15 octubre 2012

Las dos caras de la Medicina

Sí, tiene dos caras. O más bien, cara y espalda. 
Para los profanos de la vida médica, esto que ven aquí arriba es una sesión clínica, donde empieza cada día, sujeto a la variabilidad de cada departamento, la actividad de los médicos. Los casi-médicos estudiantes también tenemos que asistir aunque hay muchos que optan por pasárselo por el forro no ir. A mí me parecen muy interesantes porque te muestra mucho más de cerca un sinfín de detalles, imperceptibles durante el resto de la jornada. Por ejemplo, te das cuenta de quién lleva la voz cantante y quién le apoya, quién es la oveja negra del servicio, qué pacientes nuevos han venido, quienes se marchan y quienes tienen un síndrome raro que no sale en Wikipedia. Deliciosa rutina para un clínico. Pero no es grande la contribución del alumnado en estas sesiones puesto que nos han programado para permanecer en la última fila, detrás de todos los médicos. Ver, escuchar y aprender es todo lo que podemos hacer, cruzando los dedos entre tú y yo para poder obtener de ello el máximo provecho. Pronto llegará el día en que me sitúe al otro lado y pueda enfrentar cara a cara los debacles diarios. Formaré parte activa ¡y tan activa! en la sólida cadena de la Salud y estos pensamientos me traen grandes esperanzas para mí y mis amigos. Al fin y al cabo, ¿qué prisa hay por ser carne de cañón?

Metas imposibles

No es que sea crítica con aquellos que desean lo más difícil aunque este post no está excento de juicio. Acepto que me digas que soy la primera en soñar el infinito y encima, perseguirlo. Creo con pasión en despropósitos de risa que forman los peldaños de mi camino. Así mi Vida es lo que es, un torbellino caótico de querer y no querer. Pero para entenderme a mí, ya estoy yo. Lo que me destroza de verdad es conocer buenas personas que fijan su meta mucho más lejos, allá por el oscuro terreno de la improbablidad. No porque ellos no sean merecedores ni tengan las aptitudes que se requieran para lograrlo, sino porque en juegos de dos hay que contar con al menos dos variables independientes y, si la otra persona no es el medio, poco veo posible que llegues al objetivo. Llegados a este punto, lo único que se me ocurre decir es: "lo siento, chico".   

14 octubre 2012

Collecting Nature

Se ha convertido en una interesante afición coleccionar cosas de diversa naturaleza y procedencia. Lo de las conchas me viene de pequeña. No sé si te habrás percatado del curioso dato de que vivo en una isla volcánica, con playas de arena negra y poco más que guijarros, así que todos mis hallazgos provienen de costas fuera de donde vivo. Al igual que ocurre con las bellotas y las hojas de árboles cuyas raíces no encontrarás en suelo volcánico. Quizá más que recuerdos son acaso trofeos, arrancados de su sitio por mi mano y para mi regocijo atesorados, entre esas paredes de vidrio donde los guardo, observando impasibles el paso de mi ajetreo y del tiempo. Mi amiga S. me aseguró una vez que los botones de cuatro agujeros eran los más comunes pero yo me reservo mis dudas. Vivo en la tierra del sol, donde la gente no viste de camisa ni lleva chaqueta con frecuencia. 

Hablando al mar

Dime tú, pequeña caracola, si no es el mar digno vacío para tus pensamientos. Di si no es verdad, que las mareas van y vienen dibujando una fina estela de espuma a su paso, rompiendo con fuerza en tus incorruptibles escollos como si quisieran erosionar, y erosionando, las barreras indomables de tu mente. Háblame pequeña caracola, sobre las sirenas de las profundidades y los tesoros que surcaron los océanos contigo y allí para siempre quedaron, encubiertos. Hay tanta riqueza en el calado de tu ingenio y sin embargo, lejos queda de la visión del marino inexperto. Conocer los confines del mar puede llevar mucho tiempo. Puedes viajar toda una vida y aún así sentirte grumete. Sólo los más audaces se acercan a conocer las idiosincracias de tus pleamares. Navegan con viento de popa y llegan, hasta los confines del mundo por penetrar las abruptas costas de tu persona. Nadie se lleva la gloria de fondear en aguas mansas, ni de alcanzar tu playa coralina. Di si no es verdad, pequeña caracola, que quienes se adentran en el mar viven amándolo, que luchan contra viento y marea por no encallar estando en aguas inquietas y que indudablemente ello les conduce a la tierra firme que tú abres ante ellos. Tú has de saber, caracola mía... pues tú llevas contigo el eco de todo ello. A través de ti habla el mar en primera persona, deja la huella de sus historias en la arena y traduce el rugir de las olas en una lengua viva aún en las orillas de tu existencia. No me aventuro a querer abarcar tus oscuros misterios con mi humilde balandra. Basta con que quiera adentrarme un poco, lo suficiente para sentir que me muevo, y que navego. Quiero oír la espuma de las olas al pasar, saborear el salitre en alta mar, mi meta es salvar las mil leguas que hay entre tú y yo. Enséñame pequeña caracola, a esuchar el Mar por favor.

