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08 noviembre 2011

¿Cómo ves el vaso?

No. No hay verdades a medias ni misterios ocultos que valgan cuando nos preguntamos cómo vemos el vaso. No es una cuestión física ni psíquica. Tú sólo mira al vaso...

Ya sabes que soy una positiva casi patológica y me encantaría poder decirte que escoger la opción "el vaso está medio lleno" tiene un efecto importante en tu vida, pero eso sería una falacia (o si no lo es, debería serlo). Lamentablemente, si miras detenidamente al agua que hay en el vaso verás que por encima "el vaso está medio vacío" o también medio lleno de aire (claro, porque el aire está arriba por... alguna ley física que me tendré que estudiar si quiero aprobar Biofísica). Por tanto, no está ni medio lleno ni medio vacío sino ¡las dos cosas! ¿lo ves? No hay un vacío completo ni se está desbordando sino un término medio. Porque la vida no es tan sencilla como un vaso medio vacío o un vaso medio lleno sino el desequilibrio entre los dos.

La próxima vez que te pregunten cómo está el vaso qué diras, ¿medio lleno o medio vacío? 
Entre tú y yo, ¡lo que tú quieras!

06 noviembre 2011

En esencia

Lo que importa muchas veces son los pequeños detalles y las pequeñas alegrías; los pequeños momentos que después recordarás como los más grandes; las risas cómplices y las charlas de pasillo; las breves reseñas y las pequeñas aclaraciones; los silencios compartidos y las miradas que dicen tanto; esa pequeña parte de ti que dejas conocer y los pequeños secretos que quedan por siempre entre tú y yo... todo ello. Delicadamente enfrascado. Deliberadamente atesorado.

Lo demás... son menudencias.

Benedicto dice

"(...) En un mundo caracterizado por el relativismo, y que con demasiada frecuencia excluye la trascendencia de la universalidad de la razón (...)".
Benedicto XVI, 25 Septiembre 2006

       Parte de mis tareas de hermana mayor a veces incluyen ayudar a mis hermanas cuando tienen problemillas con sus propias tareas de fin de semana. Si ellas supieran lo diferente que se ve todo cuando nos hacemos mayores, el doble de fácil y la mitad de complicado, excepto cuando las dudas son problemas de física. Por eso, cuando ayer vino a preguntarme mi hermana V. acerca del significado de un texto de religión sólo dije "A ver, cuéntame" a pesar de que en mi cabeza la palabra Religión sonaba como al pasar una uña por una pizarra... chirriante y molesto.

       Era sencillo, no entendía esta frase del texto (normal, ni yo casi lo entiendo y ella está en 2º ESO). 

     Para empezar creía que había demasiado peso en las palabras relativismo, trascendencia, universalidad y razón como para ser sostenidas en dos renglones. Miré a la palabra razón y al momento se reactivaron en mi cabeza todas aquellas clases de filosofía que había tenido; ver esta palabra en este contexto me pareció una auténtica incongruencia. Luego miré a mi hermana y me pregunté cómo demonios (perdón) podía explircárselo a ella. Opté por contarle antes que nada lo que era el relativismo...

"El relativismo dice que no hay valores absolutos, todo lo que tú creas dependerá de cómo seas tú y tus circunstancias. Por ejemplo, lo que es bueno para mí puede no serlo para tí simplemente porque tu experiencia ha hecho que opines así. ¿Lo entiendes?"

"Bueno..."

"A ver, cada persona es diferente a los demás en todo porque cada uno tiene una vida distinta, unas experiencias distintas y les ocurren cosas distintas. Por esto cada uno cree que ciertas cosas son buenas y otras son malas... por su propia opinión. El Papa dice que en el mundo la mayoría de las personas tienen unos valores diferentes, ¿no?"

"¡Ah! Pero claro, es que todos tenemos opiniones diferentes..."

"Vale. Además, él opina que la gente no valora la universalidad de la razón, es decir, que la gente no cree importante tener unos valores universales. Y es verdad. Porque no todos tenemos las mismas opiniones acerca de las cosas".

"Chos, ¿te imaginas?"

