Mostrando entradas con la etiqueta vida. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta vida. Mostrar todas las entradas

01 mayo 2014

La chispa vital

Hace unas semanas tuve un seminario práctico de Reanimación Cardio-Pulmonar (RCP para todos). El objetivo de realizar este taller es prepararnos para una prueba que tenemos que pasar antes de acabar con la carrera, al menos en nuestra Universidad (ULL), el famoso y temido ECOE (Examen de Competencias Objetivo y Estructurado). Viene a ser un examen práctico basado en "estaciones", una de cada especialiadad y en total unas 20 creo, para las cuales tienes 6 minutos. En cada una hay que cumplir una serie de objetivos. El otro día vinieron a explicarnos en qué consistía. 

La sistemática es la siguiente: en una de las plantas del edificio de Consultas Externas tienes que ir avanzando, puerta a puerta, por las distintas estaciones. Te colocas delante de una puerta, lees las instrucciones que hay escritas en un papel pegado allí y al sonar un silbato, entras. Empiezan a contar tus 6 minutos. Lo que se nos pide es por ejemplo, que hagamos una historia clínica o una exploración física, diagnostiquemos ECGs, radiografías y otras tantas pruebas, valoran nuestra comunicación con el paciente o familiares (para esta parte nos ponen a unos actores haciendo de enfermos), que sepamos dar puntos, RCP básica, hacer citologías, sondar pacientes, interpretar fondos de ojo u otoscopias, que sepamos activar un Código Ictus... No voy a aburrirte ahora con todo lo que dan por hecho que sabemos hacer, porque ni yo misma he asimilado aún todo lo que me tengo que preparar mentalmente para ese momento, que será dentro de ¡¡¡¡1 semana!!!! 

Total, lo que me interesa contarte hoy es que en ese taller práctico nos enseñaron en qué consiste hacer una RCP básica (ya pueden estar tranquilos, ciudadanos, que si alguno se "para" por la calle, puedo hacer una reanimación medianamente eficaz... pero mejor no se paren, o si lo hacen, que sea al lado de un desfibrilador). Resulta que me pasé todo un sábado, desde las 9am hasta pasadas las 3pm en el taller. Fue allí, en el antiguo CECS de la facultad (Centro de Estudiantes de Ciencias de la Salud, más conocido como billar o sala de ping-pong) que ahora son las "Aulas de Habilidades" (antes también lo eran). No te creas que no fue emocionante, después de un ratito de teoría nos pusimos manos a la obra literalmente. Una amiga me preguntó si hubo algún anécdota. Pues no sé qué decirte, igual te parece divertido que casi me desmayara después de estar dando masaje cardiaco a un muñeco durante 4 minutos -según me contaron (porque yo estaba demasiado reventada como para mirar el reloj). Cuando habíamos terminado con el masaje y el desfibrilador automático pasaron a enseñarnos a intubar. Eso fue demasiada metralla para mi cerebro hecho papilla. Casi me caigo al piso. Tuve que salir de la sala y me acompañó mi compi L. y uno de los monitores. Me tumbé con las piernas en alto y desayuné. El resto de mis compañeros no tuvieron tanta suerte porque no hubo descanso hasta que nos marchamos, a las 4 de la tarde. Dar Soporte Vital Básico es muy duro. 


Luego hubo una práctica por grupos en las que se simulaban situaciones de la vida real, pero ya en una sala o "cuarto de paro" del hospital. Tenían allí un "carro de parada" -como los llamamos, con desfibrilador de verdad y todo. Fui una de las afortunadas en pasar por las "palas" y aprender a dar descargas de 200 julios a la gente (inconsciente y que no respira). Guau. Eso sí que estuvo bien. Fue muy emocionante aunque me daba un poco de pánico pensar que en cualquier momento podía pegarle una descarga a alguien sin querer. Aún así al final, después de todos nuestros esfuerzos, el paciente se nos murió porque hizo una asistolia que lo mandó al otro barrio (RIP)

Qué vamos a hacer, no siempre se puede ganar... Lo importante es saber qué hacer entre tú y yo y tener ganas de probarse a uno mismo. 

     Puede que la próxima vez...

22 abril 2014

Con cariño




***

Hablando de malas noticias un poco más atrás, esta semana nos hemos enterado de otra. Una persona cercana nos ha dejado y ha sido toda una impresión porque se trataba de una mujer joven, con energías para trabajar hasta el final. Escuchar esas historias que ocurren tan entre tú y yo siempre sobrecogen al corazón. Hoy no quiero llenar con palabras el silencio que sigue al desconcierto. Sólo encender una vela por ella y creer que, en algún lugar, sabe que la quisimos y la recordaremos. La pérdida es sólo una parte de la Vida, que se renueva.  

***

18 abril 2014

Malas noticias


Me gustaría dedicar una entrada del blog, porque creo que la merece, a las malas noticias. 

No las que escuchamos en la radio o vemos por la tele todos los días. Me refiero a aquellas que ocurren entre tú y yo, a los que tenemos cerca y a los amigos. Vamos por la vida tan ofuscados pensando en nosotros mismos, en nuestros, nuestros, nuestros, que se nos olvida preguntar a los demás. No me digas que a ti no te pasa, porque a mí sí. Y ahora mismo reconocerlo me da vergüenza. Cómo puede pasar el tiempo sin que te enteres que a una persona que tienes tan próxima, le ha pasado algo tan terrible. Recientemente me han contado varios casos que afectan a compañeros míos, cercanos. La reacción fue todas las veces la misma. Me pregunto cómo pude tropezármelos en el pasillo de la facultad y no notarlo, ver mensajes de ánimo y no sospechar nada, cómo olvidé preguntarles... ¿cuándo dejé de interesarme por el mundo? Después de meditar cómo he podido dejar de conectar con personas que tenía tan cerca y consideraba amigos, de excusarme estúpidamente en todas las cosas que he tenido que hacer (como si ellos no las hubiesen tenido que hacer también) y lamentarme por no haberme dado cuenta de nada a tiempo, viene la peor parte: ¿Qué hacer ahora?   

