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12 junio 2019

Conmigo en Londres: 5 tiendas únicas

Para los viajeros que van a Londres en busca de algo más que bellos museos. 
Las tiendas, igual que mucha cafeterías, son otro atractivo turístico y hay quienes van por hacer fotos, a consumir por el hecho de llevarse un recuerdo con la etiqueta en libras o incluso por la bolsa que te dan si lo haces. Lo más llamativo y gustoso entre tú y yo sin duda es el chocolate, el té y, para mí, los libros. 

1) Waitrose, en Canary Wharf. Es el supermercado más grande que he visto en mi vida. Una buena introducción, ¿no? Tiene una planta de alimentación insuperable, revistas y papelería, una cafetería gourmet, floristería, decoración y hogar, moda y perfumería... y sinceramente no sé qué más porque de todas las veces que he ido aún no he conseguido verlo del todo. Sólo te digo que no he encontrado aún un supermercado más grande, más completo y con tantos productos apetecibles. Lo mejor: la sección de chocolates. 😍😍

https://cutt.ly/viWwKP

2) Liberty. ¡Es que es bonita! Por fuera y por dentro. Eso sí, también es muy cara... del tipo: un pijama cuesta 350 Libras. Pero qué más da, uno va a noveleriar con las manos en los bolsillos y si se le antoja conseguir una de sus bolsas de color lila se rasca el bolsillo y se compra un bolígrafo o una libretita pequeña. Mi consejo: subir en uno de sus magníficos ascensores hasta la planta superior e ir bajando por las escaleras.

https://cutt.ly/4iWtDa

3) Daunt Books. Cuando paso por la Marylebone High Street, una de mis calles favoritas, siempre me dejo llevar por el terrible impulso de entrar en esta librería. Aunque se especializa en los libros de viaje, también dispone de libros de otros muchos géneros. Nunca salgo con las manos vacías y el mejor souvenir de pasar una tarde lluviosa en esta tienda es algún nuevo ejemplar para mi biblioteca y la bolsa de tela que te dan como regalo. Mi parte favorita: es la galería superior, a la que se accede desde unas diminutas escaleras de madera a la izquierda de la galería principal.


4) Standfords. Sus puertas llevan abiertas desde 1853 en Long Acre y recientemente han tenido que trasladarse a una tienda más pequeña a la vuelta de la esquina porque el edificio necesitaba ya algunas reparaciones. En su web explican bien cómo llegar hasta allí. Desde que la descubrí siempre ha sido visita obligada de mis rutas por la ciudad. La tienda tiene una asombrosa colección de mapas, guías de viaje y bolas del mundo. Si quieres llegar a algún lugar de este planeta y no sabes cómo, aquí seguro que encuentras tu guía. Un aviso: cuando estés dentro, mira hacia arriba porque tienen decorado ¡hasta el techo!



Localización original

5) Sherlock Holmes Museum Shop. En el inconfundible 221b de Baker Street, donde está la cola de turistas, ahí. Un detalle importante: a diferencia de otros museos, no hace falta entrar en él para acceder a la tienda que cuenta con entrada propia desde la calle, justo al lado de la del museo. Tiene muchos detalles de este icónico personaje londinense y demás artilugios de detective.



¿Nos damos un salto?

24 junio 2015

Veo, veo

A este juego podemos jugar todos. 

Hay pacientes que parecen pensar que los médicos tenemos una bola de cristal para saber qué es lo que les pasa sin que ellos apenas digan nada. ¿Cómo no? Señoras y señores, para consultas cabalísticas abrimos a las 12. Vienen y te lo dicen así: "es que me duele la espalda, ¿no lo ves?". Los que empiezan así la entrevista clínica suelen seguir así cuando los exploras "ay, ay, AY, ¿ves? ya es que no puedo ni levantar los brazos... ni caminar". Seguro que si los sientas en la camilla te miran y te preguntan: "¿cómo me ves?". Y lo que te viene a la cabeza es una totalgia (vamos, que le duele por todos lados). Te debates un momento entre hacerle la radiografía de las rodillas, de zona lumbar, hombros... o ninguna. Gente que a los 70 quiere tener la movilidad que ni yo tengo a los 25 años. A ver cómo les explicas que el reloj no se detiene por nadie. 

