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29 junio 2012

¿Cómo no ser romántica?


Cómo no serlo cuando vives rodeada de románticos e idealistas.
Me considero afortunada. Vivo rodeada de historias de amor; unas buenas, otras de espera, otras no tan buenas. No soy quién para contar aquí la historia de nadie, salvo la mía propia. Y es lo que hago a cada entrada de blog que escribo. Aquí entre tú y yo atesoro con recelo, palabras tiernas con aroma de vainilla. Pero esto no es nada nuevo. Hoy me parece excitante darme cuenta de que vivo rodeada de románticos que han encontrado a su media naranja, hace 25 años o hace 6 meses; que la han encontrado y ahora comparten su amor con sus naranjitos; que la siguen buscando; que siguen yendo a la misma cafetería sólo por estar cerca de ella; que están dispuestos a seguir esperándola lo necesario; que saben que su oportunidad pasó y aún así estar juntos a medias es mejor que no estarlo; que si tienen que comprar un anillo, lo compran; que imaginan cartas de amor y tienen el valor de escribirlas; que recomponen su corazón hecho trizas y éste vuelve a latir; que aún en la madurez se sonrojan al verse hablando con una mujer en un balcón. Mi padre dice que en estos días, la gente usa la palabra Amor muy fácilmente. Yo creo que no se usa lo suficiente. Él dice que es difícil reconocerlo y yo lo veo a mi alrededor constantemente. Es precioso e inspirador. 

Hoy enamórate como yo, del Amor.

Campamento de verano

No. No tengo pensado trasladarme al monte y menos con este calor asqueroso. Porque las acampadas nunca fueron lo mío y porque... ¿allá arriba hay wifi?
El campamento para Deb se limita a la casa. Con tres hijas, mi madre no puede tolerar que no nos convirtamos en mujeres de provecho mientras ella viva. Sí, mi madre es de la vieja escuela. Con el cambio de los tiempos se ha ido adaptando así que ahora simplemente se defiende diciendo "nunca está de más que sepas...". Sigue la frase con cocinar, planchar, limpiar, fregar, barrer, poner la lavadora... lo que quieras. Desde el primer día de vacaciones nos mete caña. Y además aprovecha tanta ayuda para hacer las tareas más pesadas como cambiar las fundas de los sillones, reorganizar altillos, lavar toda la ropa de cama y demás.

Lo que más me gusta es el momento cocina. Me engatusa para preparar un plato que me gusta y mientras vigilo que no se chamusque al fuego me inquiere preguntas del tipo:
   - "¿tú cómo lo preparas?" o "¿tú qué le echas?";
   - yo respondo con un "yo que sé, ¿orégano?".
   - Entonces ella dice "no no, mejor perejil".
   - Yo digo "pero es que a mí me gusta con orégano".
   - Ella sentencia "ya, pero es que eso lleva perejil".
Astutamente termino haciendo mi plato a su gusto. Pero ya estoy acostumbrada a transigir. Entre ella y yo es mejor así; menos bronca para mí y platos mejor sazonados para ella. Recuerdo que la quiero y la hago feliz haciéndola creer que estoy procesando lo que me cuenta aunque en el fondo, me da un poco igual el orégano y el perejil. Es que mi madre... requiere mucha atención y energías. Obviamente, no todo el monte iba a ser orégano. 

¡Feliz Viernes!

23 junio 2012

El amor

... es algo sencillo. Se quiere o no se quiere.
Luego llegan las personas y lo complican todo. 

21 junio 2012

Mi propio agujero negro

Una vez me dijo mi amigo K. que yo tenía mi propio agujero negro, que cada vez iba atrapando a más gente.
La razón por la que dijo esto es sencilla: porque hay muchas personas que me caen mal. No suele ser así desde el principio; salvo por algunas excepciones que, sin tener motivo me llevan al rechazo. ¿Instinto? ¿Impertinente? ¿Prejuicos? Vale, lo que sea. El caso es que cuando esto ocurre, hago lo que yo llamo "pasar página". Me gusta bastante, le llegué a coger el truco rápidamente y hubo incluso una época de mi vida que era un continuo pasa-páginas. Esto no es natural. O sí. Porque según las leyes físicas de los agujeros negros, lo habitual es absorber materia (véase personas). Muy pocas veces he ido al rescate de alguien que se había perdido en las profundidades de mi agujero negro. Tengo poca paciencia, qué te digo. Y la poca que tengo, la alargo para llegar al máximo rendimiento en aquello que realmente merece la pena. Por eso es que a mí no me valen palabritas entre tú y yo como "podemos quedar como amigos" o "vamos a darnos un tiempo" o "no puedo darte lo que necesitas". Tampoco soporto la falsa modestia "ay, llevaba el examen fatal pero al final aprobé (nota=9'8)". Me resulta fácil desprenderme de la gente con la que no me siento cómoda o a la que no trago

