20 septiembre 2024

Estrellas fugaces

Un suspiro, una exhalación, un vahído. 
Algo efímero.


La vida está compuesta de momentos tan fugaces como estrellas. No se pueden retener, intentarlo es un pecado. A veces tenemos que quedarnos con el regusto salado de las lágrimas. Pero, ¿qué son unas lágrimas en el océano? Dejar fluir, dejar ir. Así nos balanceamos entre esos momentos, buenos y malos, que nos regala la vida cada día. Y luego soltar, como se libera del lastre un navío. Mirando esos momentos como quien mira un libro, pasando páginas sin olvidar pero sintiendo la emoción solo del que está presente. Llega entonces la libertad.

02 agosto 2022

Tour por la Laponia Sueca

Este año nos atrevimos a programar un viaje durante el invierno y no nos arrepentimos. 

Elegimos una compañía autóctona para organizar el viaje que partió de Luleå, al Norte de Suecia. La duración fue de 5 días, más que recomendable para poder realizar varias actividades y tener tiempo para descansar. El clima fue benévolo con nosotros y en ningún momento bajamos de -10ºC, algo inusual para la época del año en que estábamos: la última semana de enero. Teníamos unas pocas horas de luz tenue al día y esta se apagaba a eso de las 15:30h, por eso nos levantábamos temprano, comenzábamos nuestra actividad muy pronto para que las tardes pudieran ser para el descanso, una vez ya entrada la noche y para la larga espera, por nuestra amiga: la aurora boreal. 

El alojamiento típico en esos parajes no es otro que una cabaña de madera, perfectamente equipada para las necesidades básicas y bien aislada del frío. En cuanto a la ropa necesaria, fuimos con varias capas de abrigo incluida una térmica, la generosa lana que protege bastante bien y la capa aislante superior que es a la vez, impermeable. Además, una vez estuvimos en el complejo, nos equiparon con el traje de invierno y botas especiales para la nieve que podíamos usar tanto para el diario como para las actividades programadas. 

Aunque parezca que no, en esa inmensidad silenciosa y oscura hay gran cantidad de actividades disponibles que enriquecen la experiencia del viaje. Uno no se espera que las horas de luz se puedan aprovechar tan bien. Así como tampoco te esperas que el medio de transporte, la moto de nieve, y el medio de vida, hacerse un fuego, estén al alcance de todos. Ahí mismo, cualquiera puede salir con su trineo o su moto de nieve, hacerse un fuego, comer, existir en medio de esa estampa de naturaleza perfecta que parece diseñada para estar en armonía con todos.

Tuvimos la fortuna de poder ver la aurora boreal durante dos noches, una de ellas especialmente intensa. No puedo darte ningún consejo sobre esto, es pura suerte. Lo único que sí puedo aconsejarte es que, una vez que empieza, solo puedes buscarte un buen asiento (un montículo de nieve) y mirar hacia arriba sin pestañear para no perderte el esplendor que ofrece el cielo caprichoso, iluminando con su cortina verde de todo su espacio. Magia.

Por todo esto no puedo dejar pasar esta página del blog sin que puedas emocionarte con algunas de las imágenes del viaje. Fue una experiencia increíble por la gente que conocimos, las vivencias y el contacto con la naturaleza y los animales. Oh, sí. Vimos algunos renos pero sobre todo recordaremos los huskies, como uno de los momentos más entrañables. 

Espero que quien lea esto se quede con un mensaje claro: que el frío ni la larga noche sean un obstáculo para disfrutar de la naturaleza más auténtica, en ellas reside el secreto de su belleza. 

Disfruta de la galería. 



























15 enero 2022

Por los pelos

Así empezó para mí el 2022. 

El 22 de Diciembre tuve muy buen pálpito porque me tocó el reintegro y además el Gordo de la lotería tocó en Gran Canaria. Estuvimos cerquita, por los pelos. 

A pesar del oleaje de COVID19 que teníamos encima, nadie pudo convencerme para no volver a mi casa por Navidad así que cogimos los regalos y nos desplazamos a Tenerife para pasar las fiestas. La sorpresa fue que a nuestro regreso a Gran Canaria, varios familiares con los que habíamos convivido esos días comenzaron con síntomas sospechosos, con un test se vio enseguida: COVID. Así que tuve que activar toda la historia: llamar a seguimiento de profesionales y hacerme 3 tests en 4 días. Todos negativos, los míos y los de mi novio, por los pelos. 

Como estaba tan contenta por haber escapado del COVID una vez más, se me ocurrió celebrarlo buscando peluquería para un nuevo look previo al Año Nuevo. Pero claro, todo estaba lleno. No me quedó otra que buscar una de esas peluquerías low cost donde te atienden por orden de llegada. Decidí hacerme mechas para tapar todas las canas con las que me ha otorgado la pandemia pero cuando salí de ahí... ¡era rubia! Pensé que era efecto del sol que me estaba dando pero cuando llegué a mi casa estaba tan rubia que parecía que tenía el pelo blanco. 

Al día siguiente... 30 de Diciembre, me vi dando vueltas y buscando una peluquería abierta que me pudiera cambiar el color pero acabé en el mismo sitio, sin cita. Parece que tuvo solución, la peluquera me oscureció el pelo y ahora vuelvo a ser morena. O medio-morena, pero no rubia. Por los pelos.

Ahora mismo me encuentro contando los días entre tú y yo para salir de vacaciones, solo puedo decirte que me voy lejos... espero que el COVID19 me dé vía libre y me permita disfrutar de un pequeño descanso, aunque sea por los pelos. 


Feliz inicio de Año, 2022.
 

