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30 diciembre 2012

Reajustando planes

        Yo quería ser cirujana
Tenía madera. Me gustaban las manualidades y se me daba bien el punto de cruz. Era fan de Anatomía de Grey. Tener una excusa para ir todo el día en pijama me parecía un sueño. Pero estando en Medicina me hice (literalmente) añicos la espalda estudiando como una corcovada hasta que se me quebraron los codos y me salió lumbalgia. He desarrollado un temblor en las manos como un tic nervioso que no me deja maniobrar con tanta precisión como antes. Además, me he convertido en una cegata que no enfoca más allá de los 4 metros. Si ya tengo estos achaques antes del MIR, no quiero pensar cómo acabaré después ni de cómo podría resistir esas horas de quirófano. Creo que debería replantearme seriamente esta situación. Sí, lo he decidido. No voy a seguir más Anatomía de Grey. 
No pensarías que iba a descartar la Cirugía por un reúma de nada, ¿no? Además, entre tú y yo, la serie se ha vuelto malísima, ¿no te parece? 

15 octubre 2012

Las dos caras de la Medicina

Sí, tiene dos caras. O más bien, cara y espalda. 
Para los profanos de la vida médica, esto que ven aquí arriba es una sesión clínica, donde empieza cada día, sujeto a la variabilidad de cada departamento, la actividad de los médicos. Los casi-médicos estudiantes también tenemos que asistir aunque hay muchos que optan por pasárselo por el forro no ir. A mí me parecen muy interesantes porque te muestra mucho más de cerca un sinfín de detalles, imperceptibles durante el resto de la jornada. Por ejemplo, te das cuenta de quién lleva la voz cantante y quién le apoya, quién es la oveja negra del servicio, qué pacientes nuevos han venido, quienes se marchan y quienes tienen un síndrome raro que no sale en Wikipedia. Deliciosa rutina para un clínico. Pero no es grande la contribución del alumnado en estas sesiones puesto que nos han programado para permanecer en la última fila, detrás de todos los médicos. Ver, escuchar y aprender es todo lo que podemos hacer, cruzando los dedos entre tú y yo para poder obtener de ello el máximo provecho. Pronto llegará el día en que me sitúe al otro lado y pueda enfrentar cara a cara los debacles diarios. Formaré parte activa ¡y tan activa! en la sólida cadena de la Salud y estos pensamientos me traen grandes esperanzas para mí y mis amigos. Al fin y al cabo, ¿qué prisa hay por ser carne de cañón?

28 julio 2012

Casi despierta

Siempre me pasa...

Los fines de semana casi siempre hago planes por separado entre mis padres y yo. Si ellos salen yo me quedo, y al revés. De modo que, si elijo quedarme, cuando me despierto los sábados o los domingos, aún en fuera de juego y antes de que alcance mi taza de café, mis padres y mis hermanas ya están preparados para marcharse. Entonces se me acercan y me sueltan la retahíla de cosas que tengo que hacer como poner la lavadora, preparar algo para el almuerzo, llamar a alguien... Claro que mi cerebro aún está en fase REM. Para cuando han terminado, el café está casi frío pero he conseguido abrir un ojo. Mi familia no capta la idea de que a algunas personas les cuesta más que a otras despertarse. Mi padre es el primero en levantarse y cuando aún estoy en la cama, ya oigo la música de George Michael sonando en el salón. Cuando enfoco el pasillo, él ya está vestido y preparado para salir. Al llegar al baño, alguna de mis hermanas lo tiene requisado para su sesión de "peina y maquilla" y para cuando me arrastro hasta la cocina mi madre aparece precediendo a una nube de perfume o laca. Así no hay quien viva...   

10 julio 2012

¡Achús!

 



 
 
Te preguntarás qué clase de pesona tonta pilla un resfriado en pleno verano. Pues yo. Y ya llevo cinco días con pastillas. Cuidado, que no vuelen gérmenes entre tú y yo, no quiero convertirme en el nuevo origen de alguna cepa mutante.

14 noviembre 2011

¿Qué llevas puesto hoy?

A veces, ponerte lo primero que encuentras no es recomendable. 
Aunque tengas mucha prisa. Aunque todavía puedan verse en tu cara las marcas de la almohada.

Puedes pillar una mala combinación, sobre todo después de 4 días con todo patas arriba y cubierta por mugre de estudiante de medicina. Desastre si tienes que combinar los calcetines de pijama con unos zapatos nuevos. No importa. Te das la vuelta y coges una rebeca. Era esto o el traje negro de fiesta del fin de semana. Miras al frente y tu reflejo te recuerda que te quites el coletero del pelo. Catástrofe total, aquello no tiene forma ni modo. Miras abajo y te das cuenta de que la camiseta dice Gran Canaria, tiene el dibujo de tres perros y lleva manchas de pintura. Maquillaje, ¿y para qué? ni intento buscarlo pero sí que rebusco en el cajón un par de gafas tan oscuras que sean negras. Peor si además tienes una hermana que está encantada de tener la cámara a mano en momentos así. Qué menos que echarle una pose a la vida y... ¡vamos, que llegamos tarde! Con tan mala suerte que, cuando sales por la puerta de tu casa te tropiezas con la vecina del primero que hace tiempo que no ves y te echa un repaso visual para ver qué tal te trata la vida (Pues, bueno... ya ves). Contienes la risa. Miras a tus hermanas y ves que ellas también contienen la risa. Salimos del edificio y nos cruzamos con unos obreros. Corro hacia el coche; lo abro; entro; ya estoy a salvo. 

Entre tú y yo, esto era lo que llevaba puesto hoy. Normalmente no soy tan hippie ni uso camisetas de guiris ni me creo que los lunes puedes llegar a tiempo pero hoy me quedé dormida...

No dejes que te pase a ti,
¡feliz Lunes!