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21 marzo 2021

Secretos bien guardados

Muchos cambios. Estamos en un momento de máxima creatividad. Ahora que pasamos más tiempo dentro de casa se hace inevitable mirar las 4 paredes que nos contienen. A mí personalmente me encanta la decoración, disfruto mucho con los detalles. Unas flores aquí, una cortina más grande, una vela de vainilla. No solo me entretiene sino que me da paz mental y espiritual. Con algunos cambios la casa se siente más despejada y se nota porque hasta el aire fluye de manera más fácil. 

No solo yo ando haciendo cambios, mis padres también se han apuntado a las reformas. Ahora mismo están en medio de la renovación de la cocina. Ya era hora después de casi 35 años. Y ahí fue nuestro último descubrimiento. Resulta que al quitar los viejos azulejos de la cocina encontraron este grabado tan artístico en el cemento.

Quién sería. Por qué lo haría. En qué momento decidiría quien fuera poner el 💘 ahí durante la construcción del edificio. Lo grabaría para sí o con la finalidad de que alguien lo encontrara, como nosotros ahora. Tantas dudas por resolver que quedarán entre tú y yo, en el misterio.

Me gusta esta imagen. Porque por sí sola cuenta una historia. Una cosa te digo: para mí esto demuestra que el Amor puede estar en cualquier parte. Donde menos te lo esperas. 


¡Feliz y romántica semana!

08 octubre 2012

Descifrando las profundidades de tu silencio

Con mi amigo Astérix, Pza María Pita - A Coruña


Créeme, a veces el silencio apetece.
Otras es necesario; muchas, sólo estorba.
¿Por qué si no tenemos boca? 

Ni señales de humo ni código morse; 
sólo un esfuerzo y llegan las palabras.
¿Por qué si no aprendemos a usarlas?

Unas letras de nada en un grupo de palabras, 
y estas a su vez en estrofas adornadas.
¿Por qué si no íbamos a estructurarlas?

Porque el silencio ni se pinta ni se comenta.
Pero si se ha de pintar que sea con colores; 
y si se ha de contar que sea entre tú y yo.


29 junio 2012

Panteón

Por cierto, el Taj Mahaj me parece precioso
Si no, mausoleo es lo que se está haciendo mi vecino de al lado. Porque no hay otra forma de llamarlo. Bueno, sí que hay otra manera, y es: "como rebajes un centímetro más la pared, te va a caer una denuncia". 
Todo empezó una agradable noche (sí, noche) de un viernes (sí, viernes) del pasado Mayo. Estábamos viendo una película en el salón. Estaba acabándose, así que tendrían que ser alrededor de las 11 de la noche. Entonces, empezaron los golpes en la casa de al lado. ¡Pum, pum, pum! Así empezaron y así continuaron al día siguiente; y al otro; y al otro. Al principio fueron fuertes. Tanto que, las figuras empezaron a caerse de los muebles por la vibración de la pared. Mi madre fue a hablar con él, o en este caso con los obreros porque por allí no había ni rastro del propietario. Él había cogido sus cosas y se había mudado a Acapulco (yo qué sé...) porque le molestaba el ruido. Esa fue la primera vez que mi madre se quejó. Esa misma tarde pasó por nuestra casa el propietario quien, por miedo a que llamáramos a los del Seguro amablemente, se ofreció a compensarnos económicamente por los desperfectos.
 
Mi madre empezó a tener más dolores de cabeza. Mi padre se propició unos cuantos viajes cabreado a la casa del vecino en diferentes ocasiones. Yo hacía todo lo posible por estar fuera de casa, cosa que no era difícil porque, estando en medio de exámenes, prácticamente vivía en la biblioteca. Ellos trabajaban a conciencia mañanas y tardes, sábados desde las 8 am y domingos desde las 9 am. Obviamente no se oían martillazos cuando había partidos de España (¡gracias Eurocopa!). 
 