08 agosto 2021

La revolución: cómo pasé de blogger a instagrammer

Todos los que me conocen saben que me encanta compartir. Especialmente aquello que he cosechado durante mi propio autoaprendizaje, al margen de los libros. La vida nos enseña continuamente, casi siempre con meteduras de pata o esas situaciones en las que te quedas en plan "¿¡perdóname!?"

A diario canalizo mi sabiduría en la consulta como médica de familia. A mis pacientes receto por igual Paracetamol y gárgaras tibias de agua con sal. Creo en que "la madre" se te puede subir. Les aconsejo que pongan velitas a sus mascotas en vez de pautarles una pastilla para el dolor de su pérdida. En definitiva, he creado mi propio folclore y me siento agradecida por poder difundirlo de esa manera tan abierta.

En redes sociales creé perfiles y conté mil historias de aquí y de allí porque una amiga, un día, me sugirió que lo hiciera. Y luego me enganchó. A lo largo de tanto tiempo he visto que no solo entretiene, sino que gusta. A mi público lector le encanta lo que se comparte. La vida misma, como una novela sin fin. 

Ahora toca dar el gran salto. Tras mi aparición en el mundo de la medicina estética me he visto impulsada por una corriente mucho más poderosa que la palabra escrita: la imagen. El poder de difusión de la imagen es imparable. Así que en esas estoy, en reconvertirme para que puedas seguirme hacia la cresta de la ola. Viví el paso al año 2.000 creyendo que eso nos conduciría a un futuro abrumador y el futuro ya está aquí. 

Siempre entre tú y yo ♡ y ahora también debpita.89 Estés donde estés, espero que te encuentres bien y seas feliz.

25 abril 2021

La tarea más difícil

Cuarto propósito para el Año Nuevo, 2021.
Rescatar a la persona que quieres incluso de sí mismo. 

Últimamente he tenido bastante tiempo para reflexionar. Eso ha sido porque he estado hablando menos y cuando eso pasa me pongo contemplativa. Creo que todos conocemos la historia del príncipe que rescata a la princesa, la de la princesa que se rescató a sí misma pero, ¿alguien sabe cómo se rescata a quien no quiere ser rescatado? Si los sabes, te animo a aportar algo de luz. Porque aquí está todo muy oscuro a pesar de que el mes de Abril esta siendo muuuy soleado.

Mi sexto sentido de médico mujer con canas me permite detectar señales precoces de que algo no va bien. A veces es tristeza y otras veces, locura. Así de estrafalaria es mi vida. Cuanto más próxima a mí, más estable prefiero que sean las personas de mi entorno. Pero me ha tocado cada bicho raro... Al final, todo es ponerse y la convivencia hace que esos rasgos sean los que marquen definitivamente un vínculo eterno. Hoy me siento a darle vueltas a la cabeza para tratar de encontrar la manera de ayudar a alguien que quiero. Con lo que sé de psicología me basta para admitir que cada uno debe buscarse la vida para resolver su embrollo. Pero también me gusta creer que podemos influir en los demás de manera positiva. Por eso nos tenemos unos a los otros, ¿no? Eso es refuerzo positivísimo. 

Creo que en ocasiones el botón de insight está silenciado y ves cómo esa persona que quieres queda en un limbo que se prolonga en el tiempo. Qué angustia. Como en un laberinto que no tiene salida y en el que te pasas el día dando vueltas por dentro. Atascado. ¿Cómo podríamos generar un cambio ahí? Haría falta una descarga de energía tan potente que hiciera que esa persona saltara por los aires. Está muy bien lo de acompañar en el silencio y todo eso pero realmente por dentro quieres gritar...

 ¡¡Estarás bien!! ¡¡Lo resolverás!! Ahora mismo saldría a pelear por ti, sin dudarlo. Porque yo estoy más convencida que tú de que tienes el potencial para superarlo. Hazlo. Yo estaré a tu lado. Mírame aquí. 
Luego vuelvo a la realidad, le sigo dando vueltas a la cabeza y me acuesto en la cama. Apago la luz y cierro los ojos. Me doy la vuelta aún con la armadura puesta.

10 abril 2021

21 marzo 2021

Secretos bien guardados

Muchos cambios. Estamos en un momento de máxima creatividad. Ahora que pasamos más tiempo dentro de casa se hace inevitable mirar las 4 paredes que nos contienen. A mí personalmente me encanta la decoración, disfruto mucho con los detalles. Unas flores aquí, una cortina más grande, una vela de vainilla. No solo me entretiene sino que me da paz mental y espiritual. Con algunos cambios la casa se siente más despejada y se nota porque hasta el aire fluye de manera más fácil. 

No solo yo ando haciendo cambios, mis padres también se han apuntado a las reformas. Ahora mismo están en medio de la renovación de la cocina. Ya era hora después de casi 35 años. Y ahí fue nuestro último descubrimiento. Resulta que al quitar los viejos azulejos de la cocina encontraron este grabado tan artístico en el cemento.

Quién sería. Por qué lo haría. En qué momento decidiría quien fuera poner el 💘 ahí durante la construcción del edificio. Lo grabaría para sí o con la finalidad de que alguien lo encontrara, como nosotros ahora. Tantas dudas por resolver que quedarán entre tú y yo, en el misterio.

Me gusta esta imagen. Porque por sí sola cuenta una historia. Una cosa te digo: para mí esto demuestra que el Amor puede estar en cualquier parte. Donde menos te lo esperas. 


¡Feliz y romántica semana!

08 marzo 2021

El mes largo

Tercer propósito para el Año Nuevo, 2021.
Morderme la lengua un ratito y tener (más) paciencia. 

Para mí Marzo siempre ha sido "el mes largo". Es que mira que es pesado. 31 días. 5 semanas. Un mes gris, sin sol y a veces sin lluvia, que ni fu ni fa y encima, de ahora en adelante, el recordatorio del inicio de la pandemia por COVID19.  No te puedo dar más motivos para odiarlo. 