"Pues de eso trata la Religión, de que debe haber unos valores iguales para todo el mundo; que las mismas cosas que son buenas para tí lo son para todos, que todos amemos lo mismo, que creamos que son malas las mismas cosas..."

"¿Pero cómo va a ser eso?"

"Sí, eso me pregunto yo...

       Eso me pregunto yo. El texto continuaba hablando sobre la relación entre las diferentes culturas pero yo evitaba a toda costa saltar al siguiente párrafo evitando así seguir leyendo aquello. Me dí por satisfecha cuando mi hermana me dijo que ya lo entendía y se marchó con su libro. No sé si por no molestarme o porque vio mi bien expresiva cara de incómodo inconformismo frente al texto y la fotito de aquel ejercicio pero el caso es que un rato más tarde oí voces desde el pasillo; era mi padre hablando -no con mucho ánimo- sobre lo que era blasfemar y que la Iglesia creía que era malo y blabla: "...es que blasfemar es un pecado, lo dice el primer mandamiento, creo. Búscalo para que veas". No quise intervenir así que sólo me reí mientras pensaba que en verdad era el tercero, creo. 

       Luego quise creer que había sido imparcial al hablarle a mi hermana sobre el texto pero entre tú y yo, me da que hay cosas que superan la trascendencia de la imparcialidad, quizá la prevalencia de la verdad y el hecho de acercarla un poco más a la realidad. En fin, otra más que no irá a misa.  

¡Feliz mañana de domingo!

05 noviembre 2011

Y al tercer día


El chico que conociste en aquella fiesta te llamará. 

Porque necesita un día para encontrarte a tí y dos días para encontrar el valor, porque lo que hubo entre él y tú se merece una petición de amistad y porque a la tercera va la vencida, ¿no? 

 
Te lo digo yo: ¡NO! Creo que el 3 es un número que está sobrevalorado, tal vez para dejarnos engañar por la derrota y dejar de inistir si a la tercera no conseguimos nuestros propósitos. Sé que es frustrante encajar cualquier decepción, pero estoy segura de que aquello que perseguimos será nuestro, si lo queremos... porque el premio es para los obstinados, para los que se atreven a seguir intentándolo, sólo para los que saben qué viene después del tres.

Keep on dreaming! Keep on waiting! Keep on trying! 
¡Feliz sábado!
 

26 octubre 2011

Mentes paralelas

Seguro que tú también conoces a alguien así. 
A veces nos encontramos con mundos paralelos al nuestro, inalcanzables. Son esas personas que aún queriendo que formen parte de nuestra vida nos abocan a los des-encuentros y las des-casualidades. Las vemos a nuestro lado y alrededor, caminando junto a nosotros durante un tramo del sendero al fin y al cabo, limitado. Son esas personas que ni te conocen ni dejan que las conozcas del todo, indescifrables. Puede que compartan contigo una hora, un fin de semana o cinco años pero al final podrás decir casi tan poco acerca de ellos como al principio. Son esas personas que escuchan lo que tienes que contarles y luego ellos no aportan nada suyo. Permiten que el espacio que se extiende entre nosotros se vicie con trivialidades, algún día bueno y no sé qué más. Son esas personas cuyo secreto mejor guardado es su verdadera identidad. Se refugian en la introversión y pasan por el mundo de puntillas. Lástima que las rectas paralelas no estén hechas para las intersecciones y lástima que las matemáticas sean tan exactas.  


02 octubre 2011

Donde mi corazón vive

La mayor parte del tiempo lo hace once pisos sobre el suelo y en una superficie de casi cien metros cuadrados. Mi familia es mi hogar y yo habito el amor que nos une.

Pero en cuanto puedo, escapo; y no te miento si te digo que me paso la vida huyendo a mi lugar secreto. No tengo dudas -pertenezco a la lluvia, a la primavera y al color verde.

Quisiera creer que encajo en cualquier marco pero entre tú y yo, ¿quién quiere ser un esbozo inacabado? Por esto siempre intento volver de nuevo a donde mi corazón vive.