¿Mecanismo de defensa? Ya te digo... y de ahorrar tiempo y energía cósmica.
Deb's own Black Hole

El hombre exigente y el in-exigente

La marcada dicotomía entre el hombre algo mayor y el hombre un poco joven se demuestra porque...  
El hombre exigente introduce una pregunta: "espera, responde a esto".
El hombre inexigente, pregunta: "entonces, ¿quedamos?".
Supongo que sabes identificar al mayor y al joven. No es difícil. En  ambas situaciones me he encontrado a lo largo de mi soltería voluntaria. Si te preguntas por los de mi misma edad te diré que, tras muchos años de cercana observación, me he convencido de que la generación del 89 no funciona correctamente, viene con algunas taras de serie. Bien sé yo de eso, hay cada elemento suelto por esos mundos... Eliminando a la generación alfa de la ecuación, nos quedan los jóvenes y los mayores. Y yo, a mitad de camino entre los dos, sin descartar a ninguno, me contento sabiendo que puedo ir en ambos sentidos del eje cronológico y encontrar un final satisfactorio en cada uno. 
Hasta que conoces al hombre en cuestión. Y te suelta una frase cualquiera de las de arriba; que les gratifica con un viaje al archivo de "contigo no, bicho, ¿cómo te lo digo?".
El problema no son ellos, soy yo. Porque a medida que se alejan de un rango de edad cercano al mío, las diferencias en madurez, objetivos y métodos se hacen más evidentes. No quiero una noche de grititos y risitas mientras se hace botellón (ya tuve esa época, jajaja) pero tampoco quiero hablar de nada que implique seriedad (=panico al compromiso). Una amiga me preguntaba el otro día "¿y qué es lo que quieres tú?". Entre ella y yo quedó un sincero "es que no lo sé...".
 

11 mayo 2012

¿Cuál es tu etiqueta?

     Es un mal vicio ponerle etiquetas a las personas. 
     Por desgracia es un vicio que acostumbro hacer entre tú y yo

Últimamente me he dado cuenta de que, al encontrarme con alguien de mi pasado enseguida me viene a la cabeza un breve resumen -un flash, de cómo esa persona ha influido en mi vida. Lo que más me llama la atención es que, lo que recuerdo son, en su mayoría, las cosas malas. Eso que dicen (incluso yo misma) de que los pequeños momentos son los que cuentan, es pura mentira porque si en algún momento la cagaste, al fin y al cabo, la cagaste. Y es más fácil de recordar esto que mil pequeños momentos porque es más notable y menos numeroso. No son prejuicios pues no se prejuzga algo que se conoce.

Lo peor de todo es que estoy segura de que ellos, al igual que yo, van por el mundo repartiendo etiquetas. Me pregunto si ellos serán más benévolos que yo y si recordarán lo bueno que he hecho o se limitarán a emitir su veredicto. Me pregunto qué etiqueta llevaré yo.

Ay amigo, qué va a ser de mí...

06 mayo 2012

Para mi Madre

 
Si hay una persona opuesta a mí, esa es mi madre.

Alguien que elige negro cuando yo pienso en blanco,
que sabe qué es bueno aunque yo crea que es malo.
Alguien que ve los peligros antes de estar yo insegura,
esa es mi madre, sin duda.

Alguien que afirma con ¡sí! lo que yo -sin pensar- niego,
que me compra la ropa algo grande por si sigo creciendo.
Alguien que sabe que voy a caer antes de ver el tropiezo,
esa es mi madre, en serio.