Lo único que me protege de la depre-Marzo es esta santa-paciencia que yo tengo. Ojalá también supiera aplicarla a la hora de hablar y no pareciera todo el rato que tengo el botón del filtro verborreico estropeado. Yo soy de hablar hasta debajo del agua, pero literal. Cuando tengo una mínima idea fugaz en mi cabeza, me pica por dentro hasta que la suelto. Por eso tengo un blog sin puntos finales entre tú y yo, bla, bla, bla... Venga, este mes toca morderse la lengua un ratito y asumir que no siempre callar implica otorgar. A veces es simplemente un acto de valentía y de santa-paciencia. 

Feliz eterno mes de mier... Marzo.

28 febrero 2021

Reflejo: La historia de un espejo

Esta es la historia de un espejo: una idea genial para un espacio difícil. 

Desde el confinamiento del año pasado supe que poder viajar de nuevo se haría rogar. Así que mientras me metía, manos a la obra, con la renovación de mi dormitorio se me ocurrió buscar algún artículo que evocara todo eso. Viajes, campiña, luz. Me puse a hojear revistas, muchos blogs y webs de decoración hasta que encontré lo que estaba necesitando. En este momento es lo máximo en decoración: el espejo-ventana

Lo interesante del espejo era que fuera de unas dimensiones moderadas. Quería que además de reflejar la habitación y hacerla parecer másssssss grande, hiciera efecto cristalera y pareciera una puerta que se puede cruzar. De esta manea podría decorar ese espacio muerto al fondo de la habitación donde todas las demás ideas habían fracasado por falta de luz. 

Así empezó mi aventura...


Agosto 2020

Solo había en todo Gran Canaria una tienda que tuviera el modelo de espejo que quería. Así que fui directa allí tan contenta. No lo tenían en la exposición de la tienda porque solo lo traen bajo pedido. Pues yo me pedí uno, con transporte a domicilio, y me desentendí por completo pensado que tardaría unas cuantas semanas y pronto lo tendría en casa. Ja...


Octubre 2020

Al volver de vacaciones aún no sabía nada del pedido, así que llamé a Atención al Cliente y un francés chapurreando español me dijo que el espejo "había salido del almacén" de Marsella pero en algún lugar se había perdido y no había conseguido llegar a la tienda de Las Palmas. Ni idea de cómo puede perderse un objeto que pesa más de 20 Kg y mide 165 cm de alto. Se ofrecieron a hacer devolución o enviar otro espejo. Y, por supuesto, lo volví a pedir. 


Noviembre 2020 

Me avisan de que llegó por fin el espejo 👏👏 El transportista me llamó un día para concretar la hora de entrega y le dije entonces que el día señalado estaría en casa hasta las 12:30h (porque a las 13h tenía que estar en mi trabajo) y él me dijo que "sólo podía entregarlo a partir de las 14h porque antes tenía que hacer reparto al Hospital Dr. Negrín". Le dije que no había problema, porque a partir de las 14h estaba mi novio en casa. ¡Genial!

El día señalado el chico me llama exactamente a las 13h, justo cuando le había dicho que NO había nadie en casa. Le repetí la información que habíamos acordado pero se hizo el sueco, me dijo que ya ese día no podía hacer la entrega y que "ya me llamarían"... La verdad es que nadie me llamó. Pasó una semana y traté de contactar telefónicamente con la empresa en múltiples ocasiones pero nadie me contestó nunca. 

Esta vez llamé a la tienda y ellos averiguaron por medio de la empresa de transportes que el espejo se había roto y lo habían devuelto. No me avisaron de nada. Yo al borde del colapso. ¿Qué hice? Pues hacer gala de mi paciencia y... ¡pedir otro! Así fue, hice el 3º encargo del mismo espejo pero esta vez pedí que me lo enviaran a la tienda. Quería verificar que llegaba intacto antes de pensar cómo podía llevármelo luego a casa. Ya me buscaría la vida. 

Me dijeron que con la campaña de Navidad, tardaría... y que lo enviarían a partir de Enero. 


Enero 2021

Sin ton ni son me llega un correo de la tienda con el siguiente mensaje: "La entrega estaba prevista a partir del 20/01/2021. Debido a un retraso de abastecimiento de estas referencias, sentimos no poder respetar esta fecha. En efecto estas referencias estarán disponibles en nuestro almacén a partir del 07/03/2021". Pues eso, 😭 que tenía que esperar a que me lo enviaran a partir de marzo... ¡¡marzo!! 


Febrero 2021

Ocurre un milagro. Me avisan por correo electrónico: ¡¡el espejo ya está aquí!! 😍 Ya puedo pasar a recogerlo. Pero, ¿cómo recojo un espejo de 26 Kg de peso? Se me ocurrió llamar a mi padre, que trabaja en una empresa de logística en Tenerife, y preguntarle si conocía a alguien de Las Palmas que me pudiera ayudar o que tuviera un camión grande. Me puso en contacto con un compañero que fue como un rayo a la tienda a echar un vistazo al espejo, quería saber las dimensiones para plantear cómo había que trasladarlo. La jefa de la tienda me llamó para avisarme de que estaba allí y le pedí que revisaran juntos el espejo. Si estaba intacto, nos lo llevaríamos otro día. 

Yo estaba trabajando así que ya no supe más hasta que el transportista me llamó al cabo de un rato y me dijo lo peor. 

No se habían atrevido a abrir la caja del espejo y además, estaba preocupado porque lo tenían en su almacén con otras cajas encima. Yo pensé: "pues nada, este espejo estará para la porra también...". Pero había una oportunidad para la esperanza, la jefa de la tienda nos permitía abrirlo si el transportista iba con una segunda persona para ayudarle con el traslado. 

