24 junio 2015

Veo, veo

A este juego podemos jugar todos. 

Hay pacientes que parecen pensar que los médicos tenemos una bola de cristal para saber qué es lo que les pasa sin que ellos apenas digan nada. ¿Cómo no? Señoras y señores, para consultas cabalísticas abrimos a las 12. Vienen y te lo dicen así: "es que me duele la espalda, ¿no lo ves?". Los que empiezan así la entrevista clínica suelen seguir así cuando los exploras "ay, ay, AY, ¿ves? ya es que no puedo ni levantar los brazos... ni caminar". Seguro que si los sientas en la camilla te miran y te preguntan: "¿cómo me ves?". Y lo que te viene a la cabeza es una totalgia (vamos, que le duele por todos lados). Te debates un momento entre hacerle la radiografía de las rodillas, de zona lumbar, hombros... o ninguna. Gente que a los 70 quiere tener la movilidad que ni yo tengo a los 25 años. A ver cómo les explicas que el reloj no se detiene por nadie. 

Pero para visionarios, mis favoritos, los que están por encima del ojo clínico: los que tienen visión de rayos X. Es la típica historia del paciente esperando por fuera del box de trauma en urgencias. Ellos están doloridos en la silla y según una escala de cuantificación del dolor imaginaria, el personal que pasa por allí les dice si están mejor o peor antes de que los vea el médico, incluso antes de ver la radiografía. Hay gente que se cree con el don de saber si hay fractura o no con un simple vistazo desde el otro lado del pasillo. "Uf, usted está fatal... a ver si va a ser una hernia". Que lo haga el adjunto me lo creo a medias, que lo haga el celador, el enfermero, el de seguridad o incluso otro médico que iba de paso, me da prurito y un tic en el ojo derecho. Porque lo que consiguen es que el paciente nos solicite una resonancia magnética y ver al neurocirujano aunque sea de madrugada. "Pero no lo entiendo, ¿por qué no lo puedes llamar para que me vea?". ¿En serio?... En la guardia del fin de semana hubo una señora tan desesperada que demabulaba con su bolso por el pasillo y preguntaba a todo el que pasaba si era de neuro o si alguien había visto por allí al neurocirujano. Lo que hay que ver y sólo acabo de empezar.  

Otra variante son los pacientes que además, son personal del hospital, del propio servicio o de otros centros pero aún así, personal. Son los más repelentes. Es muy simpático porque cuando le preguntas por qué acuden te dicen directamente el diagnóstico y el tratamiento que esperan que le pongas. Al cuerno con el ojo clínico y la visión de rayos X. Al menos me dejan escribirles el informe a mí, aunque a más de uno le gustaría hacerlo por sí mismo. Privilegios de estudiar una carrera de 6 años con un año de examen antes de empezar la especialidad. En la misma guardia que te comenté antes vino una paciente cleptómana que, aburrida de verme escribir, se dedicó a recorrer el box de trauma manoseando todo: gasas, ampollas de tratamiento, el lubricante, el merocel® para taponamientos nasales... Le tuve que decir por favor que dejara las cosas donde estaban. Aún me pregunto para qué querría los depresores linguales que se llevó para su casa pensando que no me había dado cuenta. 

Ya ves... Unos porque no son capaces de ver lo que tienen y otros, ven demasiado.
¿Dónde estará el equilibrio entre tú y yo?

22 junio 2015

Busca

Una de las cosas que me estresaban de las guardias cuando era estudiante, era tener en mi poder el busca.

A mí no me molaba ese rollito de que te llamaran del 35488, o cualquier otro número al azar, y eso fuera el pistoletazo de salida de una carrera sin obstáculos hasta el sitio donde hubiera una parada cardiaca, un señor asfixiándose o semejante panorama aterrador. Primero, porque soy malísima para gestionar los números y segundo, porque tengo un fondo físico algo oxidado. Además, estoy convencida de que si me llegara a pasar eso mismo, empezaría a correr sin saber exactamente hacia dónde y mucho menos en un hospital nuevo (donde casi no sé ni encontrar los baños; con los ascensores no suelo tener problema, hay muchos).