Lo más fácil es no hacer nada, dejar las cosas como están. Me pregunto qué necesidad tienen esas personas de estar reviviéndolo una y otra vez. A mí no me gustaría vivir un drama personal a cuentagotas, sería una tortura que se prolonga en el tiempo. Me reafirmo justificándome con que mi relación con esas personas -compañeros de clase, no es tan íntima como para comentar con ellos sucesos tan privados. ¿Qué es lo mejor? No lo sé. Probablemente no sea el camino más fácil; pero como en tantas cuestiones de la vida, ¿quién sabe? A veces es mejor dejar fluir las cosas y, si se da la oportunidad, dejar mostrar nuestra buena voluntad. Mi apoyo y mi comprensión ya los tienen... aunque no lo sepan. 

No quiero con esto quedar como una persona maravillosa que se preocupa por los demás, que lo soy, que no es el caso. Al contrario, busco un poco de paz para mi conciencia; que me digas que a ti también te ha pasado, que me des la razón o eches por tierra mi teoría, en definitiva tu opinión. Yo también soy una persona que ha sufrido pérdidas (¿quién no?), que ha llorado por los míos y padece -como todos, los latigazos de nuestra existencia. En definitiva, las malas noticias son parte del telediario para mí y para ti. A veces se me olvida. Pienso que somos inmunes porque yo me siento así. La juventud derrocha energía y se ríe de todos. Infeliz inocente.    

16 abril 2014

¿Por qué entre tú y yo?

Hay personas que escriben muy bien. He tenido la oportunidad de leer fragmentos que han escrito para ellos mismos o para nadie y me han encantado. Ellos lo saben. Una persona con talento no pasa mucho tiempo en la sombra. Yo escribo porque tomo mucho café. A solas. En esos momentos del día me gusta sentarme y leer tranquilamente. Sí, soy muy tradicional. Por eso mis posts son cortitos, lo que me dura un barraquito (o un café bombón, como quieras llamarlo). A veces yo misma estoy tan cansada de la misma rutina de siempre y los agobios ya habituales, que dudo que lo que pueda escribir te pueda gustar. Pero te lo cuento porque al hacerlo dejo la ventana abierta a mis ideas más creativas que, en un día cualquiera, tengo encerradas bajo llave. Y me digo, ¿qué hay de los demás? En la era de los móviles, del café para llevar, de lo rápido, de las fotografías que se publican sobre la marcha, ¿dónde encontramos eso que nos da la lectura? Me dirás que una imagen vale más que mil palabras y yo te preguntaré, ¿por qué omitir las mil palabras entre tú y yo?     
        ... ¿un café?

13 abril 2014

Palabras difíciles

Querido maldito,
Esto es el adiós. Adiós a las cenas para dos, adiós a los domingos contigo, adiós a los besos. ¿Crees que es fácil para mí decir esto? No. ¿Acaso no luchamos los dos? ¿por qué salió todo mal? El destino no quiere que estemos juntos y ahora mismo sus trazos se borran. A dónde iré si no es contigo. Supongo que allá donde el tiempo no cuenta, al limbo que hay entre tú y yo cuando no estamos juntos, justo donde no quiero ir. Dicen que es bueno poner tierra de por medio, ¿y por qué no un mar entero? El agua salada podría borrar mis lágrimas. Tonta de mí. Te quise y todavía no sé por qué. Aunque no me convenías y tus palabras de amor estaban vacías, las pocas que decías... Ahora estoy aquí, mendigando en medio de un montón de nada un ápice de lucidez para escribirte, probablemente perdiendo el tiempo en algo que nunca leerás, al menos con el corazón. ¿Sabes qué? Si tienes que marcharte, vete. Sal de mi vida. Estoy cansada de pelear por causas perdidas y ésta hace tiempo que lo es.
Pero todavía hay dentro de mí unas gotas de amor que te regalo aquí. Porque fuiste mi camino, mi luz y mis colores. Gracias, cariño. Supiste descubrir mi verdadero ser, alguien que ni yo misma conocía. Junto a tí me sentí feliz con letras mayúsculas, ¿no lo sentiste tú también? Aunque todo esto ya no importa, verdaderamente. Ahora mismo sólo quiero alejarme de tu sombra. Recorrer el mundo anónimo otra vez, reír ¿por qué no? y no mirar más atrás, a tí, a nuestro piso vacío, a nuestros posibles. Se me acaba el café. Y ya no se me ocurre mucho más que decir. Creo que el silencio es nuestra mejor cura. Fue un placer poder compartir contigo cada segundo que vivimos. Espero que cuando leas esto te encuentres bien y que, si algún día decides pensar en mí, sea para bien.
Adiós querido maldito.