Y como mi madre es única y la quiero le perdono,
que me obligue a doblar la ropa y a limpiar el polvo,
a recoger el baño un domingo tras otro,
a lavarme los dientes antes de ver la tele,
y usar desodorante al día como cien veces.



Y tiene razón porque a veces hago oídos sordos,
porque si seguro ves mi cuarto gritas ¡socorro!
porque al llegar a casa lo pongo a lavar todo,
y colapso la lavadora con mis camisas,
trajes, faldas y fulares; encima con prisa.

Si hay una persona estupenda, esa es mi madre.

Porque siempre vuelve con chocolate de la compra,
ya sea lunes o domingo ella sabe estar estilosa.
Porque es paciente, tolerante, inteligente y eficiente,
se enfada lo justo y en seguida está sonriente
Porque es adivina, consejera, amiga y profesora, 
¡a todas horas! Y nunca falla
con la ropa, la comida, el trabajo o la tecnología,
por todo esto te decimos ¡Felicidades en tu día!


01 mayo 2012

Me quito el sombrero...


...aunque normalmente no llevo, ante lo que está bien hecho.

Los que me conocen seguramente me habrán oído hablar en más de una ocasión de este tema. Por escasez de tiempo, sólo sigo dos series: Anatomía de Grey y The Good Wife. No es un secreto que me gusta el rollo médico; soy fan de Anatomía de Grey desde hace años (y no me metí en Medicina por eso, que conste). Pero lo que sí es una sorpresa reciente es que me enganche tanto el rollo legal; y no hablo del trillado CSI o A*** McB*** (mejor no mencionar nombres) sino de algo más nuevo: The Good Wife, una serie de 2009 que con cada capítulo he llegado a querer (por no decir adorar) y a considerar, entre tú y yo, impecable así como inteligente. A diferencia de otras series, no sólo es divertida, entretenida y no falta de culebrón sino además tiene ese toque profesional (tal vez el sex-appeal de ciertos abogados, ya que estamos...) y serio. A lo mejor es sólo mi pasado oscuro que me recuerda con cada capítulo aquella época mejor en la que mi sueño era ser abogada. Aún así te recomiendo que, si no la conoces, le des una oportunidad. 
¡Feliz día!

11 abril 2012

Mis 10 últimas

Me encanta el cine. 

Es un pasatiempo que comparto con mi familia y ellos, al igual que yo, se han acostumbrado a esperar con ganas las tardes de películas. A menudo me pregunto por qué no creo un blog con críticas de las películas que veo porque redondeando una cifra... ¡he visto miles! Sé que mi opinión no es más que eso, un comentario subjetivo; y no conozco todos los tecnicismos que tal vez se requieran pero yo también leo acerca de las películas antes de verlas y cualquier experiencia personal me resulta útil, me da una idea de qué esperar. ¿Prejuicios? Ya te digo. Pero entre tú y yo, parte de la diversión es echar por tierra la excelente valoración de los otros cuando algo es detestable y otras veces en cambio, descubrir que te emocionas con una historia que está lejos de ser considerada buena.
  
Así que, aquí van las 10 últimas películas que he visto: 

  1. Todos los días de mi vida (2012): Tal vez un poco predecible a pesar de estar basada en hechos reales. Ella -Rachel McAdams- es una de mis actrices favoritas aunque va camino de encasillarse en mi historial particular como "la que siempre sufre trastornos de pérdida de memoria" y lo siento, pero esta película no es El diario de Noa. En cuanto a él -Channing Tatum-, no lo vi todo lo emocional que debería haber estado para un tema de este tipo. Entretenida para un día de lluvia, pero nada espectacular.
  2. Intocable (2011): Mm, me esperaba otra cosa. Había oído las buenas críticas de mucha gente y estaba deseando verla pero al hacerlo no me pareció destacar de la manera que debería haberlo hecho. Creo que no terminé de captar la esencia de la película, ¿qué tiene esta historia que la llevó al cine? La vida de un tetrapléjico rico que lo tiene todo y que tras contratar para su cuidado a alguien que no era de su selecta esfera social descubrió cosas nuevas como... ¿los porros y las ...? Bueno, en fin, que no me parece más brillante ni más oscura que la historia real de cualquier paciente tetrapléjico que haya visto en mi corta carrera.
  3. Sexo en Nueva York (2008): Esta no me canso de verla, una y otra vez. Fui fan de la serie desde el capítulo 0 y para no variar, la continuación de la historia de estas 4 mujeres de Nueva York, me encanta. Es divertida, habla de sexo y tiene glamour, ¿qué más le puedes pedir?
  4. Despedida de soltero (1984):  Sí, la de Tom Hanks cuando tenía 28 años. Una despedida de soltero que no ocurre en Las Vegas pero sí cuenta con todos los demás clichés clásicos de tal celebración y golpes de humor a cada cual más surrealista que el anterior. Desde los primeros minutos de película te estás riendo. Sin lugar a dudas, esta es la primera película en la que pienso nada más oír las palabras despedida de soltero.