Entonces quedé con él para ir a la tienda a retirarlo el sábado a primera hora. Así me vi, un sábado por la mañana, montada en un camión verde que traqueteaba despacito pero con buen ritmo. Llegamos a la tienda puntuales: a las 10h con la verja negra aún a medio subir. Según nos vieron, nos atendieron. Nos acompañaron al almacén, abrimos la caja por un lado y vimos que venía perfectamente embalado. No había daños. Entre el muchacho y yo cargamos, con mucho amor, con el bulto. Me subí a la plataforma del camión y lo colocamos muy suavemente en el suelo. No sé quién sudaba más, si él o yo. 

Con mucha paciencia, de esa que tengo yo, llegamos a casa. Allí estaba esperándonos mi novio, saliente de guardia, listo para hacer lo suyo: ayudar a cargar con el capricho más grande de su mujer. Anda que él no tiene paciencia ni nada... Tuvieron que salvar un tramo de escaleras, un ascensor estrecho y luego un desembalaje cauteloso. Así fue cómo el espejo-ventana llegó a su sitio. 

No suspiramos hasta el final. Como si al hacerlo se liberara la tensión de tantos meses. Fue la relajación tras pensar las mil y una maneras en que podía romperse. Pero no lo hizo. Ahora no puedo quitarle los ojos de encima. Me tiene enamorada. Disfruto cada día observando los contraluces que me deja ver y soñando con lo que queda oculto en su reflejo. 
Gracias a los que lo hicieron posible en cada etapa.
Gracias a Maison du monde.  




13 febrero 2021

Mujeres rotas

Esta semana ha sido un poco más dura que las anteriores. En la consulta de Medicina de Familia algunos casos requieren más tiempo, más llamadas y más trabajo. A veces también necesitamos la intervención de otros profesionales como un trabajador social. Nunca está de más que nos saquen de la medicina de libro y nos devuelvan a la tierra donde habitamos. Ese lugar en el que uno es simplemente... lo que le dejan ser

Este miércoles por la tarde me encontraba trabajando en mi consulta, como de costumbre. Sobre las 5 de la tarde terminaba el último bloque de citas telefónicas y me dirigía a la puerta para comprobar si tenía algún paciente esperando por mí. Lo intuía porque se oían voces suaves en el pasillo, entretenidas en una conversación trivial seguramente. 
Al abrir la puerta para pasar lista me llevé una sorpresa. 
Había dos mujeres jóvenes. A una la conocía, a la otra no. Una tenía 18 años, la otra estaría en sus 30. Juraría que no se conocían entre ellas pero eso no era impedimento para entablar una agradable charla durante la espera y encajar algunas risas. 
La primera en pasar, por el orden de lista, fue la mayor de ellas. Cuando se sentó en la silla de consulta, su cara cambió y sus ojos risueños dieron paso a un mar de lágrimas a punto de derramarse. No la conocía pero sospechaba que algo no iba bien. Un vistazo breve a la lista de antecedentes personales me dejaba sin pistas: es una chica que no suele acudir a consulta. De todos modos ella enseguida dejó claro el objetivo de su visita: deseaba tener cita con un psicólogo que "le arreglara la cabeza". Su tono de voz pasó de suave a enfadado, luego exigente y por último apocado, mientras exigía que el sistema le ayudara. Nos confesó que era víctima de violencia doméstica (psicológica, física e intuyo que de otro tipo) por parte de su actual pareja, que además es el padre de sus dos hijos, desde hacía años. No tenía a dónde ir. Sin ayuda de padres u otros familiares tampoco se planteaba irse de casa. La solución que ella estaba esperando de nosotros era una terapia para "arreglarla" y que no sufriera cuando su pareja la sometía a todo tipo de maltrato. El único motivo por el que había venido al centro de salud era porque él había desaparecido hacía 5 días de casa, seguramente porque estaría con otra mujer.  

Estuve un buen rato con ella aunque no quería hablar mucho. Dejé que las lágrimas se le rebosaran mientras le explicaba qué opciones tenía y qué podía obtener con ellas. Cuando se marchó no me quedó claro qué haría ahora que había dado este paso.

La siguiente paciente era la chica más joven. Su caso ya lo conocía bien. Según me había contado en la consulta anterior, con sus 18 años recién cumplidos había denunciado a su padre por maltrato físico hacia ella y su madre. Ahora él tenía una orden de alejamiento. Es una chica muy madura, buena estudiante, más bien introvertida. Ella no ha gastado ni una de sus lágrimas en la consulta. También acudió en su momento buscando ayuda psicológica para poder afrontar la situación. Era muy estresante para ella saber que su madre había perdonado a su padre, que mantenían contacto telefónico a pesar de la orden de alejamiento y que deseaban volver a estar juntos porque "su madre sin su padre no era nadie", tal como ella misma le había dicho. Tenía pesadillas todas las noches, soñaba con que su padre entraba en casa, y en su habitación, sin permiso. Esa tarde la cité solo para vernos, hablar y corroborar que en casa estaba todo en orden. Que ella estaba en orden. 

Conocía ya las herramientas disponibles para las mujeres maltratadas porque ya había tenido que usar esos recursos. Había acudido a un psicólogo. Esa tarde compartió conmigo lo contenta que estaba porque había tenido buenas notas en sus estudios "a pesar de todo". 
Cuando abandonó la consulta y cerró la puerta tras de sí tuve que hacer un descanso. Aunque sea unos minutos para poder respirar. Abrí puerta y ventana para que fluyera la corriente y se llevara el aire pesado que se había quedado allí dentro. 

