Por si aún no lo habían notado hace unos cuantos días que no entro en Facebook. La razón es bastante lógica: me han bloqueado la cuenta. A quién se le ocurre hacerle eso a alguien que está de vacaciones y se pasa horas en Facebook. Bueno, al menos ha sido por un argumento lógico. Se trata de una medida de seguridad de Facebook contra la suplantación de identidad. Ejem. Según un correo que me enviaron, hay sospecha de que he suplantado identidad (de mí misma). Así que ahora me encuentro a la espera de que hagan las comprobaciones de rigor para poder volver a entrar en mi perfil. Mientras, me siguen llegando los avisos de notificaciones que tengo pendientes; los mensajes entre tú y yo que tengo sin leer; las fotos en las que me han etiquetado que no puedo ver. No sé si son cosas mías o es verdad que las tecnologías tienen cierta tendencia a colapsar en mis cercanías. Como no me dejen entrar tendré que hacer lo impensable, muy improbable e inadmitible... volver a Tuenti (¡¡ni de co**!!). No, al final renergaré de la Tecnología y con el dinero que me iba a gastar en un iPad, me compraré dos cabras y me mudaré al barranco.
Gracias Mark, colega.
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