  5. El cisne negro (2010): Esto es lo que yo comúnmente denomino trastorning. Fijo que hasta Natalie Portman se traumatizó. Hasta yo me traumaticé. Qué trauma... No niego que la película tenga un buen guión, una dirección sólida, un reparto acertado pero aysh, quizá una visión menos teatral y gótica pegaría más entre la gente. Nunca he practicado ballet, ni estoy a favor de la anorexia como método de vida pero disfruto viendo espectáculos de esta clase (aunque mi competición favorita es el patinaje artístico). Lo único que me agüó un poco la película fue confundirme igual que la protagonista y llegar a un punto en el que ya no diferenciaba lo ficticio de lo real -supongo que ésta era la idea del director pero, amigo, parecía que estaba dentro de un cuadro de Dalí.                                    
  6. Cena de amigos (2009): Por probar algo nuevo y decir sí al cine, a la comida y a los quesos franceses. La calidad de la grabación no es comparable a lo que se rueda en Hollywood, pero quizá este hecho junto a que el tema se desarrollara en una casa, una familia y unos amigos concretos dieran el toque genial a la película. La idea de mezclar dos tiempos, pasado y presente, es muy de mi agrado aunque con la conclusión no quedé tan satisfecha ya que, un final que queda sin finalizar a lo Woody Allen, para mí no es un final.
  7. Sólo una noche (2010): ésta sin duda es la revelación del mes (vamos a no decir del año, que aún queda mucho de año). No es que las tentaciones dentro de la pareja sean un tema de mi preocupación en la actualidad pero el hecho de contar una historia bilateral y simultánea, con los puntos de vista de cada parte -Keira Knightley, Sam Worthington- sincronizados en el tiempo y enlazar tan bien la vivencia y las emociones de cada uno de los personajes, hizo que me encantara. Ni qué decir que el reparto es de lujo y del final, no te digo nada, sólo que es lo mejor.  
  8. The last Airbender (2010): La vi con mis hermanas, ¿vale? Y a la media hora estaba suplicando por un mapa y una brújula. Soy muy vieja para jueguitos de kung-fu y las historias tipo Las Crónicas de Narnia en un mundo imaginario. No sé ni dónde quedan las Islas Fidji, voy a preocuparme por el Imperio del Agua del Norte... Ay, Señor...  
  9. Con derecho a roce (2011): Muy actual, divertida y en muchos casos, verídica. Creo que con el final, se les fue un poco la mano pero lo perdono porque Justin Timberlake es adorable durante toda la película.
  10. La ventana indiscreta (1954): una de las joyas de la era Hitchcock, una de mis favoritas. Exquisita. Actores increíbles -James Stewart, Grace Kelly-, auténticas estrellas de cine de las que ya no se ven. Guión inmejorable, ya sabes lo que dicen, la intriga hasta el final. El decorado perfecto, la ventana adecuada y la duda razonable. Si no la has visto y buscas una historia inteligente, tienes que verla. 

02 abril 2012

¿Dónde está Deb?

 
Pues dónde va a ser... 

Por si tenías alguna duda al respecto, te lo chivo: ¡en la biblioteca! Wow, ¡qué casualidad! como la semana pasada... y la anterior... y en carnavales... y en enero... y en los últimos cinco años (vale, ya paro porque entre tú y yo esto está sonando a estrés peritraumático). 