Working Day


Hoy he decidido ponerme con la redacción de la memoria de mi Proyecto de fin de grado (PFG). No sé si más atrás te conté de qué iba: sobre el suicidio, desde el punto de vista forense, no psiquiátrico. Acoté mi búsqueda a los que habían ocurrido en la Isla de Tenerife, y sólo en los últimos 4 años. En total, han sido casi 300 casos que, entre tú y yo, han sido 300 archivos para leer. Sí, he leído mucho últimamente. He visto casos interesantes y he podido involucrarme un poquito en la Medicina Legal, que siempre fue mi primera opción. Lástima que no tenga salida MIR y que finalmente haya optado por prestar mi atención a los vivos. En cuanto a los informes forenses... los hay más o menos completos, dependiendo de quién lleve el caso claro está. Tal vez, lo que más me ha llamado la atención ha sido lo rápidamente que puede contarse un suicidio. Apenas unos párrafos. Tenía o no familia, se le murió un hijo, había roto con su pareja hacía poco, tenía una depresión conocida desde hacía un año, se encontraba solo, bebía mucho, estaba en tratamiento, alguna vez amenazó con que lo iba a hacer... y en esto que un día lo hizo. No le lleva muchas averiguaciones al médico forense, determinar que una muerte ha sido por suicidio. Suele estar claro, más aún cuando se ha dejado una nota de suicidio. Las he leído. Creo que ha sido lo más trágico y bonito que he leído nunca, mejor que en cualquier libro. Me da un escalofrío al pensarlo. Me encanta mi trabajo. Ahora sólo queda ponerme manos a la obra y hacer parecer que mis resultados tienen algo de sentido. 
¡Allá vamos! Feliz Domingo :)   

06 abril 2014

Habla con tu cuerpo

El otro día hablando con mi amigo K. surgió el tema del lenguaje corporal. Si te digo la verdad la última vez que pensé en este tema fue intentado ligar en un bar. Lo clásico, ¿se acercará él? ¿me tropezaré yo? ¿quién guiñará el ojo primero? Bastaron unas pinceladas sobre algo que él había leído para hacerme pensar en qué clase de mensajes transmito a los demás. Y a falta de vida lúdico-social, decidí llevar estos pensamientos a mi campo de experimentación: mi vida diaria, es decir, al interior de la Consulta. 
Dicho esto, también puede ser conveniente aclarar para los profanos de la medicina, que los pacientes esperan del médico que sea su amigo, su consejero, su psicólogo, su vidente, su terapeuta, su entrenador personal, su dietista, su enciclopedia parlante, su abogado, su confesor y a saber qué más. Hay que ver el poder que conlleva ponerse una bata blanca. Le hace a uno sudar. Precisamente por esta razón, muchas veces la empatía puede ser la mejor receta. Y así, el médico se convierte en todo aquello que el paciente necesita; es la cara del conocimiento, de la paciencia y de la asertividad. Creo que tengo razones de peso para querer evaluar qué clase de comportamiento tengo en la consulta. 

Normalmente los estudiantes no tenemos que escribir nada en el ordenador de la consulta, así que podemos mantener contacto visual con los pacientes en todo momento. El problema está en que a veces los pacientes no te miran hasta que el médico te habla o siendo más directo, te presenta comentando algo del tipo "hoy tenemos a una estudiante, está casi acabando". Pero si no hay tal introducción, probablemente la persona que hay al otro lado de la mesa no repara en ti hasta que se da cuenta de un hecho universal: que el médico tiene que escribir todo en el ordenador y para eso necesita los ojos, con lo cual, automáticamente deja de mirar al paciente. Entonces como buscando apoyo, confirmación o voto de confianza, los estudiantes pasamos a existir. Que soy amable, me han dicho. Que no deje de ser así, porque los pacientes agradecen que los médicos seamos sensibles. Ciertamente, hay cada elemento por ahí... Yo lo he experimentado como paciente también. A la gente le gusta que la miren, escuchen, toquen. Una mano en el hombro puede dar mucho confort. Una sonrisa, una postura tranquila, abierta y segura. Eso es lo que buscan. Y es lo que trato de darles. 

Que no siempre lo consigo, también es cierto. Hay días tan malos, que termino aguantándome la cabeza con el brazo porque de otra manera, me caería de sueño/cansancio/hambre/cólicos. Esto nos pasa a todos. Pero piensa en lo bueno que es transmitir nuestro lado más positivo: no sabes el poder que tiene. Ayudar a sentir mejor a los demás, nos hace sentir bien a nosotros también. No requiere un gran esfuerzo. Seguro que ahora que lees esto, estas preguntándote qué tipo de mensajes envías. Revisa cómo hablas entre tú y yo cuando no hablas con palabras. Mientras tanto...

04 abril 2014

Buscando pareja... ¿quién, yo?


¿Has oído eso de "si no sucede, haz que suceda"? Pues resulta que ya varias personas me han nombrado páginas y aplicaciones que ayudan a la gente a encontrar pareja (que no otros rollos, aquí siempre hablo de temas casi serios). No es que me hayan comido el coco del todo pero total, que el otro día la fiebre me dio por crearme una cuenta en una página para encontrar pareja. El que me conozca un poco sabe que yo no me tomo esas cosas en serio. Aunque no niego que a otras personas les ha funcionado, y en más de algún caso aislado por extraño que parezca. Pero la curiosidad me pudo. Y la motivación se multiplicó por 10 cuando tuve que inventarme un nombre falso. Está bien eso de que no puedan reconocerte, los secretos siempre ayudan a mantener el interés. Claro que no fue tan fácil permanecer encubierta a la hora de elegir una foto para el perfil. Pero bueno, pude encontrar una más o menos buena a mi parecer y en la que tampoco se definía muy bien la cara. La fiebre me duró 24 horas, pero la de cosas que me ocurrieron en ese tiempo... por favor, que esto quede entre tú y yo