Pero para visionarios, mis favoritos, los que están por encima del ojo clínico: los que tienen visión de rayos X. Es la típica historia del paciente esperando por fuera del box de trauma en urgencias. Ellos están doloridos en la silla y según una escala de cuantificación del dolor imaginaria, el personal que pasa por allí les dice si están mejor o peor antes de que los vea el médico, incluso antes de ver la radiografía. Hay gente que se cree con el don de saber si hay fractura o no con un simple vistazo desde el otro lado del pasillo. "Uf, usted está fatal... a ver si va a ser una hernia". Que lo haga el adjunto me lo creo a medias, que lo haga el celador, el enfermero, el de seguridad o incluso otro médico que iba de paso, me da prurito y un tic en el ojo derecho. Porque lo que consiguen es que el paciente nos solicite una resonancia magnética y ver al neurocirujano aunque sea de madrugada. "Pero no lo entiendo, ¿por qué no lo puedes llamar para que me vea?". ¿En serio?... En la guardia del fin de semana hubo una señora tan desesperada que demabulaba con su bolso por el pasillo y preguntaba a todo el que pasaba si era de neuro o si alguien había visto por allí al neurocirujano. Lo que hay que ver y sólo acabo de empezar.  

Otra variante son los pacientes que además, son personal del hospital, del propio servicio o de otros centros pero aún así, personal. Son los más repelentes. Es muy simpático porque cuando le preguntas por qué acuden te dicen directamente el diagnóstico y el tratamiento que esperan que le pongas. Al cuerno con el ojo clínico y la visión de rayos X. Al menos me dejan escribirles el informe a mí, aunque a más de uno le gustaría hacerlo por sí mismo. Privilegios de estudiar una carrera de 6 años con un año de examen antes de empezar la especialidad. En la misma guardia que te comenté antes vino una paciente cleptómana que, aburrida de verme escribir, se dedicó a recorrer el box de trauma manoseando todo: gasas, ampollas de tratamiento, el lubricante, el merocel® para taponamientos nasales... Le tuve que decir por favor que dejara las cosas donde estaban. Aún me pregunto para qué querría los depresores linguales que se llevó para su casa pensando que no me había dado cuenta. 

Ya ves... Unos porque no son capaces de ver lo que tienen y otros, ven demasiado.
¿Dónde estará el equilibrio entre tú y yo?

04 abril 2014

Buscando pareja... ¿quién, yo?


¿Has oído eso de "si no sucede, haz que suceda"? Pues resulta que ya varias personas me han nombrado páginas y aplicaciones que ayudan a la gente a encontrar pareja (que no otros rollos, aquí siempre hablo de temas casi serios). No es que me hayan comido el coco del todo pero total, que el otro día la fiebre me dio por crearme una cuenta en una página para encontrar pareja. El que me conozca un poco sabe que yo no me tomo esas cosas en serio. Aunque no niego que a otras personas les ha funcionado, y en más de algún caso aislado por extraño que parezca. Pero la curiosidad me pudo. Y la motivación se multiplicó por 10 cuando tuve que inventarme un nombre falso. Está bien eso de que no puedan reconocerte, los secretos siempre ayudan a mantener el interés. Claro que no fue tan fácil permanecer encubierta a la hora de elegir una foto para el perfil. Pero bueno, pude encontrar una más o menos buena a mi parecer y en la que tampoco se definía muy bien la cara. La fiebre me duró 24 horas, pero la de cosas que me ocurrieron en ese tiempo... por favor, que esto quede entre tú y yo

