 
     - Sí.
     - Guau... ¿y nunca has tenido un accidente?
     - No.
     - Y además, tampoco te duermes al volante por las mañanas...
     - No; porque si lo hago me estrello.
     - Ya, claro... pues es increíble...
     - ¿Sí? Nunca me lo habían dicho.
     - ¿No? (por algo será...)

2. Haz que la otra persona hable de sí misma
Si la primera técnica no te da resultado, prueba lo siguiente: dirige la conversación de manera que la otra persona tenga que hablar de sí misma. Está demostrado que en un 88% de los casos(*) al hablar de nosotros mismos, disminuimos los niveles de agresividad y aumenta nuestro buen rollo así como nuestra capacidad para monopolizar el tiempo de conversación. 
   Ejemplo:
     Día 28 de Junio, 22:52
     - Y... ¿qué planes tienes para las vacaciones, A.?
     - Aún no lo sé. 
     - Bueno, seguro que algo tienes pensado hacer...
     - No.
     - ... em...
     - ...
     - y ¿no te vas de viaje con tu familia? ¿ni al Sur con tus amigos?
     - Puede...
     - Ah, qué bien.
 
3. Cuéntale una historia triste acerca de ti
Si te han fallado las dos anteriores, es hora de sacar la artilleria pesada: toma la palabra, comparte con esa persona lo más amargo/triste/penoso de tu vida y deja que sucumba a la imperiosa necesidad de abrazarte y demostrarte su comprensión y amor. Las cifras revelan que es efectivo hasta en un 99% de los casos(*). Ya sabes, sólo ¡atrévete!
   Ejemplo
     - Me queda Biofísica... (cara de depresión) No sé qué voy a hacer para aprobarla...
       ... lo he intentado todo, estoy desesperada,V. no sé ya cuantas veces la he estudiado...
       ... el profesor me dice que haga problemas pero... (ojos brillantes) ... no me salen...
       (suspiro profundo) (otro suspiro profundo mirando al vacío)
     - Lo sé. (estira el brazo y...) ¿Vas a salir el fin de semana? Avisa para decirle a I. que
       compre una botella más de ron.


¿Qué hacer y qué no hacer? Creo que pedimos demasiado al querer disponer de unas reglas para tratar de comprender e influir en lo más impredecible y arbitrario que existe -nuestro carácter. No creas que quiero alardear tampoco de técnicas de seducción; no soy una experta y entre tú y yo, dudo mucho que los haya. Yo sólo vi una película del año 38 y quise compartir contigo lo que me vino a la cabeza en ese momento y algún que otro recuerdo. Tal vez a alguien le valen los consejos numerados; si ese es el caso, por favor avísame para cambiar mi versión de la verdad. Mientras, seguiré creyendo que no hay quien me comprenda ni lista de consejos para conseguirme.

Todas las conversaciones son basadas en hechos reales. 
(*) Datos estadísticos no contrastados (vamos, inventados).

04 octubre 2011

Terribles 22

¡Hoy es mi cumpleaños! 

Ya hace 22 años que el Mundo me ha estado sufriendo; desde que un 4 de octubre cualquiera decidí interrumpir el almuerzo y hacer acto de presencia. Todo y nada ha cambiado desde entonces: puedo decir que soy una persona madura [porque al fin me hice un Facebook], estudiosa [porque aún sigo en Medicina] y agradable [porque... no me queda más remedio] que aún sigue haciendo que alguno que otro se atragante. Con cero nostalgia me despido de los 21 y le doy la bienvenida a los dos patitos :) Espero que todos tengan tan buen día como yo pero, entre tú y yo, no me busquen ni me llamen ni me escriban porque estaré todo el día fuera, en algún sitio fresquito, haciendo ve-tú-a-saber-qué...

¡Feliz día a todos y Gracias por ser mis Amigos!

