12 julio 2012

Mis series de Verano

Cada Verano hago un "pito-pito" para elegir una serie a la que engancharme durante las semanas que tengo libres. Tras la clausura de la temporada correspondiente de Anatomía de Grey, voy en busca de algo nuevo con que hacer tiempo hasta Septiembre. Por lo general son series de las que no he visto ningún capítulo, que me hayan recomendado o no y que cuentan con considerables temporadas. 

Cuando era pequeña veía lo que ponían en la televisión: Los Vigilantes de la Playa o La Doctora Quinn. Con esto de Internet se acabó la tiranía del mando a distancia. Hace un par de años me iba el glamour y me empapé Sexo en Nueva York de principio a fin. Fue una importante dosis de sexo pero fue soportable; de hecho me encantó y esto hizo que me gustaran más las películas, secuelas de la historia. El verano pasado me dio por indagar en temas legales y acabé con The Good Wife aunque no fue para nada un final, sino el principio de una bonita y sana adicción por los abogados, los hombres con corbata y los pleitos.
Amigos, sin duda [SCRUBS] es la serie de este Verano: otra de médicos para variar. No había oído hablar de ella antes, me la recomendó mi amiga Z. y tiene 8 temporadas hasta donde me alcanza la vista. La empecé a ver y me enganchó desde el primer capítulo. ¡Hecho! Ahora me encuentro a mitad de camino en la historia de estos entrañables y carismáticos personajes que me han propiciado algunas de las mejores carcajadas del Verano y ¡qué demonios! del año entero. Porque lo que es divertido, no necesita tener lógica para que te haga reír. Que transcurra en un hospital, no es más que un mero hecho de emplazamiento. Esta podía haber sido la historia de cualquier novato en cualquier otra situación. Y entre tú y yo, es esa ingenuidad y falta de experiencia con la que tan bien me identifico porque después de tantos años de estudio, sigo sin tener ni idea. Qué quieres... estudio Medicina.

Besando marionetas

Útimamente se ha superdesarrollado mi capacidad onírica. Supongo que la ausencia del condicionante negativo del estrés por los exámenes y el hecho de disponder de más horas de sueño han sido determinantes. El caso es que curiosamente mis sueños se han aclarado, por llamarlo de alguna manera. Qué decir si no, de mis sueños acerca de personas que conozco  (con nombres y todo) o de hechos concretos de mi situación actual o de revelaciones de sentimientos que no sabía que tenía o retratos exactos de lugares de mi pasado. Aún así hay espacio para el disparate. No es por echarme rosas, pero creo que mis sueños son una pasada. La otra noche vi aterrizar aviones en la estación de guaguas (bus), hice la compra en un supermercado donde sólo había pizzas de 2 metros y tuve una cita con una marioneta. Qué quieres que te diga, así es un lujo irse a dormir. Y, entre tú y yo, lo mío nunca fue besar ranas, a mí no me va lo normal.   

¡¿Hay un psicoanalista en la sala!? 


11 julio 2012

Mm, la familia...

Por favor, vean las películas de El Padrino antes de que desate la ira del kraken y vaya a por todos los que se están perdiendo una de las mejores películas de la Historia del Cine.
Tranquilos, hoy no voy a poner familia y El Padrino en una misma frase aunque quisiera. Porque para mí la familia es muy importante aunque a veces me dan ganas de estrangular a alguien sin preocuparme de que parezca un accidente.
Las amistades vienen y van, así como el amor. Pero la familia es la que es. La quieres porque sí. Uno no puede ponerse en contra de su familia. Siempre tendrán esa posición de ventaja; les permitirás que te llamen para preguntar si pueden tomarse tal o cual pastilla; para contarte que se han comprado un juego de toallas nuevo; vendrán a tu casa sin aviso; usarán tus cosas sin permiso; te mimarán en extremo o pasarán de tí ampliamente; les permitirás los favoritismos; te harán regalos inútiles y después de 5 años, aún te preguntarán en qué curso de Medicina estás. Sí, la familia provoca sentimientos complicados; de amor y odio. Pero tú no te preocupes porque, aunque entre tú y yo no haya parentesco, yo siempre te querré; porque el amor para mis lectores es inagotable.   

¡Feliz Miércoles!

10 julio 2012

La vuelta al Mundo

Hay aspectos serios y no serios en nuestra personalidad. 
O unas cosas que cambian y otras que no lo hacen. 
Hay quien es cabezota y con el tiempo se doblega (o lo adiestran), a otros nunca le gustó la música clásica. Hay quien nació soltero y vivió feliz junto a nadie comiéndose todas las perdices; y hay a quien le va el deporte de riesgo (y por eso se casa). No podemos evitar que el Mundo cambie y que nosotros también lo hagamos. Sin embargo nos reconocemos a lo largo del tiempo dentro del mismo cuerpo que nunca es el mismo, por querer creer que nuestra persona una vez forjada (durante la adolescencia, o más tarde en el caso de los hombres) se mantiene igual para siempre. No. Todo el mundo cambia. Aunque hay cosas que nunca cambian. ¿Tú lo entiendes? Yo tampoco. 

El otro día mi hermana estaba hojeando un libro: "Los 501 lugares que no puedes dejar de visitar". Yo, como toda buena estudiante de Medicina -competitiva sin límites; la reté a que me hiciera preguntas a medida que fuera pasando las páginas. Lo que empezó como una idea boba pasó a ser una idea divertidísima. Mi hermana se motivaba buscando preguntas de los 5 continentes y algún que otro océano y yo, me machacaba los sesos buscando entre la papilla el lugar donde había dejado todo mi conocimiento previo a la Medicina. Nunca hay que escatimar en culturilla. Poder seguir aprendiendo más cada día es uno de los mejores regalos que nos da la Vida. Nombres de capitales, reyes o castillos, cuál es el edificio más alto del mundo, los lagos más grandes de Estados Unidos, por dónde se extiende la Gran Muralla China, cómo es la bandera de Nueva Zelanda, por qué es famoso el Mar Muerto, el idioma oficial en Túnez... dos palabritas mágicas y a Deb se le activa el botón secreto de los sueños. Y entonces recuerdo que me encantan los viajes porque son experiencias apasionantes y que, si pudiera dar la vuelta al Mundo, no me lo pensaría dos veces. Supongo que los sueños entre tú y yo siempre nos acompañan ajenos al resto de cosas de nuestra vida, impertérritos, atemporales. Ahí están, hasta el día en que te atrevas a perseguirlos y convertirlos en tu realidad. 

Las dos palabras mágicas son ¡Buen Viaje!       

¡Achús!

 



 
 
Te preguntarás qué clase de pesona tonta pilla un resfriado en pleno verano. Pues yo. Y ya llevo cinco días con pastillas. Cuidado, que no vuelen gérmenes entre tú y yo, no quiero convertirme en el nuevo origen de alguna cepa mutante.