Siento no actualizar el blog tan a menudo como quisiera pero ¡ey! ya sabes, tener vida te quita mucho tiempo. Además hay que hacer hueco para llevar los apuntes al día, llevar lo que falta a imprimir, pintarme las uñas, buscar novio, comprarme zapatos, quedar con las amigas, llevar el portátil al técnico, ver un par de películas que tengo pendientes, recoger la selva que un día llamaba habitación, regar mis plantas... no estrictamente en ese orden, por supuesto; aprecio mucho mis orquídeas, ¡jajaja!
En definitiva, estoy aquí. Siempre cerca de ti pero no en el SPAR.
Y ya que estamos aprovecho para desear unas ¡Felices Vacaciones!  

28 marzo 2012

Un nuevo prólogo

No es sencillo empezar de nuevo, abrir un nuevo libro. 
Algunas veces puede ser verdaderamente costoso. 
Otras, simplemente inevitable. 
Viejos amigos, corazones rotos y, en general, personas que van y vienen en nuestra vida por azaroso antojo... cuántas no conocemos que, al pensar en ellas, nos hacen recordar todo aquello que dejamos atrás y que pertenecen ahora al pasado, a lo perdido, -casi- a lo olvidado. Malentendidos, distancia, silencios incómodos o simplemente nada... y todo. Miles de razones por las que una persona en tu vida puede un día marcharse -intencionadamente o no. Y así, sin más, se va. Entonces descubres que, donde antes había respuestas se ha instalado el eco de tu voz, reflejo de una huella y un vacío. Lloras a solas. Acechas cómo es tu existencia sin esa persona y descubres cómo palidece frente a la riqueza que con ella disfrutabas. Te sorprende cómo de importante era su presencia para ti. Pero no es la moraleja de la vida detenerse a reflexionar, sino continuar después de la pausa. Y dejar así que el tiempo trate de reparar la herida y libere la tristeza que albergas para dejar espacio a lo nuevo. Cómo si no podríamos continuar explorando los caminos de la vida y evolucionar hacia una mejor versión de nosotros mismos. Cómo si no íbamos a descubrir nuevas personas, nuevos amantes, nuevas experiencias.

Al principio dudas que puedas encontrar a alguien como tu mejor amiga, novio, colega, vecino... Cuando lo encuentras, dudas sobre cómo pueda recibirte y llegar a conocerte tan bien como lo hacía la otra persona pero ¡ah! en ello reside lo especial, en darte cuenta de que sí hay alguien nuevo a quien poder contárselo todo, con quien volver a hablar sobre tus inquietudes, que no le importe comer extra de chocolate contigo, acompañarte a la peluquería o querer pegarle a tus exs. Y en poco tiempo pones al día tu vida, la resumes, te ríes de lo que puedas y compartes alguna lágrima más. Saboreas los sinsabores de "aquella época" y aquella gente y, entre tú y yo, no sin cierto recelo, cierras el libro con un buen epílogo. 

Kew Gardens, London

04 marzo 2012

18 vestidos

Inciso: A los que tenían dudas sobre mi paradero, les aseguro que sigo con vida. Hace un par de semanas empecé con las prácticas de Oncología Clínica. No es por quejarme pero me han tenido atada a una mesa trabajando más de lo aconsejable. En medio hubo parón por Carnavales y mini-vacaciones. Ahora continúo con las prácticas en Radioterapia mientras trato de llevar al día también esa asignatura pendiente que es la vida. 
***
La graduación de mi hermana E. se acerca.

Y por supuesto es motivo de alegría para todos, sobre todo para ella que despide el colegio después de 14 años para empezar un Bachillerato donde quiera que sea que la acepten. El único inconveniente es que seamos cuatro mujeres en casa, lo cual implica cuatro estilos diferentes, cuatro vestidos diferentes de cuatro colores, a ser posible, diferentes. La primera que solventó el problema fue mi hermana V. la pequeña, luego lo hizo mi madre. Yo tardé un poco más en encontrar el mío porque para variar mi nivel de exigencia era bastante alto. 