Al principio de todo, mi mayor preocupación era saber manejar los botones y dónde estaba cada función. Después de los detalles técnicos, lo que más me estresaba era camuflarme lo suficiente como para no encontrarme con ningún paciente. Por suerte, no fue tal el caso. Ufff. Lo que no me esperaba fue el éxito que tuve, vaya sorpresa. A la media hora de haberme creado la cuenta ya tenía un premio a la chica más popular de la semana. Todo un logro. Y enseguida empezaron a llegarme mensajes de "Hola guapa, preciosa, nena..." que no me dignaba responder, menos aún después de colocarme en el podio de las más populares. No, no. Empecé por echar una ojeada a lo que había por allí. Para mi sorpresa, fui a dar con un par de chicos simpáticos y que tenían una ortografía divina (no es broma, hay chicos que escriben muy bien). Sin duda el que me dejó impactada de la risa que me dio fue un chico que se presentó diciendo: "Hola, soy J. sé que a lo mejor no me hablarás porque no te gusto pero sólo quería decirte que eres de lo más espectacular que he visto, encerio, eres preciosa, quería decírtelo porque creo que es bueno saberlo". No hay nada como que te suban la moral un lunes que encima tienes fiebre. Al poco se me presentó un chico estupendo de 21 años; resulta que había tenido tres relaciones serias en su corta vida, la última había durado dos años y se había terminado no hacía mucho, por la monotonía (can you believe it?). Luego me vi asaltada por el típico acosador, que no tiene otra cosa que hacer que seguir cada movimiento que haces "ah ¿vas a salir? ¿pero luego vuelves? ¿ya volviste? ¿ya?". Y cómo no, el chico con una pinta muy random que no es para nada tu tipo y que va buscando a su futura mujer. De éste me libré con un directo "contigo no, bicho". Al día siguiente tenía 288 admiradores. 
Claramente hay algo que no cuadra con la realidad. 
Desde el punto de vista de las chicas solteras, hay poco mercado entre el que escoger. Ya sea porque la chica es exigente, selectiva o estrecha de miras. A lo largo del día, cuando las mujeres se mueven por el mundo arrastran con ellas esa sensación de que tienen pocas posibilidades. ¿Somos unas derrotistas? No es mi opinión de lo que te hablo, sino de las percepciones generales de las chicas solteras. Yo aquí haciendo de Carrie Bradshow (pero sin bolsos de Dior), tengo a mis amigas como referencia. Los hombres buenos están siempre cogidos; los guapos, tienen lista de espera y los normales, ¿dónde estarán los normales?. No niego que al entrar en la página de contactos puedes cuadriplicar tus oportunidades de pesca pero, cualquier tipo de pescado no (me) vale.  Me pregunto, ¿las tecnologías nos ayudan a ligar?. Pues no me queda esto a mí muy claro. Sí y no. En algunos casos funciona; en otros, no. Ahora sí, en mi opinión, tener a una persona cara a cara nunca podrá ser sustituido por un vis-à-vis con una pantalla. La médula suprarrenal tampoco se deja engañar. La adrenalina, el nerviosismo de la voz o la respiración que se entrecorta, la bioquímica de esos momentos hace saber al cuerpo si la persona que tienes delante es la que es. Y además, te ahorras un montón de notificaciones en el móvil. 

02 abril 2014

El ciclo de congelación de los garbanzos

Desde un principio me planteé hacer la segunda parte de mi preparación para el MIR fuera de casa. Es decir, que al acabar el sexto curso este Julio me mudaré a una de las sedes de la academia Amir, hasta Febrero del año próximo. Razón principal: pues que en las Islas Canarias no hay ninguna sede para hacer al menos una parte de la preparación MIR presencial. Razón secundaria: porque en mi casa no hay quien estudie. Total, que mi madre se ha puesto las pilas y ha empezado a darme clases de cocina vital básica (pelar papas) y próximamente, cocina vital avanzada (freír papas). Esto se basa en que yo pongo mi poker-face y la dejo que hable, igual que cuando veo las e-clases de Amir. Confío en que algo retendrá mi cerebro (confío demasiado en él, ahora que lo pienso). Lo mejor es que, cuando cierro los ojos por la noche e intento dormir, todo vuelve... pasan ante mí los pacientes con manchas extrañas y posiblemente contagiosas que toqué ese día, las vídeo-clases de 5 horas, el esquema de las vasculitis, el TNM del cáncer de pulmón, el algoritmo de la insuficiencia respiratoria y mi madre contándome qué hacer con los garbanzos cuando están congelados y quieres ponerlos en la sopa. Entre tú y yo sabemos muy bien que, cuando no sepa qué hacer con las papas, la llamaré para que me lo cuente todo otra vez. 

23 diciembre 2013

Back

Queridos amigos, 

Ay, amigos. Qué duro reto me ha supuesto pasar estos últimos meses sin poder olisquear la blogosfera. No me he mudado a ninguna parte, ni ha habido cartas devueltas. Sigo estando aquí mismo, casi igual que la última vez que nos vimos. Saltear de uno en uno todos los objetivos del sexto curso de Medicina es muy laborioso y lo es más si este sobrepasa todas tus expectativas. Ahora mismo estoy disfrutando de mis vacaciones de Navidad libre de exámenes (por primera vez desde que hace siete años empezara la carrera). Esto me deja algo más de margen para poder saber qué está pasando fuera de mi propio mundo, pero tampoco te creas que mucho. Sigo estudiando y almacenando grandes cantidades de información: de Cirugía General, de Ginecología, de Urología... en horario intermitente pero continuo. 