Al principio de todo, mi mayor preocupación era saber manejar los botones y dónde estaba cada función. Después de los detalles técnicos, lo que más me estresaba era camuflarme lo suficiente como para no encontrarme con ningún paciente. Por suerte, no fue tal el caso. Ufff. Lo que no me esperaba fue el éxito que tuve, vaya sorpresa. A la media hora de haberme creado la cuenta ya tenía un premio a la chica más popular de la semana. Todo un logro. Y enseguida empezaron a llegarme mensajes de "Hola guapa, preciosa, nena..." que no me dignaba responder, menos aún después de colocarme en el podio de las más populares. No, no. Empecé por echar una ojeada a lo que había por allí. Para mi sorpresa, fui a dar con un par de chicos simpáticos y que tenían una ortografía divina (no es broma, hay chicos que escriben muy bien). Sin duda el que me dejó impactada de la risa que me dio fue un chico que se presentó diciendo: "Hola, soy J. sé que a lo mejor no me hablarás porque no te gusto pero sólo quería decirte que eres de lo más espectacular que he visto, encerio, eres preciosa, quería decírtelo porque creo que es bueno saberlo". No hay nada como que te suban la moral un lunes que encima tienes fiebre. Al poco se me presentó un chico estupendo de 21 años; resulta que había tenido tres relaciones serias en su corta vida, la última había durado dos años y se había terminado no hacía mucho, por la monotonía (can you believe it?). Luego me vi asaltada por el típico acosador, que no tiene otra cosa que hacer que seguir cada movimiento que haces "ah ¿vas a salir? ¿pero luego vuelves? ¿ya volviste? ¿ya?". Y cómo no, el chico con una pinta muy random que no es para nada tu tipo y que va buscando a su futura mujer. De éste me libré con un directo "contigo no, bicho". Al día siguiente tenía 288 admiradores. 
Claramente hay algo que no cuadra con la realidad. 
Desde el punto de vista de las chicas solteras, hay poco mercado entre el que escoger. Ya sea porque la chica es exigente, selectiva o estrecha de miras. A lo largo del día, cuando las mujeres se mueven por el mundo arrastran con ellas esa sensación de que tienen pocas posibilidades. ¿Somos unas derrotistas? No es mi opinión de lo que te hablo, sino de las percepciones generales de las chicas solteras. Yo aquí haciendo de Carrie Bradshow (pero sin bolsos de Dior), tengo a mis amigas como referencia. Los hombres buenos están siempre cogidos; los guapos, tienen lista de espera y los normales, ¿dónde estarán los normales?. No niego que al entrar en la página de contactos puedes cuadriplicar tus oportunidades de pesca pero, cualquier tipo de pescado no (me) vale.  Me pregunto, ¿las tecnologías nos ayudan a ligar?. Pues no me queda esto a mí muy claro. Sí y no. En algunos casos funciona; en otros, no. Ahora sí, en mi opinión, tener a una persona cara a cara nunca podrá ser sustituido por un vis-à-vis con una pantalla. La médula suprarrenal tampoco se deja engañar. La adrenalina, el nerviosismo de la voz o la respiración que se entrecorta, la bioquímica de esos momentos hace saber al cuerpo si la persona que tienes delante es la que es. Y además, te ahorras un montón de notificaciones en el móvil. 

10 julio 2012

La vuelta al Mundo

Hay aspectos serios y no serios en nuestra personalidad. 
O unas cosas que cambian y otras que no lo hacen. 
Hay quien es cabezota y con el tiempo se doblega (o lo adiestran), a otros nunca le gustó la música clásica. Hay quien nació soltero y vivió feliz junto a nadie comiéndose todas las perdices; y hay a quien le va el deporte de riesgo (y por eso se casa). No podemos evitar que el Mundo cambie y que nosotros también lo hagamos. Sin embargo nos reconocemos a lo largo del tiempo dentro del mismo cuerpo que nunca es el mismo, por querer creer que nuestra persona una vez forjada (durante la adolescencia, o más tarde en el caso de los hombres) se mantiene igual para siempre. No. Todo el mundo cambia. Aunque hay cosas que nunca cambian. ¿Tú lo entiendes? Yo tampoco. 

El otro día mi hermana estaba hojeando un libro: "Los 501 lugares que no puedes dejar de visitar". Yo, como toda buena estudiante de Medicina -competitiva sin límites; la reté a que me hiciera preguntas a medida que fuera pasando las páginas. Lo que empezó como una idea boba pasó a ser una idea divertidísima. Mi hermana se motivaba buscando preguntas de los 5 continentes y algún que otro océano y yo, me machacaba los sesos buscando entre la papilla el lugar donde había dejado todo mi conocimiento previo a la Medicina. Nunca hay que escatimar en culturilla. Poder seguir aprendiendo más cada día es uno de los mejores regalos que nos da la Vida. Nombres de capitales, reyes o castillos, cuál es el edificio más alto del mundo, los lagos más grandes de Estados Unidos, por dónde se extiende la Gran Muralla China, cómo es la bandera de Nueva Zelanda, por qué es famoso el Mar Muerto, el idioma oficial en Túnez... dos palabritas mágicas y a Deb se le activa el botón secreto de los sueños. Y entonces recuerdo que me encantan los viajes porque son experiencias apasionantes y que, si pudiera dar la vuelta al Mundo, no me lo pensaría dos veces. Supongo que los sueños entre tú y yo siempre nos acompañan ajenos al resto de cosas de nuestra vida, impertérritos, atemporales. Ahí están, hasta el día en que te atrevas a perseguirlos y convertirlos en tu realidad. 