22 septiembre 2011

en-Rutinándome

Sí. La rutina es asquerosa.
Y si hay algo peor que la rutina es tener que adaptarte a ella. 
Llevo ya casi dos semanas intentando parecer motivada, dispuesta a estudiar y centrada. ¿Durará? Quién sabe... La verdad es que hasta hoy no había podido sentarme delante de unas cuantas páginas y leer (lo que entendemos por leer es procesar información). El clima tampoco incita a mantenerse activo. No he tenido ni las energías suficientes como para darle al enlace del blog y escribir algo. En consecuencia tengo una cola de posts por publicar archivados en mi cabeza (take it easy!). Con bastante frecuencia recuerdo fragmentos breves de las vacaciones y, en general, mi tiempo en Londres y me descubro al minuto siguiente traicionando con la mente mi fachada mientras reservo un billete de ida para 1 adulto a Inglaterra. Sé que no debería torturarme así pero entre tú y yo, a falta de chocolate y sexo, ¿qué otra cosa puedo hacer?

Creo que en esto se fundamenta el diagnóstico de síndrome post-vacacional, ¿no?    

Aunque mira... me llevo bien con casi todos mis amigos; los profesores aún parecen profesionales y divertidos; tengo dinero para ponerle gasolina al coche y saldo en el móvil; estoy bajando de peso; no tengo exámenes en las próximas 3 semanas y ya sé manejar el Facebook así que puedo creerme que "todo va... bien".

¡Feliz noche!


16 septiembre 2011

Sobre ruedas


      Cuando era pequeña me encantaba fisgonear de un lado a otro a mi aire, sobre todo en la calle. A menudo me soltaba de la mano de mi madre y salía corriendo. Más tarde descubrí las cuatro ruedas y... chico, no hubo forma de bajarme desde entonces. Con frecuencia soñaba que conducía, mucho antes incluso de ser capaz de hacerlo. Ahora que miro estas fotos, me parece curioso como, en un abrir y cerrar de ojos, pueden pasar ante mí veinte años de recuerdos con sus cambios de marcha, tantos atascos, algún que otro exceso de velocidad y un par de STOPs.    

       Dicen que soñar con conducir significa que dominamos nuestra vida, que la controlamos y la dirigimos hacia donde queremos. Reconozco que en mi caso, la mayor parte del tiempo sé hacia donde voy aunque eso no me quita los obstáculos ni los momentos en los que me tomaría un semáforo en rojo para pensármelo. 

       Y me lo tomo; aunque como no me gusta esa sensación de incertidumbre y desconcierto, en cuanto puedo, me vuelvo a poner en marcha con nuevas energías. Tengo amigos que, en cambio, no hacen tal cosa sino que caminan por la vida sin mirar alrededor, sin detenerse y pensando que el disco rayado de la monotonía que escuchan es lo último en iTunes. Otros, han pasado tanto tiempo sentados pensándoselo todo que, cuando se han dado cuenta, se les han ido las oportunidades.

       Con esto no quiero exponer que alguien sea mejor o peor; sino que cada persona lleva su propia velocidad. La cuestión es que, con mayor o menor conciencia de ello, a pesar de circular regidos por unos códigos, todos somos conductores en la vía de nuestra propia vida. El rumbo de tu vida no lo marcan los demás, ni las circunstancias ni el azar; puede que estos influyan pero el volante siempre lo diriges tú.

       Entre tú y yo, ¿te he dicho ya que me encanta conducir? 
       ¡Feliz fin de semana!

14 agosto 2011

Por fin... ¡empiezan mis vacaciones!

Estas últimas semanas no he estado muy comunicativa, lo sé. Pero es que el verano a mí me tiene zigzagueando entre la sombra y el sol. Se me han quedado muchas historias en el tintero y otras tantas que coleccionaré a mi regreso pero ahora toca colgar el cartel de cerrado por vacaciones. No será por mucho tiempo, sólo unos 15 días que estaré pululando por otras esferas. No te digo a dónde voy, creo que ya he dado demasiadas pistas... :) Sólo te diré que regreso a un lugar conocido y querido.

Nos veremos a mi vuelta en septiembre. Hasta entonces, de todo corazón...
¡¡muy Feliz Verano para todos!!