16 septiembre 2011

Sobre ruedas


      Cuando era pequeña me encantaba fisgonear de un lado a otro a mi aire, sobre todo en la calle. A menudo me soltaba de la mano de mi madre y salía corriendo. Más tarde descubrí las cuatro ruedas y... chico, no hubo forma de bajarme desde entonces. Con frecuencia soñaba que conducía, mucho antes incluso de ser capaz de hacerlo. Ahora que miro estas fotos, me parece curioso como, en un abrir y cerrar de ojos, pueden pasar ante mí veinte años de recuerdos con sus cambios de marcha, tantos atascos, algún que otro exceso de velocidad y un par de STOPs.    

       Dicen que soñar con conducir significa que dominamos nuestra vida, que la controlamos y la dirigimos hacia donde queremos. Reconozco que en mi caso, la mayor parte del tiempo sé hacia donde voy aunque eso no me quita los obstáculos ni los momentos en los que me tomaría un semáforo en rojo para pensármelo. 

       Y me lo tomo; aunque como no me gusta esa sensación de incertidumbre y desconcierto, en cuanto puedo, me vuelvo a poner en marcha con nuevas energías. Tengo amigos que, en cambio, no hacen tal cosa sino que caminan por la vida sin mirar alrededor, sin detenerse y pensando que el disco rayado de la monotonía que escuchan es lo último en iTunes. Otros, han pasado tanto tiempo sentados pensándoselo todo que, cuando se han dado cuenta, se les han ido las oportunidades.

       Con esto no quiero exponer que alguien sea mejor o peor; sino que cada persona lleva su propia velocidad. La cuestión es que, con mayor o menor conciencia de ello, a pesar de circular regidos por unos códigos, todos somos conductores en la vía de nuestra propia vida. El rumbo de tu vida no lo marcan los demás, ni las circunstancias ni el azar; puede que estos influyan pero el volante siempre lo diriges tú.

       Entre tú y yo, ¿te he dicho ya que me encanta conducir? 
       ¡Feliz fin de semana!

05 septiembre 2011

Algo más cerca; nada más lejos

¿Cómo se retoma una vida? 
¡Ah, sí! Creo que esto puede servir...
Entre tú y yo, me parece que tardaron un siglo en tratarme la no infección de orina. Bonita manera de empezar el verano. 

Mi abuela estuvo de visita en mi casa cerca de dos semanas y aunque yo no estaba por reír mucho, me resultaba extrañamente cómico que ella, cincuenta y tantos años mayor, tuviera menos molestias y tomara menos medicación que yo. 

Puse mis riñones a punto bebiendo toneladas de agua, tomando kilos de pastillas y padeciendo un dolor particularmente insoportable en la espalda (pero no en la fosa renal). Dos dolorosas semanas después me dijeron que de riñón nada, que aquello era una lumbalgia aguda. Y una sesión de masaje después me dijeron que de aguda nada, que aquello venía de atrás. Entre una cosa y la otra, estuve un mes sin poder caminar más allá de 50 metros, sin poder pensar más que en recuperarme y... de verdad que no podía dar tres pasos libres de dolor. 

Todo esto ocurrió dos días antes de irme de viaje. Y, aunque sentí un GRAN alivio al saber que mis riñones funcionaban bien, estaba preocupada por cómo disfrutaría del resto de las vacaciones y del ritmo de la evolución del dolor. Sin tiempo para cuestionarme nada más, me fui. Y así, esta escéptica de la medicina y del quiromasaje partió rumbo a la fría Inglaterra con sus anti-inflamatorios y benzodiacepinas en el bolso. 
 

Llegué a Londres un lunes a las 4 y cuarto de la tarde, sin retraso ni exceso de equipaje. Una vez allí, olvidé el reloj y dejé que me envolviera de nuevo aquel familiar aroma a especias, felicidad y lluvia. Lo que ocurrió durante las siguientes dos semanas es... casi imposible de resumir incluso en un millón de líneas, así que te dejo que eches un vistazo.