Me pareció de lo más interesante que estas dos personas tan especiales, fuertes y luchadoras, hubieran acabado sentadas por fuera de mi consulta. Mostrándose, una a la otra, la fachada de protección que había creado, mientras charlaban sobre trivialidades.
Las vi tan frágiles y, a la vez, invencibles.


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El DEMA es un servicio de atención inmediata para mujeres víctimas de violencia, disponible en todas las Islas Canarias, durante las 24 horas del día, todos los días de año.

07 febrero 2021

Poniendo codos

Segundo propósito para el Año Nuevo, 2021
Estudiar duro, para mí, por el placer de estudiar.

Este mes hay un evento importante: es el 36 Congreso Nacional de la SEME (Sociedad Española de Medicina Estética) y este año se celebra, de forma extraordinaria, íntegramente virtual. Así que toca cargar baterías, buscar auriculares y ajustarse las gafas. "Un médico no deja nunca de estudiar", ya me lo advirtieron al principio. Y así ha sido entre tú y yo

Puedo decirte que después de una carrera, un MIR, una especialidad y un Máster, estudiar es parte de mi vida. Incluso ahora que soy tutora de otros médicos, tengo un estímulo mayor aún para no dejarlo. Lo que ha cambiado durante esta evolución personal es el ánimo de recibo. No es igual cuando te imponen los profesores de la universidad un objetivo de estudio al que tú no le encuentras ningún sentido, a que seas tú mismo quien marque el ritmo de estudio y las metas. Dicen que la información es poder. No. El conocimiento es poder. Por eso no pienso dejarlo. Por eso cada vez estudio más, para mí, por el gusto de saber. 
También por el placer de ser la que más controla de la sala... 
No hay que dejar de alimentar nunca el ego. Saca pecho! 😉

31 enero 2021

Soldado de invierno

 Así se despide el mes de Enero mientras seguimos avanzando en el duro invierno. 

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El primer mes del año siempre es algo trágico. Hace frío, hay poca luz. Ni la marmota quiere salir. Lo más apetecible es pasarte el día haciendo la croqueta. Pero tampoco es cuestión. Hay batallas que debemos seguir peleando para que la guerra (con el frío) no acabe con nosotros. También es época de ausencias en el trabajo: por algunos que aún tienen días libres y por otros que empiezan con la típica tos con mocos, que este año es sospecha de COVID19 (con su típica PCR que después sale negativa y como mínimo un par de días en aislamiento). Por una o por otra, son frecuentes los "ajustes" del planning, lo doblajes sorpresa y repartos de pacientes como boletos del bingo. Una sola cosa puedo decir: es el primer invierno que no empiezo el año con fiebre así que parece que las mascarillas funcionan. Eso o mi vida social está tan muerta que no la revive ni una descarga de 200 Julios. Para no cambiar de tema, me he acordado que mi cuenta de tripadvisor hace casi un año que no se toca: ni recomendaciones de restaurantes, ni críticas de hoteles, ni referencias de lugares de ocio. Perdidas todas mis estrellitas de experta en hoteles y colaboradora sénior. Ay, cómo echo de menos aquellos tiempos en que llegaba el viernes y salía del trabajo rodando una maleta, camino del aeropuerto. Ahora llega el viernes y más de lo mismo, fase 3. Con eso te digo todo.

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Habrá que suspirarlo y superarlo. Viajar y "vivir" todavía no es posible. Al menos tal y como lo recordamos de nuestra "vida anterior" (a la COVID19). Dudo que podamos o volvamos. Te has planteado que en ningún momento de nuestra Historia del Mundo los cambios nos han llevado a "volver" a un estado anterior. Siempre se ha ido hacia algo diferente. Hacia delante. Así que te digo una cosa entre tú y yo, cuando salgamos de esta, todo va a ser diferente. Seguramente el Mundo estará ahí esperándonos, pero de otra manera. Habrá que reinventarse para seguir adelante. 

26 enero 2021

¿Vamos a hablar de esto?

Me topé con este mensaje la otra noche al salir del Centro de Salud.
Apareció en una recta, en una carretera bien visible, frente a una guardería.
Me pareció tan chocante que tuve que dar la vuelta en la rotonda para pasar a verlo una vez más. Incrédula de mí. Era reciente, lo sé porque paso por ahí cada día. Ingenua de mí. La gente que vive por la zona es la que yo atiendo en mi consulta cada día.
Para el que no viva en Canarias, ha de saber que nos encontramos en un punto geográficamente estratégico que supone la clave de entrada hacia Europa. Favorecidos por un clima benévolo y unas costas accesibles, somos inevitablemente uno de esos lugares que uno podría soñar para dar el salto al continente. La triste realidad es que recientemente y cada vez más, hay un flujo constante de migrantes cuyo objetivo no es permanecer en estas islas pero que se ven forzosamente varados aquí. En nuestro entorno, abierto y generoso, siempre hemos tenido la puerta abierta al viajero. Siempre hemos sido sitio de paso. Lo dice nuestra Historia.

 ¿¡Y ahora me vienen con esto!? 

Pues me preocupé. Cuando leí ese mensaje me vinieron a la cabeza flashes del Black Live Matters (BLM) y de agresiones callejeras. Supuse que este mal sentir podía ser fruto de las malas condiciones económicas, del panorama nefasto que tenemos de frente en el que las familias hacen estragos para vivir contando euros. Supuse que sería el miedo a que alguien, sea quien fuere, pueda venir a quitarnos lo poco que nos queda. Me dije que no podía ser real, que nosotros siempre hemos sido un pueblo tolerante y simplón. Tan bueno a veces, que parecemos bobos. No puedo creer que entre tú y yo vayamos a dejar crecer la semilla del rechazo y del odio. Espero que no. Por nuestro bien. 