 
Estuve buscando en decenas de tiendas el traje perfecto. Caminé muchas horas sin tener una imagen clara de lo que deseaba. Sabía el color que quería y podía imaginar apenas el estilo... pero creo que, esperar que exista algo que tú diseñas a tu manera en tu cabeza, es pedirle demasiado a la vida. Así que bajas el listón y abres la puerta de la oportunidad a lo que encuentras por el camino. Y te pruebas unos cuantos, y muchos cuantos, ¿cómo si no, puedes decir si es lo que andabas buscando? Subes la cremallera, sales del probador, te miras en el espejo y caminas con él puesto. Con algunos te sientes más cómoda que con otros; algunos son mejor partido que otro. Pero, entre tú y yo, si en el fondo confías en que puedes encontrar uno como el que tú quieres, te quitas el vestido y sales de la tienda. Hay más tiendas.   

Soy una persona, a pesar de las apariencias, paciente. Exigente, pero que no pierde la esperanza de encontrar lo que busca. Tardé más que el resto pero lo que cuenta es que, al final, en un perchero lejos de la vista de los demás en una tienda de una calle poco transitada, encontré mi vestido. Y era tal como lo había imaginado y eso lo hacía perfecto.    

19 febrero 2012

La Gambada

Nada tiene que ver con la Lambada. Más bien con meter la gamba
Y lo del color rojo de la imagen... no va mal encaminado.

Resulta que había un chico y, para qué engañarte, me gustaba. De hecho desde que lo conocí hace bastante tiempo, me había llamado la atención y sospechaba que él podía tener cierto interés en mí. Pero por alguna siniestra razón, nunca habíamos conectado en un buen momento. O él tenía una relación con otra persona o yo estaba muy ocupada con los exámenes o la que tenía una relación era yo o el ocupado era él. Con los años se sucedieron todas estas situaciones, todos los caminos llevaban a callejones sin salida y, ya al final, desistí de albergar ninguna esperanza y lo olvidé. Hasta el otro día.

Quizá el aburrimiento, la irremediable soledad o la esencia del oportunismo hicieron que viera en él una respuesta positiva a mi reclamo. En menos de lo que me esperaba me vi atrapada en un carrusel de lo más dulce y excitante pero, al fin y al cabo, en vano. Porque no hay peor maldad por parte del destino que condenarte a terminar en el punto de partida. Como si no hubiera ocurrido nada ni hubieras aprendido nada por el camino. Así me sentí yo cuando, después de semanas de atenciones, caricias, cafés y palabras suaves contemplé como me eliminaban de un juego para un jugador, que encima no era yo. Amarme hubiera sido un error, me vino a decir. Ya... a ver, ¿qué iba a decir si no? Pues, cualquier chorrada como esta. 

Y, ¿recuerdas aquel post-it? Pues no era de él...  

Eso sí. Se las ingenió para, con una jugada magistral, tomar y llevarse consigo el favor de mi confianza y la amistad que yo, en un intento por acercarme a él, le había ofrecido. Creía que podía compartir sus secretos conmigo. Pero no hizo sino equivocarse al creer que podía coger sin dar pues el universo no es sino un equilibrio, al menos el mío, y sin unas proporciones justas entre tú y yo está destinado a no funcionar.


¿Qué me había pasado? ¿Cómo había podido picar tan fácilmente? No lo sé. Lo más fácil sería pensar que fui una tonta y que a los hombres no hay quien los entienda, en un amago de dar una excusa casi convincente. Puede que estas afirmaciones no sean del todo erróneas pero por querer creer que valgo algo más que eso diré que el corazón tenía razones que la razón no entendía

Ahora, con el ánimo hecho pedazos y la decepción bajo el brazo, veo cómo se aleja otro imposible no sin cierta satisfacción por albergar en mi conciencia la tranquilidad de saber que le brindé el beneficio de la oportunidad. Que sucediera o no ya escapa a mi control pues no está en mi poder determinar en qué medida las circunstancias me son favorables o no. Sólo podemos confiar en que la vida nos envíe algún día aquello que anhelamos y que, cuando aparezca, sepamos reconocerlo. 

14 febrero 2012

Mi gozo en un post-it

¡Feliz Día de San Valentín! 
(Tanto para el que lo celebra como para el que no).

Está bien extendido que la celebración de este día no es sino un ardid comercial que desde hace semanas se embolsa una interesante suma. Pero, ¿qué importa si ello sirve de excusa para derrochar amor? Flores, suspiros, chocolate, miradas cómplices, corazones, sonrisas. En definitiva, ésta es una ocasión inmejorable para dar rienda suelta a nuestros deseos. Es un día en que el tímido se convierte en valiente, el reservado en anónimo, lo potencial en factible, lo inesperado en sorpresa. 