Sin ser paradas cardiacas, quedan todas las demás llamadas al busca que tienen menor nivel de urgencia como puedan ser las de planta y las de urgencias. Y ahí es donde estoy yo. Para mi tranquilidad, sin busca ni carreras. Al estar en urgencias, soy yo la que hace las llamadas al busca y a veces a domicilios (de especialistas que hacen guardias localizadas). Es curioso que antes me preocupara ser la persona reclamada en un busca y ahora me haya tocado ser la que hace las llamadas. Creo que esto me ha dado perspectiva sobre cuándo tengo que llamar y qué reacciones esperar cuando pongo un busca entre tú y yo. La clave es tener un buen argumento

¡Feliz Lunes!
PD: estoy saliente :)

18 junio 2015

Guardiana del norte

Esta semana he tenido la guardia de centro de salud en Sta. María de Guía

Echándole unas cifras para que te hagas una idea: Guía está a sólo 30 min. por la GC-2 (en dirección norte) de mi domicilio en Las Palmas de Gran Canaria, pero como se entra después de la jornada de trabajo, he tenido que cubrir unos 58 kms desde mi centro de salud habitual. Vamos, si lo ves en un mapa sería equivalente a bordear la isla de Gran Canaria de punta a punta. Podría haberla cruzado si no estuviera en medio el Roque Nublo. En el gps dice que se tarda 50 min. pero hay que contar con que la GC-2 tiene tramos de carretera que cruzan pueblos y por los que se debe circular a 50 kms/h. Hay vecinos que cuando abren la puerta de sus casas te pueden saludar con la mano al pasar. La media de edad de los pacientes que atendimos en Guía eran los 25 años, mientras que el cupo de mi tutora rondará los 65 años. El viento en el norte no sopla con tanta fuerza. La diferencia de temperatura en Guía es unos 5ºC menos que en Las Palmas y 8-10ºC menos que en mi centro de salud. Yo llegué con mi bronceado sureño y la gente iba con rebeca por la calle. Aunque a las gentes de Guía el fresco nocturno no les impide ir de visita a Urgencias, aunque estén las luces apagadas y sepan que estamos durmiendo. 
NOTA: amigos que van a hacer guardias de centro de salud próximamente, aunque se cierre la puerta y se apaguen las luces, los dolores torácicos llaman al timbre a eso de las 2 de la mañana. 
Vale, de acuerdo, no pienso quejarme por tener una guardia estupenda. No diré cuantas horas dormí por si las moscas, no quiero que nadie me envidie más aún. Y hablando de dormir, me gustaría contar una cosa muy curiosa entre tú y yo. Los centros de salud no son como el hospital, que tienen cama y comida. Allí tienes que llevártelos. Así que tuve que ir bien preparada con mi cena y mi atrezo (sábanas, almohada y mantita de viaje, cepillo de dientes y pasta, antiojeras y el programa EVA en la tablet). Al principio cuando lo piensas, suena un poco extraño pero cuando ves que el resto de tu equipo de guardia llega igualmente cargado con los sacos de dormir y la tortilla de papas, te acuerdas de que a ti siempre te gustó pasar la noche fuera. 

Esta tarde dale al play

Es increíble lo que puede ocurrir al escuchar la música de Enya y dejar volar la imaginación entre tú y yo...

16 junio 2015

Interruptores

(No me refiero a los de la luz).
Hay personas que tienen la necesidad -casi fisiológica, de interrumpir una consulta en curso. No sé con certeza si es debido a una carencia de atención en su casa o simplemente la falta de respeto hacia los demás. En cualquiera de los casos, no lo entiendo. No sé por qué alguien piensa que tiene permitido irrumpir en la consulta mientras el médico está atendiendo a otro paciente (si no es por una urgencia). Igual el problema está en este último concepto. Tal vez el desconocimiento les hace pensar a los interruptores que están ante una urgencia, cuando en realidad es sólo una gripe. 

Mi pregunta es: si ya te hemos dicho que no es una urgencia, ¿por qué sigues interrumpiendo la consulta?. Puede que el paciente al que no has dejado hablar nos estuviera contando la muerte de un familiar, o le estuviéramos haciendo una exploración ginecológica o estuviera llorando por querer quitarse la vida. No pienses que exagero, estos tipos de consultas son más frecuentes de lo que crees. Sé que es cansino esperar tu turno por fuera de la consulta. Pero piensa que no me estás perjudicando a mí, sino a los otros pacientes. No nos quites los minutos entre ellos y yo
Y, POR FAVOR, si ya te hemos atendido no vuelvas a interrumpir la consulta. 
PD: no interrumpas nunca una consulta a no ser que sea una urgencia.