Las dos palabras mágicas son ¡Buen Viaje!       

22 junio 2012

¡Bolso!

Si es la primera vez que entras en este blog te parecerá que siempre esté hablando de bolsos; pero es que lo que me pasó hoy tiene que estar escrito en alguna parte porque fue muy divertido. 
Esta mañana salí con mi madre a mirar tiendas varias, a desayunar en IKEA y a sentarme en su sillón EKTORP -anhelo de mis fantasías (sin comentarios). El caso es que acabamos en una tienda de ropa; y bolsos. Me acerqué a unos estantes donde había una variedad de bolsos de fiesta y me acordé que necesitaba uno para combinar con el traje que iba a llevar a la boda de mi amiga K. en Septiembre. Había unos cuantos que eran de idéntico color pero eran o muy rígidos, o muy brillantes, o con unas flores que rayaban la horteridad así que seguí dando vueltas por la tienda hasta que, en el interior, di con otro estante y allí, encontré mi bolso ideal :D 
Era perfecto. Llamativo pero discreto. Pequeño pero práctico. Y el color, ¡juraría que el mismo!
Se lo enseñé a mi madre que dió curiosamente su aprobación (vaya, por una vez estamos de acuerdo) y me dijo que me lo colgara del hombro frente al espejo. Al ir hacia allí, vi que había una madre con su hija en la cercanía y pensé que seguramente se reirían al verme con un bolso tan original. No dijeron nada. Y yo estaba tan contenta con mi hallazgo que poco me importaban las miradas de los demás. Mi madre, como siempre, me dijo que me lo pensara mientras ella seguía mirando lo que le quedaba de la tienda. Así que decidí llevármelo en la mano y pasearlo por toda la tienda, detrás de mi madre, cantando sus alabanzas a proa y a popa. "Pero mira qué práctico", "tiene hasta un bolsillo interior", "me encantan los adornos que se mueven al caminar", "es que los otros son demasiado rígidos y no me cabe nada dentro"

Cuando mi madre se cansó de mirar (o de aguantarme la cháchara) fuimos a la caja. Estaba rebajado, así que con mayor razón era el bolso perfecto. Fue entonces cuando, en el momento en que le damos el dinero a la dependienta se acerca una clienta (¡la que estaba en el espejo con su madre!) y le dice a la dependienta "Perdona, ¿me puedes decir cómo se abre el bolso?". Yo pensé -al tiempo que mi madre y yo mirábamos hacia ella- "Qué tonta, no sabe abrir un trist...". ¡Ouch! Allí estaba ella, con el mismo bolso que el mío, en otro color. 
I can't believe it! :O 
Entre tú y yo, creo que tengo razón cuando digo que las personas con estilo vamos marcando tendencias, yeah! jajaja!

Algún día yo también tendré mi sillón ektorp... Es que me encanta *.* Un rinconcito así para escribir puede ser ¡el mejor lugar en mi mundo!

20 junio 2012

El bolso vintage

La vintage es una corriente que no alcanzo a comprender ni termino de captar. 

Mi amiga Y. sí que la entiende perfectamente. De hecho me parece que todo lo que lleve la etiqueta "vintage" esté hecho para ella pues sabe darle estilo a cualquier pieza. Y vaya si le sienta. La máxima extravagancia en ella queda en armonía y le confiere ese garbo al caminar del que sólo ella puede presumir. Pero yo... 

Yo, que me he recorrido las mil calles del barrio Vintage, que he saqueado sótanos con Chanel y recorrido Portobello Road hasta el final (ida y vuelta)... yo, sigo sin dejarme seducir por el bolso más vintage. En mi casa tengo una caja llena de cachibaches viejos que me parecen eso, viejos. Quizá la falta de visión me hace pensar en esas cosas más como piezas de colección que de vestuario. Aunque es verdad que no soy insensible a la moda y me gusta pasear por la calle a la espera de ser sorprendida por alguna prenda rara o, como me ocurrió ayer en un centro comercial, por un bolso de cocodrilo clásico en manos de una mujer joven. Fascinantemente curioso.

Entre tú y yo, me gusta pero no es para mí...   
Portobello Rd, London 2010