No importa dónde, no importa cuándo, ni importa quién. Lo esencial es que lo sientas y lo demuestres; no dejes que caiga en algún día porque algún día puede no llegar a ser ninguno.

Y ahora es cuando te digo que me tengo que aplicar mi propio cuento. Deja que relea lo que acabo de escribir para mentalizarme de lo que tengo que decir. Porque tengo qué decir... ¿Qué te creías? Todos tenemos nuestros retos personales.

¡Aún no he respondido a un corazón anónimo que me dejaron hoy! Estaba escrito en uno de mis post-its. Yo lo descubrí al volver a la biblioteca donde había dejado mis apuntes. Y, aunque el amor es ciego, creo que esa fue la señal que me hizo reaccionar y darme cuenta de hacia dónde señalan las flechas. Pero eso... eso queda entre mi corazón y yo.    

¡Feliz día! :)

12 febrero 2012

Búscal@

La primera vez que alguien me lo contó pensé "bueno, hay gente rara everywhere".
La cuarta vez, me dije "pues se ve que funciona".
Cuando lo hice yo, pensé "deja ver...".
Hasta ese momento había realizado millones de búsquedas en Google, de lo más variado y exótico -mejor no poner ejemplos- pero nunca se me había ocurrido buscar conocidos y, por supuesto, mucho menos al chico que me gusta. Pero por rellenar con algo de humor las mañanas de domingo y adquirir un "y yo también" para mi colección de experiencias, lo hice. Intentas recordar por enésima vez cómo se escribía su apellido y apretas enter. Al principio no te crees que pueda haber resultados y allí están, tras 0.16 segundos de incertidumbre, las referencias de mi chico en internet. 

Mm, decepcionante. Un impar de enlaces de Facebook, 5.

Bah, entre tú y yo ¿qué esperaba? ¿un enlace a los más buscados por la policía? ¡Jajaja! Nah... oye, espera un momento ¿y si pongo mi nombre? 

Mm, vale... 


02 febrero 2012

Algo para pensar


"Yo me amo es solo una parte, muy importante, en la construcción del Buen Amor. Su potencialidad trasciende cuando puedo decir también Yo amo a. La primera persona es condición del Buen Amor solo cuando se convierte en la raíz desde la cual puedo elevarme sólido, firme e identificado para acudir al encuentro con el Otro; cuando soy capaz de incluirme, sin extraviarme, en el nosotros."
Texto adaptado de Las condiciones del Buen Amor, Sergio Sinay (Nuevo Extremo).


No sabes cuánto me gustaría poder decir que una genialidad como esta es cosa mía. Dar con un coetáneo iluminado no es tarea fácil y a veces, por querer uno buscar alguna respuesta más allá de las disponibles puede caer en las trampas del pasado, de Nietzsche o cualquier ensayista con papel y pluma. Pero no le des muchas vueltas al texto... dice lo que lees y transmite lo que piensas. Entre tú y yo, si lo he puesto aquí es porque quería que tú te encontraras con él igual que lo hice yo, por casualidad.

¡Feliz día!

30 enero 2012

El siguiente salto

Ya no recordaría lo último que te conté si no fuera porque aquí todo queda. 
Para aquellos que perdieron el hilo o algún tornillo por el camino, les cuento que acabo de superar la nueva forma de tortura legalizada -los exámenes de enero universitarios- y con excelentes resultados. Mm, puede que el 2012 sí que sea mi año. Pero, ¿dónde ha estado Deb todo este tiempo? ¿haciendo qué? ¿cómo? ¿con quién? ¿hay algún nuevo quién?


Pues mayoritariamente he estado bibliotecando con mis buenos amigos C., Z. y G. en la sala de estudios del TEA. Esto incluye fines de semana y días festivos. Esto implica toneladas de apuntes de Oncología Médica, Aparato Digestivo y Cirugía así como de Ginecología y Obstetricia. Esto supone muy pocas horas de sueño y una cantidad de cansancio inversamente proporcional. Las Navidades pasaron tan rápido como llegaron y tras descolgar el "Merry Christmas" de la puerta sólo quedó una larga y dura caminata hacia los exámenes. Primero el test de Oncología, luego el de Digestivo y finalmente el oral de Ginecología. Pasaban los días sin que pudiera hacer diferencia entre lunes o domingos; todos me parecían lo mismo. Había un marcado silencio en Facebook y consideraba afortunado el día que podía hablar con mis amigas aunque fuera sólo un rato. Empecé a considerar maquillarme como un lujo y mis flores... sin comentarios.