Cuando salí del shock arranqué el coche. Mientras, me planteaba que bien podría tratarse de algún mensaje escrito por algún inconsciente. Seguro. De camino a casa iba escuchando el programa de la radio del momento. Esa tarde la pregunta que lanzaban al público era "¿cuál había sido tu última acción solidaria?" y uno a uno se escuchaban los mensajes de los oyentes contando que habían ayudado a un tal fulano, que habían cuidado a una familia de gatitos, que habían hecho un regalo desinteresado a un tal mengano, alguien había devuelto una cartera perdida...

Así que, para cuando aparqué el coche, ya no sabía si tenía que seguir preocupada o guardar una gota de esperanza para esta gente con la que comparto un trozo de tierra en medio del océano. Espero que el tiempo me de un poquito más de fe en todo lo bueno que podemos ofrecer. 

21 enero 2021

Aventuras de ultramar

Liset, o "la Liseta" como la llamaban de niña, había abandonado Cuba hacía más de 20 años. Nunca había tenido especial nostalgia del lugar donde se había criado. Ni de aquellas personas con las que compartió años. No. La Liseta era una mujer de mirar hacia delante. Por eso se vino de Cuba y se instaló en Gran Canaria, donde trabaja de interina en casa de una señora mayor a la que cuida de lunes a sábado. Los domingos son sus únicos días libres y los pasa con su novio. Sí. La Liseta con casi 60 años tiene un novio desde hace casi 3. Ella dice que vive tranquila desde que consiguió el pasaporte español y lo que Dios le ha dado en esta vida, mucho o poco, es un regalo. Amén.

Yo la conozco desde el año pasado y a lo largo de los últimos meses nos hemos visto con relativa frecuencia. Cada vez es igual: ella acude por sus controles de salud y yo trato de animarla porque cada vez la veo más gris. El día que por fin me contó el origen de su pesar yo era todo oídos. 

Según me explicó, mucho antes de venir a España y siendo muy joven, en Cuba se casó con un muchacho conocido por su familia. Ella no le quería, pero se sentía protegida por el hecho de estar en matrimonio. Tenían un hogar y ella... era joven. Pensaba que no podía poner restricciones a su marido y lo más natural en aquel momento era permitir que tuviera su libertad. Sabía que veía a otras mujeres y a veces pasaba periodos largos fuera de casa, días enteros. La Liseta trabajaba de profesora en aquella época, en un colegio que le quedaba cerca de casa, y siempre tuvo entereza para hacer oídos sordos cuando algunos compañeros del trabajo le daban pistas sobre los hábitos nocturnos de su marido. Ella ya lo sabía. 

La Liseta no pudo tener hijos así que cuando su hermana del alma tuvo una niña, enseguida creó un vínculo muy especial con ella. Pasó mucho tiempo con la pequeña, le enseñó muchas cosas útiles para su vida. Aunque había lecciones que primero debía aprender ella. A medida que su sobrina fue creciendo, su matrimonio fue menguando. Ella sentía que su marido ya estaba cansado de ella. Tomaba más alcohol de la cuenta. Pasaba periodos más largos fuera de casa y cuando regresaba, discutían. Su sobrina fue testigo del duro proceso. 

Entonces sucedió algo inesperado. El marido de la Liseta, anegado de alcohol, acabó con el coche patas arriba en medio de la carretera en un tremendo accidente mortal. Ese fue el punto de inflexión para la Liseta y así fue cómo decidió dar un cambio a su vida. Se vino a Gran Canaria, se buscó un trabajo y un novio formal. 

Hace unos años su sobrina la llamó para que asistiera a su boda en Cuba. Había encontrado un hombre que la quería y quería hacerla feliz. La Liseta echó mano de todos sus ahorros y compró los mejores regalos que pudo encontrar. Volvió cargada de ilusión pero cuando llegó allí sintió una terrible decepción. Al conocer al futuro marido no vio sino un reflejo del suyo. La misma palabrería dulzona con la que la había engatusado a ella. Supo entonces que el matrimonio de su sobrina sería un fracaso. Desde entonces vive con la agonía de pensar que ha sido un mal ejemplo para su querida sobrina. 

El tiempo le dio la razón. 

Poco después de la boda, su sobrina se quedó embarazada: una niña. Lo perturbador del asunto es que el marido de ella iba a ser padre, con otra mujer, al mismo tiempo: un niño. La sobrina de la Liseta recogió lo que le quedaba de dignidad y se vino a España. Tuvo a la niña sola. El marido apareció después. Durante una semana estuvo soltando sus ideas de triunfador, habló de mudarse a Miami y vivir su sueño con esa otra familia. Con las mismas se marchó. Ahora es padre de 3 niños. Su única hija la tiene aquí, a un océano de distancia. 

La Liseta se puso triste cuando me contó la historia y yo ya no podía estar más enganchada. Le daría un "¡bravo!" por haber luchado por el interés de la familia y haber sabido alejar a las personas tóxicas de su camino. Pero ella se sentía culpable porque al final su sobrina había elegido un mal hombre, y ahora estaba sola, con una niña que no conocía a su padre. Le dije: "sé que esto te va a sorprender, pero todo lo que le ha pasado a tu sobrina ha sido solo decisión suya". No podemos vivir esclavos de las decisiones que toman otras personas, aunque nos parezca que repiten nuestros errores. Vivir es pasar constantemente por el ensayo-error. Hasta que sale bien. 

Le di un pañuelo a la Liseta, se seco las lágrimas.
Me dio las gracias y nos abrazamos con la mirada. 

06 enero 2021

Punto y aparte

Primer propósito para el Año Nuevo, 2021
Tomar consciencia de todo lo que ya tengo.