A menudo me siento sola, con bastante frecuencia. Mis amigos están dispersos, cada uno a lo suyo. Así que yo me pongo con lo mío, que por ahora son los manuales AMIR (que son muy chulos, por cierto), los simulacros y mi proyecto de fin de grado (pfg) sobre los suicidios. Toda una rutina de trabajo, constante, aliñada con historias clínicas, revisiones bibliográficas o cuadernos de prácticas a mano. El invierno y la falta de vitamina D hacen estragos, pero ha caído tanta agua en esta mísera isla del Atlántico en tan poco tiempo... que no ha dejado salir el sol ni un momento. Aún así, esto no ha podido tumbarme ni ha empañado mi sonrisa cada día ante la soledad del estudio, las largas guardias de cirugía, el cansancio, la gente desaborida o demasiado ácida. A nivel personal, sólo puedo lloriquear por haber pensado tiempo atrás que la vida iba a ser más fácil (ilusa de mí) y que los vaivenes de  la sensibilidad propia se atenuarían con los años. Resumen: los días chof, son parte de la vida. Asúmelo. 

No puedo resumir tan bien, sin embargo, todo lo que he aprendido y los niveles de confianza que he alcanzado. Necesitaría muchos posts para explicarlo. Y dudo que quieran leer todo lo que sé (para más info: consultar Manual de Medicina Interna Farreras). Hasta ahora mis rotaciones han sido: 3 semanas en Psiquiatría, tras las cuales aprendí que tenemos un concepto erróneo de las patologías psiquiátricas (a menudo, subestimadas... hay cada loco caso suelto por ahí); estuve perdida 3 semanas por Urgencias, sin saber muy bien donde ubicarme, hasta que me asenté en las urgencias pediátricas y empecé a probar que servía de algo; después pasé 6 semanas en Cardiología diagnosticando ECGs como si no hubiera un mañana (ventaja: sé leer ECGs como una campeona, desventaja: el resto de patologías médicas se quedaron en asuntos pendientes); finalmente pasé 2 semanas en Urología, a la espera de otras 4 semanas más en enero para terminar mi rotación de especialidades quirúrgicas. 

Además, estoy llevando mi pfg sobre los suicidios gracias al cual me han otorgado el nombre de "la niña de los suicidios" cariñosamente (no por nada siniestro), en el Instituto Forense donde llevo a cabo todo el estudio. Básicamente es un estudio demográfico de los suicidios de los últimos 5 años en la isla de Tenerife (sí, es un montón de papeleo). En mi defensa diré que prefiero el papeleo burocrático al pipeteo en el laboratorio y además, a medida que lo he ido haciendo, he ido encontrando cuestiones intrigantes entre caso y caso, que me hacen trabajar más concienzudamente. Vivo en un CSI Tenerife. Y a lo tonto he trabajado en un campo que fue desde siempre, mi primera elección. 

Hablando de elecciones, si algo caracteriza este sexto curso son las mismas. Cada semana se decide algo crucial: el grabado de las bandas de la graduación y un millón de cuestiones igual de simples, cómo priorizar el tiempo, qué subrayar primero, cuándo hacer las guardias, a qué hora hacer el simulacro, dónde hay que entregar las propuestas de pfg, que especialidad médica prefieres para tu rotación médica, cuál para las quirúrgicas, qué caso clínico, qué tutor puede ayudarme, cómo enfocar este trabajo, qué incluir en la libreta... No te extrañe que nunca entre en el blog, eso es porque cuando me planteo entrar o no, siempre escojo dejarlo para otro momento y subrayar algún tema pendiente. 


¿Crees verdaderamente que con este ritmo de trabajo se puede disfrutar de "vacaciones navideñas"? Si el primer día que tuve libre (hoy), lo primero que hice fue coger un folio y empezar a hacer la lista. No la de reyes, sino la de cosas que tengo pendientes de hacer. Mi madre, estuve un rato eh. Y cómo ha acabado el día: dando vueltas y pasando calor con tanta manta en una cama vacía. Me ha faltado la copa de vino para escribir esta entrada pero la confusión mental ya la tenía encima, así que el vino sobraba. Y total, ¿sabes qué estoy rumiando en la cabeza? En lo que voy a hacer en Nochevieja para romper la maldición del 13 y dar el paso hacia un año glorioso, que va a ser el 2014. Tiene que serlo. Pero acuérdate de tener cuidadín con lo que se desea, es sólo un consejo. 


Esta noche estoy muy contenta de poder volver a conectar entre tú y yo.
Buenas noches, amigos.  

26 junio 2013

¡No tires el lápiz!

Mi hermana E. fue mi primera "hermanita pequeña" y la razón por la que pasé de ser una persona con rol estándar a hermana mayor. Ese momento se mantuvo en piloto automático durante algunos años hasta el punto de terminar apadrinando a mis amigos. Actualmente esto no es así porque he trabajado mucho en construir una barrera china entre familia y amigos. No son lo mismo. Hay excepciones claro está, en que una persona llega a ser tan cercana a ti que puedes considerarla como parte de tu familia. Pero eso, son excepciones. Por mis experiencias he aprendido que nada ata a un amigo contigo; esto en cambio sí ocurre en la familia. Por muy malo que sea lo que ocurra entre tu familia y tú, ellos están inscritos a ese vínculo primitivo de las familias. Podría romperse claro, pero yo trabajo muy duro para que no sea así. Los amigos, si se quieren ir, no tienen reparo en marcharse.

Todo esto no venía al caso, pero al menos te acerca un poco más a lo que opino de la familia en general. Lo que quería contarte es que yo recuerdo momentos puntuales de la vida de mi hermana E. por ser la primera vez que las hacía como cuando la bañaba, cuando guardaba todos sus juguetes, gateaba con ella, la ayudaba a comer o cuando la veía hacer las tareas de mates con mi madre. Recuerdo que mi hermana E. tenía la manía de tirar el lápiz al suelo cada vez que le tocaba hacer un ejercicio difícil. Claro, al tirarlo se le rompía la punta y más aún, la mina dentro del lápiz con lo cual, por mucho que lo afiláramos, terminaba por no poderse escribir con él. Era muy lista... Mi madre iba a buscar otro lápiz y ella salía corriendo. Hoy pensé en esto y me pareció razonable aconsejarte que, a menos que tengas una estrategia de escape, ¡no tires nunca el lápiz!   

