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Picadilly Circus, London 2010 |
La RAE dice que admirar significa "ver, contemplar o considerar con estima o agrado
especiales a alguien o algo que llaman la atención por cualidades
juzgadas como extraordinarias".
Así que, aplicando este simple concepto, tomamos como punto de partida que no vale decir que admiras a tus padres. Porque todos sabemos que los quieres porque te soportan quieren y te puede parecer que lo que hacen por ti sea genial, pero yo aún no he visto ningunos padres expuestos en un museo o una galería. Extraordinario es sinónimo de inusual, insólito, singular y de todo lo que se salga del ordinario. Lo que nuestros padres hacen por nosotros no es nada raro, de hecho todos hacen más o menos lo mismo, seguramente por un puñado de proteínas codificadas genéticamente por alguna endiablada pareja de cromosomas. Por las mismas tampoco sería viable admirar al Sol, las estrellas o la Luna a menos que te parezcan de una belleza superior. Pero no sé por qué, me da en la nariz que después de ver el mismo panorama día, tras noche, tras día, tras noche, tras día... terminas tomándolos como algo pobremente atribuído. Tampoco podemos guardar todas nuestras admiradas de admiración para la gente que está muerta. Sé que esa palabra puede dañar la sensibilidad de algunas personas, pero es que sí, las grandes obras de la Historia, que son dignas de que las remires, están firmadas por la mano de gente que con alta probabilidad, están fallecidos (mires como lo mires, están bajo tierra vaya). Sería un derroche de energía que se va a perder en el infinito del universo porque a nadie le importa lo más mínimo si una estatua en Florencia, seguramente cubierta de polvo centenario, te parece sublime. Por tanto, hacia dónde enfocar la mirada si no es a los padres, a la naturaleza ni a las reliquias remanentes de los muertos no vivos. No lo sé; dímelo tú.
Yo me levanto cada mañana y antes de llegar a la biblioteca a las 08:00 am (valeeee, a las 08:13) ya he encontrado miles de motivos de admiración. Porque una definición no me quita el sueño, y si no es extraordinario lo que ocurre cada día es porque no te has parado a admirar bien el Mundo que hay entre tú y yo. Al fin y al cabo nuestro abuelo el latín, nos dice que "se admira una selección de lo que se ve y se para uno a mirar aquello que le llama la atención" ya sea considerado extraordinario o no.