La última vez que mi padre estuvo al lado, nos contó que el Señor D.L. había lijado toda la pared quitando el dibujo que tenía originalmente y había eliminado una pared para conectar el salón con el balcón. Luego había puesto el zócalo nuevo desde las habitaciones de atrás, por todo el pasillo y las estancias ampliadas. Cambió las puertas pero no se conformó con quitar las viejas y poner unas nuevas sino que modificó la estructura del marco también. Entre tú y yo: panteón. 
 
Esta semana terminaron las obras; un mes después. 
Ahora toca empezar a poner los cuadros nuevos (mierda, mierda, mierda).         
 

25 junio 2012

Con zapatillas de ballet


Me encanta cuando mis hermanas acaban el curso y hacen una limpieza de todo lo que no quieren. Siempre hay algo que se puede aprovechar; se puede rescatar un osito, una camiseta o en este caso un maniquí de boceto viejo. Es divertido ver como -cuando mi mente está liberada, deja fluir a la imaginación uniendo piezas arbitrarias para crear. Unas acuarelas usadas, un trozo de tela roto y una cinta en manos deseosas de expresión pueden acabar en esto que ves. Igualmente podría decirse sobre este boom de escribiente entre tú y yo. Como le dije a mi amigo C. trato de compensar ese mes que estuve con exámenes (en la biblioteca all day, everyday) y que no podía ni teclear 'socorro'. Podría denominarse el efecto "Caja de Pandora" (pero sin pulsera cara). 
La orquídea es de plástico, ¿a que parece de verdad?

Sí, no puedo ocultarlo... soy una sentimental. No me gusta tirar los viejos trastos, aunque sean viejos y sean trastos. De ahí que mi cuarto se parezca a un museo de antigüedades, muy al estilo British Museum con momias y ácaros polvo incluidos. Lo de las momias lo digo en serio. Deb tiene un secreto guardado en una caja sobre el armario (uh-uh-UH!). Estoy contenta con el resultado de mi inventiva. Aunque nunca haya hecho gimnasia rítmica en mi vida, como sí hicieron el resto de mis compañeras del colegio; ni haya visto nunca una actuación de ballet; ni me guste mucho el color rosa. Será porque ahora hay una pieza única más en mi mundo. O tal vez porque me salí con la mía y rescaté otro trasto más que ahora adorna mi mesa. Sí, no tengo remedio...

¡Feliz Lunes!

14 noviembre 2011

¿Qué llevas puesto hoy?

A veces, ponerte lo primero que encuentras no es recomendable. 
Aunque tengas mucha prisa. Aunque todavía puedan verse en tu cara las marcas de la almohada.

Puedes pillar una mala combinación, sobre todo después de 4 días con todo patas arriba y cubierta por mugre de estudiante de medicina. Desastre si tienes que combinar los calcetines de pijama con unos zapatos nuevos. No importa. Te das la vuelta y coges una rebeca. Era esto o el traje negro de fiesta del fin de semana. Miras al frente y tu reflejo te recuerda que te quites el coletero del pelo. Catástrofe total, aquello no tiene forma ni modo. Miras abajo y te das cuenta de que la camiseta dice Gran Canaria, tiene el dibujo de tres perros y lleva manchas de pintura. Maquillaje, ¿y para qué? ni intento buscarlo pero sí que rebusco en el cajón un par de gafas tan oscuras que sean negras. Peor si además tienes una hermana que está encantada de tener la cámara a mano en momentos así. Qué menos que echarle una pose a la vida y... ¡vamos, que llegamos tarde! Con tan mala suerte que, cuando sales por la puerta de tu casa te tropiezas con la vecina del primero que hace tiempo que no ves y te echa un repaso visual para ver qué tal te trata la vida (Pues, bueno... ya ves). Contienes la risa. Miras a tus hermanas y ves que ellas también contienen la risa. Salimos del edificio y nos cruzamos con unos obreros. Corro hacia el coche; lo abro; entro; ya estoy a salvo. 

Entre tú y yo, esto era lo que llevaba puesto hoy. Normalmente no soy tan hippie ni uso camisetas de guiris ni me creo que los lunes puedes llegar a tiempo pero hoy me quedé dormida...

No dejes que te pase a ti,
¡feliz Lunes!