Con mi hermana E. (1997)

28 abril 2013

Punto y seguido

Es difícil abrirse a una hoja en blanco. No sabes qué forma podrás darle a esa hoja y mucho menos, pensar qué puedes esperar de ella. El escritor de notas es el mártir de las palabras mundanas, sólo escribe lo que lleva en el bolsillo y pocas veces, eso le reporta algún beneficio. Entonces, ¿para qué escribir? Porque hay muchos tipos de personas en el mundo y algunos decidimos exprimir nuestra imaginación a cambio de unas frases que pueden decir quién somos, o no. Incluso aunque esas palabras nos definan hoy, no es seguro que puedan hacerlo más adelante. Estamos en constante cambio. Nos adaptamos al mundo que existe entre tú y yo. Vemos lo que los demás aunque, lo que pensamos se escribe automáticamente en una hoja en blanco. Unas veces nos gusta exhibirlo; otras, mejor no mostrarlo. No esperamos que nos entiendan pero, ¿quién pretende semejante despropósito? Somos el amigo sin invitación, la puerta sin cerrojo, la voz anónima de la calle. Nadie nos mandó llamar, pero aquí estamos, ocupando hojas en blanco y llenando espacios con garabatos de palabras.

14 abril 2013

Desensibilización progresiva


En Psiquiatría, la desensibilización progresiva es una técnica usada en pacientes con fobias. Por ejemplo, al individuo con vértigo se le expone a una sucesión de alturas diferentes, que aumentan progresivamente; al que le dan miedo los bichos, le harán meter la mano en un cubo con alguno dentro, luego dos, luego te metes entero... las clásicas barbaridades de loqueros. Porque si no me gusta ver un bicho, ¿cómo voy a tolerar meterme en un cubo lleno? Eso me pregunto yo. La razón por la que me acabo de acordar de esto es que, sin querer se me ocurrió que debería existir una terapia así para la Vida. No estamos preparados para más de la mitad de las cosas que suceden entre tú y yo. Nadie es capaz de decirte cómo resultarán, las buenas o las malas. Me dicen: "no sirve de nada que te lo explique, ya lo verás por ti misma". Pero qué clase de loca existencia es esta en la que tienes que ir actuando sobre la marcha, o sobre el presente.

10 abril 2013

Confessional

¿Te parecería fácil confesar tus errores?
Incluso ante nosotros mismos, es un rollazo. Primero, por tener que recordar/arrastrar lo que has hecho mal; cosa que no siempre se hace llevadero. Segundo, porque si es digno de recordar, es que ha sido algo gordo y estas cosas son las que, precisamente, más rápido pretendes olvidar. Si eres como yo, a estas alturas habrás solucionado parte de ellos pero como en la teoría del iceberg, queda otra gran parte aún no emergida. Venga, nos ponemos entre tú y yo a pensar en ellos, intenta localizarlos. Echa un vistazo a las páginas de atrás. Sí, alguno aparece. Pero curiosamente, al seguir revisando aún más atrás, me he dado cuenta de que, aquellas cosas que en su momento me parecieron un error, a la larga no lo han sido. Y al revés, aquel chico que tenía buena pinta, terminó saliendo rana y los zapatos que parecían de calidad, se me rompieron al estrenarlos. No es que un chico o unos zapatos los considere errores pero tú ya sabes lo que quiero decirte: que los errores con los que has aprendido algo no han sido en vano.
NOTA MENTAL no besar chicos guapos sin conocerlos ni comprar zapatos de firmas dudosas.

04 marzo 2013

Jugando a princesas



El otro día estaba MUY aburrida y me dio por ponerme a hacer tests de una página para solteras aburridas. De uno de ellos saqué la siguiente conclusión acerca de mi personalidad. Es bastante acertada simpática.   
"Sra. Cuidadosa y Caprichosa, no te gusta estar sola, pero esa no es razón para acabar liada con alguien que no satisfaga tus expectativas. ¡Y tienes unas cuantas! Sabes cómo tiene que ser el hombre con el que estés pero, sobretodo, tienes claro cómo no debe ser. ¿Slips y camisetas interiores de tirantes? ¿Uñas sucias, dichos machistas y amigos extraños? Te irritas con facilidad y desapareces, así de fácil. En caso de duda eliges huir. Eres consciente de que, de vez en cuando, pasas por alto o desechas a alguna potencial pareja. Pero no por ello piensas renunciar a tus grandes expectativas. Puede haber varias razones para ello: que has tenido malas experiencias, que tienes caprichos de soltera y, si eres sincera, no quieres comprometerte."
¿Puede alguien conocerme mejor sin conocerme? Saben todos que me dedico a buscar esa probabilidad entre 1 millón acaso exista, no lo sé. No hay nada de malo en ser ultraselectiva (como las vagotomías en Digestivo). "Pero Deb, ¿se irá algún día la princesita de cuento?" -me puedes preguntar. La respuesta entre tú y yo es, absolutamente no. 

03 marzo 2013

Pushed

No tienes la sensación a veces de que, hay cosas que, por mucho que las intentemos cambiar, siempre vuelven a ser de la misma manera. No importa lo lejos que vayas para cambiarlas, al final vuelven a ser como eran, como siempre fueron, como tú y yo sabemos que deben ser. Cuando veo que me ocurre algo así, no puedo evitar pensar que estaba determinado. Ya sé que es una tontería pero a veces, dejarse llevar por los impulsos de uno mismo puede formar parte de un plan mayor. 