Londres es la ciudad que enmudece mi inspiración. No tengo palabras... sólo puedo decir que cada día fue especial, único e irrepetible. Ahora miro atrás y me río al recordar la historia que hay detrás de cada foto, cada momento y cada sonrisa. A todos los amigos que contribuyeron a ello, yo les doy las gracias porque fue ¡fantástico! :)

04 septiembre 2011

La vida sabe a capuccino y suena a música clásica. 
Una sonrisa callada se dibuja en mi rostro mientras recorro un pasillo del infinito entramado del metro londinense. Fuera, los paraguas se recogen y las nubes se repliegan para mostrar al viandante unos minutos de sol: calor y claridad.  



24 julio 2011

Inamigable

Amistad son lazos muy estrechos entre dos personas como tú y yo;
que se cuidan, que se completan, que se respetan.

El otro día (ayer) por la noche me regalaron un piropo nuevo: inamigable. Claro que, al ser producto de la embriaguez no le presté ni la más mínima atención pero...
Pensándolo mejor, es cierto que a veces me gusta ser un poco inamigable, esquiva, inlocalizable y concederme el beneficio de la duda para desaparecer y compartir si quiera unos momentos a solas con la vida. Antes que cualquiera, yo soy mi mejor compañera en este trayecto sin retorno ni posibilidad de cambio o devolución. Hay tantos sitios conocidos en los que me gustaría perderme.. y en cambio, tantos otros extranjeros en los que me gustaría sentirme nativa. 

12 julio 2011

engaña, miente, haz trampa

   Te cuento un secreto sobre mí: creo que todos somos buenos por naturaleza.
   Aunque en mi caso no me considero buena, más bien, ingenua; o al menos, lo era.

      
       En verdad, no sé en qué momento del camino decidí engañar al destino y convencerlo con mis sinceras mentiras de hacerle trampa a la vida. Puede que estuviera cansada de ver cómo los demás lo hacían y les funcionaba. Puede que estuviera cansada de esperar la divina justicia que nunca llegaba. Y antes que mirar la vida, compadeciéndome, prefiero utilizar todo el ingenio y una chispa de cinismo, cosecha propia.

       Pero reconozco que ando escasa de cinismo y siempre voy con lo justo para ocuparme de mis asuntos y mirar por mi propio beneficio; sin tocar a nadie más (en beneficio o detrimento) ni perjudicar a aquellos que no han cruzado antes la frontera de mi hipocresía.   

       Cuando no te cuentan algo para protegerte; cuando juegan en tu contra; cuando te sientas con los brazos cruzados esperando lo justo y la justicia toma la carretera en sentido contrario; cuando te cuentan una verdad a medias que casi siempre es mentira; cuando te hacen creer que no tienes una oportunidad que te pertenece... llega un momento en el que decides. Puedes quedarte a un lado, como un mero espectador de tu vida, indignarte y asentir con la cabeza o actuar.

        Yo voto por lo segundo. El que algo quiere, algo le cuesta. 
        Prefiero arriesgarme antes que vivir con la ignorancia que conlleva la incertidumbre.

     Atrás quedaron años de resignación. Ahora siento que juego en presente. Por delante el tiempo dirá. Y como pieza angular de mi estrategia... ¡shhh! sólo te diré que la información es poder. La gente es un libro abierto, casi como yo. 

¿Qué esperabas? Esto no es clase de ética.  
¡Feliz tarde!

Yo dije; él dijo

Todo palabras. Más volátiles que nunca, imperfectas como siempre.
¿Por qué en una discusión entre dos, el que habla más alto lleva razón?
       Aplícalo a la conversación que quieras; ya sea con un un amigo, con alguien que es algo más que un amigo, con un profesor, jefe o un completo desconocido. A mí no me ha pasado pocas veces. Conmigo va el signo de la discordia y a menudo suelo disfrutar de una buena polémica... hasta que el otro tiene razón. Entonces es hora de una retirada digna y se acabó. Admito que él tenía las de ganar. Rara vez elevo el tono de voz (no grito, a menos que me vea obligada). Razono a partir de aquello que sé, aunque no lo pueda demostrar. Y sobre todo, por encima de todo, no me escudo en falsos pretextos ni jerga infantil del tipo "porque no" y "porque sí".

       Impertinente... sí, entre tú y yo, soy un pelmazo de mujer.