12 octubre 2012

Día de la Hispanidad

Nuestra Señora del Pilar, Zaragoza 2006
Yo me encontraba por estos lares, un caluroso día de Agosto hace ya un par de añitos. Sabes que me encanta compartir mil cosas entre tú y yo y ésta no iba foto no iba a ser menos. Me trae muy buenos recuerdos familiares y personales, de aquellos días en los que no sabía qué era la Medicina ni qué diablos iba a hacer yo con mi vida.   

¡Feliz 12 de Octubre!

Las edades de la inocencia

Nadie nos dice cuándo decidimos creer o no creer. Un día los acontecimientos se precipitan y dejan en tus manos la respuesta. Y ésta nunca es tan sencilla como creer o no creer, sino aceptar vivir la fantasía, hacer de los sueños la norma de tus días y abandonarte a la ilusión sin remordimientos. Acaso existe un ser más feliz que un niño; uno de cinco, venticinco o cientocinco años. Yo creo que no. Pero la realidad no está de acuerdo conmigo y juega despechada con nuestras aspiraciones, cercándonos como una goma elástica que nos da un ligero margen y con las mismas, nos hace retornar al eje. Allí nos quiere a todos, arrinconados en un lugar olvidado junto a la imaginación y los polvos mágicos de hada. Cruel existencia, nos enseñas a amar una utopía para más tarde arrancarnos sin piedad todo rastro de inocencia. No por ello quieras crecer muy lejos. Cuídate de la sensatez y huye de la prudencia. Haz de cada amanecer el prólogo de un nuevo cuento. Entre tú y yo hay más de lo que a simple vista se ve. Magia; nos rodea, nos envuelve... ¿no lo sientes? Cierra los ojos y ve.

11 octubre 2012

"Pasaste por mi vida en un suspiro. Te cruzaste con mi escepticismo y tropezaste con mi indiferencia. Casi me hiciste creer en cuentos de princesas y bajaste para mí la luna de abril, la más plena, la más bella. Quiso el destino que conociera el sabor del placer de tu boca, para mi eterno recuerdo y mis nostálgicas tardes. Si hubiera sospechado... te hubiera cazado al vuelo en aquel segundo eterno que fuiste mío. Pero no iba a ser yo tan inteligente ni tan oportuna. Errar es humano y perdonar, divino. Por eso confieso que me equivoqué al dejar que te fueras pero no te perdono que lo hicieras. Me dirás, la vida no es justa, y no te lo negaré. Maldito; porque llegaste de improviso y no me diste tiempo a reaccionar. Dejaste en mí tus caricias y en la casa el olor de tu colonia. No diste tregua a la probabilidad ni quisiste saber si lo nuestro fue cosa de azar. Ahora te busco, intento alcanzarte. Pero tu rumbo es para mí un acertijo. Sueño con tu regreso, tu tacto, y dibujo con mi inocencia tu boceto pensando encontrarte a la vuelta de cualquier esquina algún día. Maldito; te ame un segundo y al siguiente, te habías marchado. Cómo pudiste imaginar que te olvidaría, que mis labios no te desearían. Para tu ignorancia y mi sorpresa te diré, que viví aquel suspiro contigo como si fuera el único, que lo fue, y que nunca lo olvidaré. Incluso se puede amar una estela de vapor si ésta es lo suficientemente buena y la tuya lo fue. Creí que entre tú y yo había sitio para más, mucho más; pero se ve que no conocías el plural y yo nunca fui buena en sintaxis."
Fragmento de mi futuro libro, ¡jajaja!