Amor... lo que se dice amor suena a esquívo en mi cabeza. De hecho, en un mes hay bastantes oportunidades para sufrir un flechazo profundo pero lamentablemente no hay tiempo suficiente como para conseguir una inicial. Será cuestión de volver a la biblioteca algún día para pillar desprevenido al sujeto del deseo leyendo el periódico en la sección de Hemeroteca (o en las sillas para viejos según mi amigo C.).  

Pronto empezó a sonar una nueva canción en boca de todos, con la ley SOPA y el posterior cierre de Megaupload como acordes principales. Ilusa de mí que creía que vería el final de Anatomía de Grey. Para colmo, a mitad de mes el antivirus de mi portátil decidió prejubilarse y darme la lata hasta que consiguió superarme y lo di por caso perdido. Es más, terminé por no llevarlo ni a la biblioteca porque hacía tanto ruido que parecía que tenía una turbina de un boeing 747, en vez de un portátil. La verdad es que a veces me dan ganas de...
¡No! Control... Como dice mi amiga Z. hay que probar ejercicios de respiración si hace falta aunque sinceramente, a mí eso sólo consigue asfixiarme más. Infusiones. Bolas chinas. Pastillas. Valeriana. Imaginar a la gente desnuda. Vitaminas. ¿A ti te funcionan? Porque a mí no. De hecho sólo pensar en presentarme a un examen oral es suficiente para que no pueda echarme nada a la boca durante 3 días. Qué malos son los nervios. Y por si presentarse al examen no te parecía poco, luego vienen los dolores de cabeza y las pesadillas residuales al terminar. 
En días como los recientes mi padre todavía me dice: "pero, ¿por qué coges tantos nervios si ya has hecho miles de exámenes?"
Sinceramente no lo sé, aunque lo intuyo. Es una reacción superior a mí, primitiva, como lo son el hambre y el sueño. He hecho cientos... no, ¡miles! de exámenes y aún así cada prueba es un reto mayor. En vez de aprender a saltar los obstáculos, y dominarlos, cada convocatoria es cien escalones más alto y angustioso. Supongo que se debe a que ya no hablo de Conocimiento del Medio ni tengo inmensos exámenes de 2 temas.
Los nervios ante un examen son una experiencia universal. Todo el que haya pasado por esta situación, todos los que han sido o son estudiantes, saben bien a lo que me refiero. Malas noches y peores días conteniendo el estrés, el cansancio y luego el insomnio, los dolores de cabeza, las náuseas, la gente que habla en la biblioteca (como yo), los escalofríos, las ganas de acabar con tu vida y la de los que hablan en la biblioteca, la incertidumbre, el malestar y, finalmente a veces, las lágrimas. Descrito así me suena a la idea que tengo de mis futuras Guardias de Residente aunque espero que no sean tan dramáticas.
Mi padre me dijo también: "Supongo que será porque te juegas más. Ocurre como con los paracaidistas, a mí me decían que cuanto más saltaban, más miedo tenían porque mayor era la caída".
Y con estas palabras me quedé. Porque me parecieron la conclusión perfecta para mis dos útimos meses, de los que gracias a mis amigos, guardaré muy buen recuerdo y porque, entre tú y yo, mi padre sabía de lo que hablaba.

¡Feliz salto a la Rutina!

13 enero 2012

El algoritmo de mi vida

       Recientemente he estado hablando con mi amigo F. acerca de la amistad entre hombres y mujeres. Yo defendía que sí es posible pero él tenía sus dudas. Así que yo le expuse mis argumentos pero él no pareció convencerse. Por esto, y porque en Medicina todo funciona con algoritmos, hoy no te aburro con más palabrería querido lector y te dejo echar un vistazo más abajo para que puedas averiguar dónde va cada chico de mi vida. ¡Diviértete! 

Tengo curiosidad, ¿seríamos amigos?