       Creo que tener diferentes puntos de vista y defender cada uno el suyo es algo totalmente sano, deportivo y necesario. Respeto a mi oponente y he aprendido a aceptar los dos posibles resultados de cualquier debate (ganar y empatar). Vale, lo admito... me gusta discutir. Pocas discusiones pueden desconcertarme. Pocas personas pueden hacerme perder la paciencia, amasada pizca a pizca a lo largo de los años. Pocos asuntos pueden exaltarme de manera importante. 

       No es ya a nivel personal sino académico más bien, donde me he encontrado en situación de conflicto. La piedra en mi zapato se llama sugestión de prestigio. Esto sí que es un problema para mí -saber que mi palabra no significa nada "porque no". Qué necedad por nuestra parte haber permitido que algunas personas crean que juegan con el factor autoridad a su favor y que éste les confiera alguna clase de poder especial "porque sí". El único juego posible es tu palabra contra la de él; y si dice "yo no dije eso" más alto que tú, ya sabes lamentablemente, quien tiene las de perder... 

Por supuesto, la culpa es mía. 

       Por pensar que vivía en un mundo de personas cuya valía no se medía ni se enmarcaba para colgar en la pared; por pensar que podíamos tener una lucha de iguales; por pensar que la justicia era ciega cuando a veces, te mira por encima del hombro. Sin duda sé que dos no discuten si uno no quiere pero, por favor, nunca quieras ganar una pelea conmigo por el "yo no dije eso" si sabes que lo dijiste.     

¡Feliz martes!

03 julio 2011

En 1 segundo

... pueden ocurrir muchas cosas. 
En un momento estás bien y al siguiente estás encajando una mala noticia. Sostienes el golpe como puedes; incluso tratas de sonreír. Entonces recibes otro. Exhalas un suspiro interminable. Y cuando menos te lo esperas, la vida te golpea otra vez. Esto te cambia la cara y el color del alma. Evalúas las puertas que se te han cerrado, lo que pierdes y las oportunidades que no tendrás. Tienes miedo. Te preguntas cómo ocurrió, cómo te sientes y cómo lo sobrellevarás; pero no te vienen las palabras. Mueren mil planes y objetivos que tenías en mente y que ya no podrás realizar; los ves desaparecer. Difuminas las sombras con lágrimas y matizas con dolor tu expresión. Sientes la impotencia de quien no puede nadar contra la poderosa corriente de la vida y sólo... se deja llevar.

Es ley de vida adaptarse y cambiar pero entre tú y yo, no hay sitio para ello en este segundo.

30 junio 2011

Hoy cocino para mí

       Antes de empezar... ¡buena música bien alto!


       Ahora, manos a la obra: hoy toca champiñones revueltos; receta propia. No se por qué no como sola más a menudo... bueno, siempre que puedo lo hago en familia; y cuando no, es porque no tengo tiempo para el almuerzo. Lástima, porque me gusta preparar los platos a mi gusto. Champiñones, ¡a la sartén!

       La ausencia de palabras, la concentración para preparar cada ingrediente, el juego de manos y utensilios. Armonioso, sistemático, rápido. Picamos el chorizo y lo echamos a la sartén también; mezclamos y añadimos un poco de aceite; fuego sin prisa pero sin pausa. 

       Ahora el toque personal. Esa pincelada propia con la que sazonamos la vida. Para algunos puede ser la risa; para otros, la ironía pero todos tenemos el nuestro propio. Para mí es el orégano. Algunas personas se conocen muy bien y otros, en cambio, tardan años. Hay personas que se miran en el espejo y lo ven vacío, si quiera un reflejo difuso. Hay personas a las que les lleva una vida conocer su vida y son los mayores extraños para su propia persona. ¿Por qué no ven lo fácil que es conocerse? ¿Por qué no ven lo fácil que es quererse?

       Ahora batimos el huevo y cubrimos con él el contenido de la sartén. Aún así no veo claro que apreciar quien soy me haya facilitado encontrar a más personas como yo. Al contrario, en cada ocasión en la que me he visto reafirmando mi postura (llámalo cabezonería -no te contradigo), he visto cómo se me cerraban puertas. Muchas de ellas me han conducido a la mesa individual en la que me toca comer hoy. No te olvides de remover.