26 febrero 2013

Así, en plan monólogo


El monólogo es el eufemismo utilizado como excusa para echarse un rollo, contar tu vida/penas, como quieras llamarlo. Y ya puestos a que todo el mundo que dice lo que piensa parece tener razón, la libertad de expresión y farándulas como esa, me he propuesto marcarme un monólogo como una campeona. (Me resulta bastante difícil escribir si pararme porque soy un poco maniática del formato y la ortografía, pero no es culpa mía sino de mis profesores de Primaria).

Creo que si escribo todo lo que estoy pensando podría frenar esa cháchara verborreica que no me deja respirar. Me paso todo el día hablando, con mi familia, en la facultad, con los profesores, por email, por teléfono, en persona, con los camareros de la cafetería, con el vecino que coge el ascensor conmigo... En clase, cuento lo que me pasa en casa y lo que hago en mi tiempo """libre"""; en casa, cuento lo que me pasa en la calle. No hay quien lo pare, una vez que empiezo no puedo parar. Contar, charlar, hablar a cualquier velocidad, con parsimonia (más bien pocas veces) o igual de rápido que estoy escribiendo ahora. ¿Silencio? No le veo utilidad fuera de las depresiones, los exámenes y las preguntas incómodas del tipo '¿te quieres casar conmigo?'. Encima, como en esta etapa de mi carrera estamos con asignaturas poco clínicas y de las que te exigen hacer trabajos escritos, la tasa de verborrea por minuto aumenta paradójicamente de forma exponencial. Creo que con el último que hice, de Farmacología, superé mi capacidad maxima. Porque tienes que debatir cómo repartir el trabajo, a quién asignar cada parte, juntarse para trabajar en grupo, preguntar dudas... Un maremoto de enlaces de páginas en inglés, wasikòsky o cualquier idioma incomprensible. En fin, que los trabajos me tienen loca de la cabeza.

Luego, después de un día que te deja K.O. rotundo llegas a casa, a tu remanso de paz y empieza la guerra. Que si mi hermana E. habla mucho demasiado y le van a poner un parte (que conste en acta su 'mal comportamiento'), mis padres con su rollo "los novios son malos" o "no hay dinero" o "búscate un novio con dinero", mi perro... ah no, espera, no tengo perro. Mi otra hermana preguntándome cómo se visten los presentadores de un teatrillo, yo enchufada al ordenador haciendo tres trabajos al mismo tiempo y de repente oyes: ¡Débora, corre! Voy al salón y resulta que mis padres me habían avisado porque en la tele salían dos ginecólogos habando del cáncer de endometrio. Ya sé que el cáncer no es algo despreciable, pero ¡yo quiero ser pediatra! Me siento incomprendida, voy a la nevera y cojo un bombón de chocolate. Me planteo si buscar el sustitutivo, pero me da que no; por el momento no creo que sea el momento de buscar el momento para tener un lío con nadie, al menos de momento. El chocolate sólo está muy bueno y no me da tantos problemas, salvo un poco de acné que gracias a mis años de Medicina y el remedio de mi vecina sé tratar. Al menos tengo mi cochecito, con el que puedo ir a donde quiera pero estos días son malos para desplazamientos, si quieres llenar el tanque ya puedes preparar un riñón y la mejor opción parece quedarse en casa con las pantuflas, los problemas, los trabajos y la familia.

Tampoco es que me queje de mi vida. Me encanta, me lo paso muy bien casi todos los días. Algunos en especial, en los que hay muchísimas risas, ayudan a mantener una autoestima astronómica. Mis amigos son lo mejor, la chispa, la guinda o lo que sea que pongas al pastelillo encima de todo. Con ellos te ríes, te ríes y te ríes de lo que es gracioso y de lo que no lo es. Están contigo en los bueno y, a lo malo le dan una patada. No sé qué tipo de vida tendría sin mis amigos, esos medicuchos que en nada serán conmigo médicos de verdad (¡ay que miedo!). Tengo muy claro que el que mira hacia otro lado cuando tú pasas, no conoce la amistad. Y me da lástima. Porque cuando tienes un amigo, te conviertes en una persona mejor y dejas de ver barreras donde no las hay y dejas de girar la cara cuando pasa a tu lado alguien con quien peleaste una vez. Hay vida después de las peleas.

Una cosa que sí me trastorna un poco es no poder viajar todo lo que quiero. Me dicen que no es el momento, y lo sé. Me dicen que ahora toca estudiar, que hay luz al final del túnel. Pero para mí, si no es el túnel que une Francia con Inglaterra, me da un poco igual si estoy cerca de la luz o no. Con mochila o con maleta no importa, pero con mapa. Confío en que algún día pueda tachar de mi lista todos los sitios que me quedan por ver, aunque es una lista un tanto larga y que además, acaba en puntos suspensivos. No quiero una casa más grande, ni un móvil más caro, ni ropa más a la última. De hecho, cuando parece que uso ropa nueva se trata de cosas que le quito a mis hermanas. Las cosas materiales no me dan seguridad y tienen poca importancia para mí, son el medio para concretar fiestas, trabajos, pero en sí el hecho de poseer no es algo que despierte en mí ninguna satisfacción ni sensación de poder/tener. Pero los viajes... ayy. Los que me quedan por hacer y los que he hecho, esa gente tan estupenda que he conocido aquí y allí. Me acuerdo más de ellos de lo que podrían imaginar. Pero claro, esta son la clase de cosas que no les dices nunca, sino que las escribes en un blog o te las callas. 