A lo mejor tú también has llegado ya a la misma conclusión que yo: que nuestro trabajo, nuestra pareja o el dinero que tengamos en la cuenta corriente no define quiénes somos. En ese caso también cabría pensar que las pertenencias que tenemos en casa tampoco lo hacen si bien es verdad que nos encanta recopilar un sinfín de recuerdos, como un eco del pasado que fue... ¿mejor?

En estos días que andamos guardando los adornos de Navidad en su caja, metiendo el árbol en el trastero y los regalos... ¡donde quepan! me pregunto si somos conscientes de todo lo que tenemos. Porque, si no somos capaces de acordarnos de todo lo que tenemos guardado en los cajones de casa, cómo vamos a darnos cuenta de lo valioso que tenemos entre tú y yo

Este año, que tiene la obligación moral de ser mejor que su predecesor 2020, ha comenzado para mí como una hoja en blanco. Ya no tengo proyectos académicos mayores, ya trabajo de lo que quería donde quería, mi familia está bien (a Dios, gracias). Qué más puedo pedir(me). Solo puedo estar tremendamente agradecida por estas cosas sencillas o que, al menos, hacen la vida sencilla.

Como no se me ocurre ninguna inquietud más por el momento, creo que empezaré haciendo algo de limpieza (interior y doméstica) porque siempre ayuda conocer nuestras fortalezas para darnos cuenta de lo que nos queda por andar y aprender. Y allá iré. A lo desconocido, a lo oscuro, a los miedos.  

Feliz semana, feliz vuelta a la normalidad, feliz año.

15 diciembre 2020

Entre amigas

Aunque Olivia tenía 2 hermanas prefería contarle todo a su mejor amiga. 
Y ese mensaje que su novio le había escrito tenía que enseñárselo sin falta.
Así las encontré a ambas al llegar al centro: sentadas en el bordillo de la acera, muy juntas. Estaban mirando el móvil cuando me bajé del coche. Tuve que poner orden a todo el jaleo de bolsas que llevaba en el maletero y en aquel momento pude escuchar lo que compartían. 

- Mira lo que me pone… - decía Olivia.
- A ver - su amiga ponía toda su atención, arrimándose un poco más.
- Dice “nena, estábamos bien juntos pero ahora me siento un poco agobiado con todo esto” y pone “es mejor que no nos veamos más, pa darnos un tiempo” y “tengo que pensar”. ¿¡Cómo te quedas!? Yo flipo... en serio.
- Eso es una chorrada, ¿un tiempo para qué? Seguro que está con otra.
- Qué dices. - Olivia no quería creerlo.
- Cuando se ponen así es que está con otra.
- No lo veo. Está así desde que lo echaron del trabajo, lleva un tiempo más raro… pero todas las parejas tienen fases, tía. - Olivia negaba en rotundo.
- Ya, pero lo que no se encuentra en casa se busca fuera.
- A ver yo lo reconozco, que también tengo lo mío: todo el día trabajando en el centro, cuando llego a casa estoy reventada y encima tengo que cuidar del niño que tiene 5 años y no para… cuando llego al sillón, lo único que quiero es tomarme el tranquilizante y acostarme a dormir. - suspiraba en profundo, como de alivio.
- Tía, destrábate. No es culpa tuya, el que se lo pierde es él.
- Tú qué dices: ¿Lo llamo? - Olivia buscaba a la desesperada alguna idea.
- No.
- ¿Le mando un audio? - estaba desesperada.
- No, déjalo así… Si está con otra, que le aproveche. Si no, deja de agobiarlo y que se lo piense bien. Tú vales mil, ese no estaba pa ti.
- ¿Pero qué le pongo? - muy desesperada.
- Trae para acá…
- Ay, gracias tía.

Cerré el maletero, cargada de bolsas, y di al botoncito del mando que cerraba el coche mientras caminaba por la acera camino de la puerta del Centro de Salud. La verdad es que me quedé pensando después en qué respuesta se le habría ocurrido a aquella amiga para el que, intuyo, ya era otro desdichado ex-novio más. 

Con todo, me gustó pensar que, a pesar de todo lo que ha agitado este año 2020, el Mundo sigue siendo el Mundo gracias al corazón, que lo hace girar siempre. El que da Amor lo recibe de vuelta. Aunque no siempre de la misma persona. 


¡Feliz semana!

09 diciembre 2020

Cien postales

Fran dio con la caja de postales de los abuelos haciendo limpieza. 
Estaba vaciando unos cajones llenos de adornos de navidad y allí, detrás del tensiómetro, encontró la lata donde guardaba las postales de los abuelos. Desde que era niño recuerda cómo su abuelo, que trabajaba en Correos, se encargaba de que le llegara una postal de Navidad. No porque vivieran lejos, sino por la ilusión de Fran al recibir correspondencia. La postal llegaba siempre la semana de Navidad. Algunos años tenía música y luces, otras una acuarela famosa. Un año llegó una con la receta del bizcocho de la abuela. 

Su madre decía que era una tradición ridícula y que más valía que la ayudaran a pagar los materiales del colegio o el uniforme. Lo de verse solo un par de veces al año con sus padres nunca llegó a superarlo y por eso tenían una relación tan vacía. Fran, sin embargo, adoraba a sus abuelos y los relacionaba con la Navidad. Cada encuentro era especial, esas postales eran un granito de cariño, sellado y certificado. Su madre las hubiese tirado pero él siempre se resistió a hacerlo. Las guardaba en esa lata grande y oxidada de chocolates Cadbury. 