       Entonces, ¿por qué no callo alguna que otra vez? Pues porque yo valgo más que ese silencio. La persona que soy es el proyecto resultado de 21 años de trabajo, ¿cómo negar ahora una parte de mí? No. Prefiero ver cerrarse una puerta (tras otra). Ceder en mi personalidad para agradar a los demás no es una opción. Así soy he decidido ser; para bien o para mal. Claro que nadie es perfecto, pero si se me quema la comida hoy... mañana me acordaré de rebajar el fuego.

       Muchas palabras cruzadas a destiempo y oportunidades estrelladas en la pared me han conducido hasta aquí. Un salvamantel y un servicio (de momento). Pero no por ello me detengo, no. Sigo cocinando mientras espero que venga aquella persona que, entre tú y yo, convierta el alumerzo para uno en cena para dos

¡Buen provecho!

28 junio 2011

(Re)encuentros en la 3ª Fase

Está ahí, ¡no mires! espera...  
Da media vuelta, vamos a coger los yogures.

   Cómo, con astucia. Cuándo, siempre que puedo. Dónde, en cualquier lugar. Plan B, luego te cuento...
 
   No hagas clic en este post si no quieres saber lo antisocial/antipática que me he vuelto soy. Porque de eso va, de cómo he llegado a evitar a mis antiguos compañeros del colegio en el supermercado. Triste, pero cierto.


24 junio 2011

Custodia

       No doy lecciones de humanismo; ni lo pretendo. Me gusta mirar mi blog y reconocer en él un esbozo de mi persona, con mis luces y mis sombras. Así que hoy te confiaré, entre tú y yo, lo sobre-protectora que he llegado a ser. No me resulta sencillo admitirlo, pero parece que es más fácil de llevar si lo escribo (me puedes comentar en cualquier momento si necesito terapia, ¡jeje!).

       Pues sí. Sobre-protectora, ¿quién me lo iba a decir?

       Pero te pongo en antecedentes primero y te cuento que a lo largo de mi vida (que vale, no ha sido mucho hasta ahora) mis amistades han pasado de 30 a 18, luego a 12, más tarde a 3 hasta verse reducido a 1. Me ocurrió en el instituto y también en la universidad. Como verás, no es que fuera una persona de afinidades compartidas. No, no es eso. Lo que ocurre es que con la experiencia nos volvemos selectivos. En mi caso ese proceso de selección requirió algo de discernimiento, un par de malentendidos, algunas decisiones difíciles y muchos capítulos cerrados al mismo tiempo. 


       Supongo que es ha sido un camino tan largo y complicado dar con ese 1, que desearía poder agarrarlo con fuerza, guardarlo delicadamente en mi bolso y llevarlo conmigo para que no le ocurriera nada. Pero se me olvida que no hablamos de un número, sino de una persona. No puedo llevarla en el bolso sino caminar con ella mano a mano, siempre un paso por delante y sin dejar de guardarle las espaldas. Pero, ¿qué digo? no no... creo que esto no es lo correcto.

       Todos necesitamos nuestro espacio, nuestra libertad de actuación y movimiento. Todos necesitamos equivocarnos y aprender. No es amigo aquél que evita que saltemos, sino el que nos echa una mano cuando queremos levantarnos.

Pero cuando quieres a una persona
resulta tan sencillo preocuparse...   

21 junio 2011

Proposición indecente

       No creo en las casualidades. Para mí, las personas y situaciones que forman pieza a pieza el puzzle de mi ser, lo son por alguna razón en concreto. Con algunos recorro un camino durante largo tiempo; con otros, comparto apenas unos pasos pero con todos aprendo y me transformo. Soy una persona que cierra los capítulos viejos antes de empezar los nuevos; no dejo asuntos a medias; sé muy bien que dar marcha atrás no es una opción. Los tropiezos que he tenido me han enseñado esto. 

Pero... 
...A mí nunca me cuadran las ecuaciones matemáticas.