Podría seguir escribiendo muchos párrafos como estos. Pero no conviene darte tanta información acerca de mí porque podrías llegar a conocerme y entonces, darte cuenta de que estoy medio loca de verdad. Deja que quede algo por contar, si es que acaso lo hay... para que quede entre tú y yo, la excusa para un café o a saber qué.

31 enero 2013

Crisis time

"La vida está llena de decepciones; algunas grandes y otras, más grandes."

Como la vida misma (2007), Steve Carell

Son parte de nuestros días, pero como le dije a un amigo recientemente, no voy a dejar de disfrutar de la compañía de aquellos que me quieren por lo que me haya podido decir alguien que no me valora lo suficiente. Sí, amigo estoy hablando de rupturas de pareja. Algo tragi-dramático por lo que todos hemos pasado seguramente alguna más de una vez. No voy a darle mil vueltas a lo que pudo o no pudo pasar porque, ya está todo dicho y hacerlo sólo haría más daño. Es agua pasada aunque aún siga doliendo. Vas al super, te haces con esto...


El cajero se te queda mirando, te pregunta si quieres bolsa para llevarte las cosas. Llegas a casa, acabas con las papas de cebolla (mis favoritas <3), te hacen llorar (pero más vale llorar que dar patadas a los muebles) y finalmente te arreglas un poquito, te pintas los labios y cierras la herida. Sabes que la sangre no ha llegado al río, pero el orgullo herido tarda en cicatrizar. Tiempo al tiempo. La vida sigue entre tú y yo. Te alegras por ello y llamas a tus amigos para quedar. Vendrán otros mejores.... (me refiero al tiempo :P)

04 enero 2013

Miradas

Hay miradas entre tú y yo que dicen mucho. Demasiado...
 Pero tal vez sea mejor así. Que sean las palabras testigos omitidos de lo que a veces, más vale no decir.

 

01 enero 2013

Mi prolegómeno

Parece que siempre digo lo mismo. Pero de nuevo, no voy a perder ni un minuto más hablando de este enriscado 2012 que ya nos abandona y que no me ha dejado más que obstáculos y problem... Bueno -siendo justa, no todo lo que me llevaré de recuerdo suyo ha sido malo. Es por el placer de quejarme. De hecho, si hubiera que hacer un balance, sería en positivo. Para mí, el 2012 acaba igual que empezara hace 365 días...
 

Igual que todo 31 de Diciembre desde hace 5 años, en el que me paso la mañana sin apartar la nariz de mis apuntes correspondientes; de Patología Digestiva el año pasado y Patología Digestiva Pediátrica éste. Luego, a mediodía un salto fugaz al centro comercial para supraabastecimiento alimentario (:D) y regocijo de los últimos antojos antes de partir el año. Por la noche me gusta pasarlo en familia, con una pereza que me agarra de los tobillos cada vez que pretendo acercarme a la puerta para salir. Será que por pasar tantos días estudiando, me gusta aprovechar estos escasos momentos de abrazo familiar aunque ello implique pasar la noche derrochando tiempo con bengalas, brindis en plural, o interminables llamadas telefónicas.  

Sin duda estas fiestas me he percatado de que la mejor aportación culinaria que ha tenido el 2012 y en especial, Santiago de Compostela, ha sido la introducción a mi paladar del aprecio por una copa de vino o unas buenas cervezas. ¡Chín-chín! También ha sido un año de grandes ideas -brillantes, y planes que, con las mismas que se planificaron, se llevaron a cabo con éxito. Pude presumir de aprobados en Junio, de maletas en verano y de amigos reunidos por mi cumpleaños. Si tengo que quedarme con algo, será con la certeza de que el 2012 vino para hacerme creer otra vez, en todos los sentidos de la palabra. En uno de esos sentidos me encontré con el Amor, y con un empujón vi cómo convirtió a un amigo en mi pareja. Aunque no todo ha sido bueno, también vino para quitarme mucho y no hay día que pase sin que recuerde lo que se quedó por el camino, como las personas cuyos caminos les llevan lejos de mi lado o las palabras de perdón que tantas veces no pronuncié. La estrella de la fortuna no me ha reportado ni una mísera suma de dinero aunque eso no quita que ahora mismo me sienta una de las personas más ricas. Disfrutar de las artes como la música, el cine y el cine musical o los musicales de cine, han hecho del año algo para recordar. Si no has visto "La Bella y la Bestia" en directo, te recomiendo que busques la ilusión que guardas dentro y dejes que su llama vuelva a brillar. Es pura magia.  


Mucho queda por mencionar, pero no quería centrarme en el capítulo que acabamos de cerrar sino en lo que el 2013 nos presenta. Qué trae entonces, este Año Nuevo para mí. Pues en cientos de palabras: cientos de promesas. De amistad, de amor, de exámenes aprobados, de viajes, de proyectos, de fiestas, de cine, de excursiones, de palabras y más palabras entre tú y yode reencuentros, de risas, de regalos, de fotos antiguas y nuevos recuerdos... Nunca había estado una Nochevieja tan cargada de ellas. Buen feeling y mi ilusión puesta en cumplir mis expectativas. Lo demás que quiera llegar por sorpresa, será valor añadido para un año que por ahora, pinta bien. Sé que "no le puedes decir al sol, más sol; ni a la lluvia, menos lluvia" pero con la fuerza que hay en mí, sea ésta poca o mucha, encontraré la manera de hallar el equilibrio y seguir guiando mis pasos por el buen camino -que no es otro que el mío propio, ya sea a velocidad crucero, a marchas forzadas o de puntillas.  

A todos, mis mejores deseos para 2013
  ¡¡Feliz Año Nuevo!!