El año pasado, cuando las postales dejaron de llegar, Fran ni se dio cuenta. Estaba estudiando 1º de Medicina en Salamanca y no volvió a casa por Navidad. Prefirió quedarse allí… estudiando. En realidad, todo fue porque había conocido a la guapa Ana en la facultad y ella enseguida le había invitado a pasar la fiesta señalada en la casa de sus padres. Partieron juntos el fin de año universitario y después siguieron celebrando muchos más momentos entre los dos. 

Los abuelos de Fran tuvieron un accidente de tráfico en 2019 y por eso dejaron de llegar las cartas. Su madre no se lo había contado entonces porque sabía que se preocuparía y podía desconcentrarse de sus estudios. Justo ahora, cuando iba por el buen camino. Meses más tarde, cuando su madre le explicó lo que había ocurrido a Fran, él no supo si sería capaz de perdonárselo. 

Estos días de fiesta, Fran vuelve a sacar el árbol de Navidad en su escueto piso de estudiante en Salamanca. Tiene pinta de que lo va a tener complicado para regresar a casa este año. Tampoco sabe bien qué le espera cuando se reencuentre con su madre, si será otra vez el vacío. Así que se aferra a la lata oxidada y pasea la vista y las lágrimas por sus postales. 

Mientras tanto, su madre sentada en su cocina de Las Palmas, arrepentida, se enfrenta a una postal de Navidad que esta vez no piensa dejar vacía. Una o cien… ¡las que hagan falta!


02 diciembre 2020

Entre sus brazos

El mayor sueño de Delia se vino a cumplir este año 2020. 
Al fin su hijo Jorge había sido padre. Después de un parto casi tan largo como una vida, había llegado al mundo una niñita pequeña y pecosa a la que llamaron Lucía. Desde ese momento el corazón de Delia le pertenecía. 

Suspiraba cada día por verla crecer, poder comprarle ropa y juguetes. Que no le falte de nada. Cada día mira sus fotos preguntándose si no es la cosa más bonita que haya visto. Está enamorada de esa niña tan preciosa. Y a la vez se acordaba tanto de cuando ella misma había sido madre y había fantaseado con tener una niña. Pero el destino quiso que tuviera solo a Jorge como único fruto de un matrimonio roto. Él los había abandonado un triste mes de diciembre. 

Por suerte, su hijo Jorge no había salido a su padre. Creció feliz, era un niño muy estudioso y cuando hubo que elegir carrera, eligió la psicología. Siempre fue muy divertido, de esa clase de persona que sabe mostrarte la luz cuando estás perdido. A Delia siempre la ayudó poder contar con él. Pero un buen día, arrastró una maleta hasta la puerta diciendo que “salía a buscar su futuro”. Nunca prometió que volvería. Luego conoció a su mujer en Hamburgo: una chica alemana tan graciosa y abierta como él. 

Ahí es donde viven, ahora junto a la pequeña Lucía. Luz de sus vidas. 

Después de todo, Delia lamenta que su nieta haya nacido este año. Ella vive en la calle que hay detrás de este Centro de Salud, a un paso de la farmacia. Con todo esto del COVID aún no ha podido ir a visitar a su hijo a Alemania porque, además, es paciente de riesgo. Así que no hay día que no se asome a la ventana esperando volver a ver aviones pasar o imágenes de aeropuertos otra vez llenos de vida en las noticias. 

Delia tiene ya varias bolsas de regalo guardadas, la maleta en la puerta y el alma en vilo, esperando. Todo para cuando se puedan volver a ver y pueda, por fin, tener a la pequeña Lucía entre sus brazos.

15 noviembre 2020

Un café desparramado

Así resumiría este fatídico año 2020, con mi último café: amargo y desparramado. 

En las fechas que rondamos se respira un aire entre seco y extraño. Por una parte se siente esta pesadez calmosa que dejó tras de sí la segunda ola de COVID19 que tuvimos en verano y, por otra, la agitación de unas navidades apresuradas que se anticipan a la vuelta de la esquina por miedo a un nuevo confinamiento. No hay forma de encontrar el equilibrio y eso me pone de mal humor. 

No se puede ir muy lejos y cuando vas por la calle ves demasiadas persianas echadas y carteles de "cerrado" que conlleva que la gente se deprima y acabe amontonada en los mismos sitios de siempre: los centros comerciales. Justo lo que hay que evitar. Ante esto, y para llevar la contraria como siempre, he optado por echarme a la calle a descubrir. Manos a los bolsillos y ojos abiertos. 

Para mi dicha, mi búsqueda ha dado resultado. 

Resulta que el otro día, con la poca batería que me quedaba en el móvil, localicé una de esas cafeterías -superviviente, de las que aún quedan abiertas por la zona centro y elegí sentarme exactamente en la misma mesa desde donde estoy escribiéndote estas palabras. Te encantaría. Lo sé porque a mí me encanta. 

Parece una broma de esta ciudad que sigue haciéndome guiños para que me quede para siempre. Ahí, a un paso de la playa hay un local tan poco común y tan pintoresco que parece sacado del mismo París. Con sus cómodos sillones estampados que no pegan ni con cola, sus sillas de madera, sus cuadros clásicos, un par de lámparas de araña y un hilo musical con notas suaves, lejanas. Ideal para mis pensamientos, para esos días en los que no soy médico, ni hija, ni pareja ni amiga. No hay nadie más, solo yo. Lo más irónico es que es el sitio perfecto para mi café porque se trata de La Cafetera.

Se podría decir que este rincón me salvó. Me rescató cuando estaba a punto de caer en el vacío oscuro de ese ronroneo mental absurdo que no va a ninguna parte y además evitó que muriera de hambre.

Ojalá pronto podamos subirnos a un avión y volar lejos, pero por ahora nos toca hacerlo con los ojos cerrados. Cuídate, busca el rincón para tus pensamientos y bébetelos.